Varios aragoneses participan en el cuidado de huevos de tortuga en la playa de Calafell

La vigilancia son las 24 horas del día durante dos meses, por lo que se buscan más voluntarios que colaboren.

Dispositivo montado para la custodia de los huevos de la tortuga, en una playa de Calafell.
Dispositivo montado para la custodia de los huevos de la tortuga, en una playa de Calafell.
Ayuntamiento de Calafell

Los aragoneses que veranean esta semana en Calafell, en Tarragona, se han podido asombrar por la presencia de casi un centenar de huevos de tortuga careta -también llamada boba-, un hecho que consideran como "histórico". "La madrugada del 18 al 19 de junio la tortuga salió a la playa de Calafell y depositó sus huevos", relata Susanna Cuadros Göttel, coordinadora de voluntariado del Grupo de Estudio y Protección de los Ecosistemas del Campo (Gepec). No obstante, no era el primer avistamiento que se hacía de este ejemplar, ya que había merodeado días antes por la costa.

"Lo que empezó siendo un rumor que corría se ha convertido en real: hay una tortuga que está buscando lugares para depositar sus huevos", relata la zaragozana Ana Gascón, habitual de esta playa desde hace décadas. Ahora es una de las 250 voluntarias -junto a otros aragoneses- que participa en el dispositivo de vigilancia de esos huevos de la arena de la playa El Mas Mel de esta localidad tarraconense. Algunos de ellos recorren varios kilómetros para poner su granito de arena.

Rastro de la tortuga que depositó los huevos en la playa de Calafell.
Rastro de la tortuga que depositó los huevos en la playa de Calafell, antes de que se instalara el dispositivo.
Ayuntamiento de Calafell

Ana bajó un día a la playa y se encontró con esta sorpresa. "Me apunté como voluntaria por si podía aportar un poquito de mí para que las tortugas lleguen a buen puerto, bueno, mejor dicho al mar", ríe. Gascón cuenta que la experiencia está siendo positiva, puesto que es un punto de encuentro para personas que tienen en común una debilidad especial por la fauna y la flora. El fin de semana pasado ya estuvo sus cuatro horas de vigilancia y el próximo sábado volverá a vestirse con su camiseta azul para colaborar. Además de evitar que lleguen depredadores volando, como las gaviotas, también informan a quien lo demande, aunque hay unos carteles aclarativos. "A la gente le gusta esto y estamos aprovechando para educar ambientalmente", celebra Susana, que pone el acento en los residuos y en los fertilizantes que terminan en el mar.

Algunos de los voluntarios que participan en el cuidado de los huevos de tortuga en Calafell.
Algunos de los voluntarios que participan en el cuidado de los huevos de tortuga en Calafell.
Gepec

En principio el recuento inicial fue de 146 huevos, de los que algunos fueron llevados a centros como el Cram y al Crarc, quedando 85 en la arena. La tortuga desovó en una zona concreta, pero los especialistas los desplazaron unos metros más arriba para que estuvieran más seguros en caso de que subiera la marea.

Los huevos están bajo una carpa y protegido por unas maderas para evitar que se acerquen los perros u otros animales. En el centro hay una medida para controlar la temperatura. A simple vista no se ven, tal y como explica Ana, sino que están a unos 15 o 20 centímetros de profundidad y están cubiertos por una malla verde.

Cuando se vea un caso así, se recomienda no molestar a las tortugas cuando salen del agua a depositar sus huevos. Piden que no se hagan fotos ni vídeos porque normalmente son con flash, ya que las tortugas salen por la noche. "La noche del jueves 17 de junio se divisó una tortuga en Salou, salió dos veces en dos playas distintas, pero no pudo poner los huevos porque había gente haciendo botellón en la playa que la asustó", lamentan desde Gepec, que creen que era el mismo ejemplar de Calafell. A pesar de que no se dejara desovara en esa playa, se activó el protocolo.

En estos casos es necesario dar aviso al 112, tal y como aconsejan desde el grupo. Gepec ya tenía un preacuerdo con el Ayuntamiento de Calafell por la preservación de otras especies. "Desde el Gepec hace años que tenemos voluntarios en el proyecto de las tortugas careta. En junio comienzan a hacer transeptos y prospecciones de noche, que es cuando salen, o muy pronto por la mañana, antes de que pasen las máquinas. Las realizan para ver si las tortugas salen o hay algún rastro de ellas en la arena", expone Cuadros Göttel. Inmediatamente, los compañeros informan a los policías locales o a los ayuntamientos para se comience el trabajo.

Al final no pudo ser en Salou y “salió a una playa más tranquila”, añade Susana, quien explica que lo tienen que custodiar durante las 24 horas del día de dos meses. Por esta razón es necesario un amplio volumen de voluntarios que cubran los seis turnos diarios de 4 horas, tanto que hacen un llamamiento para que se apunten nuevos voluntarios a través de su página web, gepec.cat. Es necesario que estos colaboradores estén formados, por lo que desde que se encontraron los huevos se han organizado una treintena de cursos que les ayuden en su labor.

El cambio climático detrás de esta tendencia

El año pasado ya hubo dos nidos en La Pineda. "Cada vez es más habitual que vengan tortugas a desovar por el cambio climático", señala la coordinadora de voluntariado. ¿Por qué ocurre esto? "La temperatura del nido determina el sexo de las tortugas. Normalmente, la tortuga regresa al sitio donde nació para poner sus huevos, y estas son griegas, pero se dirigen a otras costas para que no haya descompensación de sexos. Tienen instinto de adaptación", sostienen. De hecho, hay estudios que avalan que algunas especies podrían estar en peligro por ese desequilibrio.

A pesar de que esta tendencia resulte todavía poco común en España, la presencia de esta especie de tortugas marinas en otros países, como Italia, ha ascendido en los últimos años. "En Nápoles antes había unos 3 o 4 nidos y ahora hay 30 o 40", ejemplifica Susana. Este de Calafell no es el único que se ha encontrado este verano en la misma costa. El día 9 de julio apareció otro en el Delta del Ebro, al día siguiente un tercero en Tarragona y el día 11 en Arenys de Mar. "Al parecer es la misma tortuga que desovó en Tarragona, donde se le hizo una ecografía y se le implantó un transmisor para detectar otras salidas del agua, puesto que una tortuga tiene de 3 a 7 puestas en un intervalo de 15 días", cuenta Cuadros Göttel. "Ahora parece que está por Salou", comenta Ana.

Se supone que todavía quedan unas semanas para que los huevos eclosionen: está previsto que las crías de tortuga rompan el cascarón a mediados de agosto.

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