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Pirotecnia Zaragozana capea la crisis del sector para encender el cielo de París en el día nacional de Francia

La empresa ha ensamblado en Garrapinillos los fuegos que se lanzarán este miércoles desde la Torre Eiffel. Tras un 2020 sin casi espectáculos, la diversificación le permite paliar un segundo verano sin fiestas.

Un empleado de Pirotecnia Zaragozana termina el encargo que salió rumbo a París.
Juan José Lara, empleado de Pirotecnia Zaragozana, termina el encargo que salió rumbo a París.
Francisco Jiménez

El cielo de París se iluminará este miércoles para celebrar el día nacional de Francia. Lo hará con los fuegos artificiales que salieron la semana pasada de Pirotecnia Zaragozana. La fábrica de Garrapinillos ha ensamblado y preparado todo el material que se lanzará desde el Trocadero y la Torre Eiffel, y que ha sido diseñado por la empresa Ruggieri, una filial del grupo Etienne Lacroix al que pertenece la factoría aragonesa.

En total, la semana pasada salieron desde Zaragoza unos 1.520 kilos de material pirotécnico para celebrar el día grande del país vecino, que se unen a otros encargos que también ha asumido Pirotecnia Zaragozana para otras localidades francesas. Según explica Miguel Pérez, director general ejecutivo de la empresa, el espectáculo parisino tendrá “21 posiciones de disparo” distintas colocadas en cuatro plantas de la propia torre. De hecho, los empleados del grupo al que pertenece Pirotecnia Zaragozana (Etienne Lacroix) llevan más de una semana preparando todo lo necesario en la capital francesa. 

Además, van “seis semirremolques que se colocarán en otros puntos” para completar la logística. Se trata de “el espectáculo más grande que se hace en el día nacional”, por lo que el responsable de la factoría zaragozana califica el encargo de “muy importante”. De la fábrica de Pirotecnia Zaragoza también han salido los fuegos artificiales que se van a disparar esa misma noche en la localidad francesa de Boulogne-Billancourt.

Este trabajo tan especial llega en un momento de pocos encargos de este tipo, en el inicio del segundo verano sin fiestas patronales. Los festejos populares son fundamentales para las empresas pirotécnicas y, en estos dos veranos de pandemia, casi todos los ayuntamientos también han cancelado los fuegos artificiales. Miguel Pérez reivindica que los espectáculos, al ser al aire libre, “son seguros y familiares”, aunque entiende que “si no están enmarcados en unas fiestas, es complicado que se organicen”. Por lo tanto, asume que lo pasarán “mal” hasta que no pase la pandemia.

Aunque sean la excepción, las pasadas fiestas de San Juan sí que lograron montar un espectáculo en Badajoz. El año pasado también se encargaron de uno de los más importantes de España, el de Santiago de Compostela, con 20 trabajadores desplazados y ocho puntos de lanzamiento distintos por toda la ciudad.

Sin embargo, ha sido la diversificación que le ha dado a Pirotecnia Zaragozana el hecho de pertenecer a un grupo grande lo que le ha permitido capear algo mejor el temporal. Los espectáculos suponían una facturación aproximada de 1,6 millones de euros al año, que el año pasado se quedaron en 200.000. Como el presupuesto total de la empresa es de 3,5 millones, "esa otra parte nos ha permitido seguir trabajando", señala el directo general, quien cuenta que desde septiembre está con toda la plantilla fuera del ERTE, trabajando al cien por cien.

Miguel Pérez, director general de Pirotecnia Zaragozana.
Miguel Pérez, director general de Pirotecnia Zaragozana.
Francisco Jiménez

“En ese sentido, no somos representativos del sector, ya que los encargos que nos hace el grupo nos permiten seguir hacia adelante. Pero otras empresas lo están pasando realmente mal”, añade.

En la factoría de Garrapinillos ya no se fabrican los fuegos, como se hacía antes. El terrible accidente de 2015, que dejó seis muertos y seis heridos, marcó un antes y un después. Ahora en estas remozadas instalaciones no se crea el material pirotécnico, sino que los empleados se encargan de ensamblarlo tras encargarlo a otras fábricas. “Desde entonces han sido años duros, tanto desde el punto de vista anímico como económico, pero hemos tenido mucho apoyo del grupo y antes de la pandemia ya nos habíamos recuperado”, explica Pérez. Ahora, espera que la crisis sanitaria remita para volver a llenar de color los cielos de buena parte de España y del extranjero.

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