coronavirus

"En otoño habrá que pensar en la tercera dosis de recuerdo contra la covid"

Pasan siete meses desde que Pfizer empezó a inocularse en las residencias. Algunos estudios dicen que las vacunas generan una "inmunidad duradera" y otros, que se pierden anticuerpos al cabo de pocos meses.

Los sanitarios suministran la primera dosis de las vacunas en la residencia Ballesol Puerta del Carmen.
Los sanitarios suministran la primera dosis de las vacunas en la residencia Ballesol Puerta del Carmen.
José Miguel Marco

"Venga, pues ya está. Ahora a fabricar anticuerpos". Así animaba un sanitario a una mujer de 87 años el pasado mes de enero en una residencia de Zaragoza tras suministrarle una de las primeras dosis de Pfizer. A imagen y semejanza de Araceli, la primera vacunada contra la covid en España, la mujer deseaba que el virus “nos dejara en paz” y que la pesadilla acabara. No obstante, para asegurarse del fin de este mal sueño hará falta un recuerdo, según han reconocido los laboratorios y las asociaciones de vacunología. La inmunidad que generan las vacunas, al menos de momento, es limitada y la amenaza de las nuevas variantes también aconseja un tercer pinchazo. ¿A toda la población? ¿En qué momento? ¿Cuánto tendía que llegar esa nueva tanda, por ejemplo, a las residencias?

Los creadores de Pfizer explican que los niveles de anticuerpos empiezan a bajar a los seis meses de completar la pauta con la segunda dosis, por lo que haría falta una tercera entre los 9 y 12 meses posteriores para seguir protegido al nivel deseable. Parecido sucede con Moderna y en el caso de Janssen y AstraZeneca aún no ha pasado tiempo suficiente para valorar la duración de su inmunidad, según la Agencia Europea del Medicamento. "No hay una evidencia científica que aporte datos concluyentes. Sí se deja entrever que la respuesta a las vacunas de aquellas personas con ciertos factores de riesgo (inmunodeprimidos o enfermos oncológicos) no son todo lo robustas que deberían, y en este caso parece recomendable una tercera dosis", explica Inmaculada Cuesta, del grupo técnico de trabajo de vacunación del Ministerio de Sanidad.

"La gran incógnita es la duración de la protección vacunal y este es un dato que clave para alcanzar la inmunidad de rebaño", opina el epidemiólogo Nacho de Blas, quien da por descontado que en octubre volverán los sanitarios con sus agujas a las residencias. "Las vacunas de coronavirus en animales siempre han inducido inmunidades de corta duración", afirma el experto, que cree que no se ha dicho abiertamente que es necesaria una tercera dosis para que muchos no cuestionen la protección de la vacuna. En cualquier caso, mientras España está ahora inmersa en la quinta ola y priorizando la vacunación adolescente, en Reino Unido, por ejemplo, ya se anuncia que a partir de septiembre se tratará de refrescar la memoria inmunológica de los grupos de riesgos y las personas que viven en residencias con un tercer pinchazo. En el Consejo Interterritorial del Sistema Español de Salud, que volvió a reunirse este miércoles, aún no se ha puesto este debate sobre la mesa, pero De Blas señala que "en otoño habrá que pensar en cómo y a quién suministrar la tercera dosis de recuerdo".

¿Es realmente necesaria? “Esa es la pregunta del millón y es muy difícil de contestar, pero está claro que es un escenario posible como también lo es que haya que crear nuevas vacunas o modificar las existentes”, explica Isabel Jimeno, de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia. Los sanitarios comentan que es probable que haya que inmunizarse anualmente contra la covid, como con la gripe, aunque las mutaciones del coronavirus son mucho menores. Aconsejan también diseñar planes de contingencia porque la 'revacunación' dependerá "del impacto de las variantes", de la disponibilidad de dosis y del desarrollo de nuevos fármacos que podrían ser nasales o sublinguales. “Parece que el virus va a quedarse aunque con menores tasas de infección y mucha menor mortalidad. Frente a las enfermedades transmisibles nunca debemos bajar la guardia", advierten desde la Asociación Española de Vacunología. Su presidente, Amós García Rojas, explica que aún es prematuro pensar en la 'revacunación' porque "no sabemos cuánto dura la pauta protectora ni tampoco podemos predecir la aparición de nuevas variantes", pero admite que es un "escenario razonable" que los más vulnerables tengan que recibir nuevas dosis. Hay que contar también con que la Unión Europea ha comprado unos 1.800 millones de dosis de la vacuna de Pfizer hasta el 2023, es decir, parece tener asumido que hay que poner la tercera dosis.

En las residencias aragonesas consultadas por este diario (España es el primer país del mundo con sus mayores de más de 80 años 100% vacunados) no han tenido notificación alguna sobre una hipotética tercera dosis. Explican que durante el verano son más frecuentes las visitas de algunos familiares que no suelen acudir a estos centros por lo que no bajan la guardia en lo que a medidas de seguridad se refiere. La campaña de vacunación en España echó a andar el 27 de diciembre y sus primeros pasos fueron más bien lentos. Ahora pasan seis meses de aquellas primeras vacunas en las residencias y el temor es que la inmunidad vaya bajando (también hay pacientes que no generan anticuerpos) y las visitas de los nietos traigan nuevas complicaciones. “Se dan pocos casos, pero no queremos reinfecciones”, argumentan.

"La efectividad de la vacuna de Pfizer frente
a la variante delta es menor de lo que se creía"

Harina de otro costal es el de las variantes del virus. Las vacunas se están mostrando eficaces pero aún hay dudas respecto a dos de las principales modificaciones: la variante beta, procedente de Sudáfrica, muestra más resistencia de lo habitual, y un nuevo estudio israelí ha revelado que la efectividad de la vacuna de Pfizer frente a la variante delta es menor de lo que se creía preliminarmente. En concreto, se decía que en un 94% de los casos la vacuna era solvente y, a la luz de las nuevas investigaciones, este porcentaje baja al 64. a noticia que la Unión Europea había comprado 1.800 millones de dosis de la vacuna de Pfizer hasta el 2023, es decir que tienen más que asumido que hay que poner la tercera dosis

En lo referente a la duración de la inmunidad hay infinidad de estudios y muchos de ellos parecen, incluso, contradictorios entre sí. Explican los expertos que los anticuerpos son más fuertes en quienes se han recuperado de la infección de la covid que entre quienes no han pasado la enfermedad y han sido vacunados. En este caso los niveles de anticuerpos aumentan lentamente después de la primera dosis y alcanzan un máximo una semana después de la segunda.

La investigadora Anna Ruiz señala que “la inmunidad generada por las vacunas es más larga de lo que intuíamos al inicio de la pandemia” y que un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona afirma que haber tenido fiebre o haber perdido el olfato se asocia con niveles más elevados de anticuerpos una vez superada la enfermedad.

Vacunación masiva con Janssen en el polideportivo del campus universitario de Zaragoza.
Vacunación masiva con Janssen en el polideportivo del campus universitario de Zaragoza.
Oliver Duch

Según la especialista, los llamados ‘centros germinales’ son la clave de una respuesta inmunitaria persistente, pues es allí donde se forma la memoria inmunológica. Las vacunas de Pfizer y Moderna funcionan con tecnología ARN mensajero y eso facilita que sean las mejores células, las más preparadas para combatir el virus, las que vayan ganando terreno en el organismo.

Aún no se sabe si la vacuna de la covid será como la de la viruela, que induce una fuerte protección que dura toda la vida, o como la de la tos ferina, que requiere refuerzos regulares. El propósito científico y el de las farmacéuticas sí que es trabajar en la posibilidad de que se consensue algún día una vacuna universal contra los coronavirus. “Este tipo de remedio entrenaría el organismo para reconocer los detalles estructurales -como los elementos de la proteína- que todos los coronavirus tienen en común y que sería útil contra todas sus variantes”, explican los especialistas. Entre tanto, la Agencia Europea del Medicamento continúa evaluando la (escasa) eficacia de los remedios de Novavax y Curevac, mientras que el grupo francés Sanofi espera tener en diciembre también una nueva fórmula.

Haber tenido fiebre o haber perdido el olfato se asocia con niveles más elevados de anticuerpos

Desde la Sociedad Española de Epidemiología recuerdan que en estos meses de pandemia también se han llevado a cabo experimentos como los de combinar vacunas o espaciar las dosis (que se lo digan a los de AstraZeneca) para comprobar qué efectos tiene en la mejora de la inmunidad. El cóctel vacunal no da peor resultado que el mantenerse fiel a un solo laboratorio y en el caso de la fórmula anglosueca se pueden separar los pinchazos hasta la friolera de 45 semanas. En España, los estudios del Instituto Carlos III con una muestra de 600 personas han demostrado que mezclar vacunas puede generar niveles más altos de protección. De hecho, en este trabajo se basó el Ministerio de Sanidad -con la oposición de muchas Comunidades- para permitir la libre elección a la hora de completar el ciclo de los primeros vacunados con AstraZeneca.

El horizonte es que para finales de agosto se llegue a inmunizar a 33 millones de españoles, lo que supondría la ansiada inmunidad de grupo (el 70% de la población), si bien este objetivo ha perdido valor en las últimas semanas habida cuenta de que el virus se ha disparado entre adolescentes. Sanidad no descarta ahora la posibilidad de solapar diferentes grupos de vacunación, lo que podría abrir la puerta también a administrar terceras dosis si la inmunidad de rebaño se retrasara.

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