verano

Sube el mercurio: Aragón a 40ºC y otros puntos de España a 46ºC

Los sanitarios aconsejan no exponerse al sol e hidratarse ante las altas temperaturas, que en Canadá se han cobrado más de 500 vidas en las últimas semanas.

Calor en Zaragoza
Calor en Zaragoza
José Miguel Marco

El abanico, un clásico de cada verano, se convertirá este fin de semana en un inseparable compañero en gran parte de España. Está previsto que en algunos puntos, como en el valle del Guadalquivir o en el sureste peninsular, se alcancen 46ºC. También subirán de forma generalizada en la cuenca del Ebro, en los valles del Tajo y Guadiana o en el archipiélago canario. Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) explicaron que la causa de este calor son las altas presiones que "provocan un descenso de aire desde niveles medios y altos de la troposfera hacia la superficie", en el que "el aire se comprime y se calienta".

En Aragón, las temperaturas van a subir progresivamente durante todo el fin de semana, pero no tanto como en otras zonas del país. "En Zaragoza tal vez lleguemos a los 40ºC o en la zona de Teruel, que está más próxima a ese foco de las temperaturas altas, donde puede haber récord", señala Rafael Requena, delegado territorial de la Aemet en Aragón. El viernes, por ejemplo, se prevé una subida más notable en el tercio oeste y el domingo en el Pirineo y en la Ibérica. Será el último día de la semana cuando aparezcan los intervalos nubosos, tras días de cielos despejados. Así que, después de la tregua que dejó el frente este martes, se recuperará el rojo en los mercurios. No obstante, el calor solo durará uno o dos días.

"Hasta los años 70 había cuatro o cinco noches así, ahora son de 20 a 30, lo que antes era anecdótico ahora es habitual"

44,7ºC es el récord de temperatura más alta que se ha notificado en Zaragoza, fue el 7 de julio de 2015. Llegar a los 40ºC en la capital aragonesa cada vez es más común: "En los 70 años que se llevan registrando datos en el aeropuerto, solo en 20 de ellos se ha alcanzado esa temperatura. Diez de ellos fue un día, en cinco dos días, en dos tres días y en tres unas seis o siete jornadas, que coinciden todos con la última década", recuerda Requena. El delegado de Aemet en Aragón también hace referencia a las noches con más de 20ºC: "Hasta los años 70 había cuatro o cinco noches así, ahora son de 20 a 30, lo que antes era anecdótico ahora es habitual".

Canadá ha vivido en las últimas semanas una situación extrema: 49,6 ºC. "Está siendo espectacular, esas temperaturas no son habituales allí, ni tantos días seguidos", dice sorprendido Rafael Requena. ¿Se podría desencadenar algo similar en España? Desde Meteored – portal dirigido por José Antonio Maldonado-, el meteorólogo Víctor González lo considera "difícil, pero no imposible". González explica una serie de tres factores que podrían ser determinantes para que se diera una situación como la canadiense, de hecho, recuerdan que en julio de 2017 en Montoro, un pueblo de Córdoba, se llegó a los 47,3ºC.

Los tres factores

  • Dorsal africana. El primero de los asuntos es una dorsal africana potente en altura. “La presencia de una masa de aire en niveles medios procedente del Sahara, siempre que sea lo suficientemente estable como para llevar el calor en altura a la superficie es el factor que más probabilidad tiene de provocar un episodio de calor extremo en la Península Ibérica”, mencionan. González también analiza que esa masa bloquearía otras procedentes del Atlántico y vaguadas que discurren por latitudes medias.
  • Semanas en rojo en el calendario. El mes de julio y la primera mitad de agosto son las semanas cuando más expuesto se está al sol y, por tanto, el período más propenso para alcanzar estas temperaturas. "Después, la península pierde potencial para mantener y/o generar su propia masa de aire cálido continental", añaden desde el portal dedicado a meteorología.
  • Las brisas. Por lo general, las brisas marinas suavizan las temperaturas en la península, estar rodeada de mar, un fenómeno que no se da en el interior de Europa o América del Norte. “En verano, las brisas aumentan su temperatura cuando superan las cordilleras, como ocurre en la vertiente mediterránea con las corrientes del oeste”, plantea González.

Una ola de calor tiene que cumplir la persistencia de al menos tres días, alcanzar el nivel naranja y también debe afectar a un porcentaje significativo del territorio. Para episodios como el descrito, el Ministerio de Sanidad activa cada verano el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas Sobre la Salud para velar por la salud de los ciudadanos. En Canadá, la ola de calor ya se ha cobrado más de 500 víctimas y también ha sido el detonante de cientos de incendios.

Salud en aviso

En los hospitales aragoneses todos los veranos reciben pacientes con cuadros de golpes de calor y, fundamentalmente, en personas mayores. ¿Cómo identificarlos? "Tener fiebre mantenida, cefalea, mareos, inestabilidad, malestar general…", enumera Javier Gil de Bernabé, facultativo del área de Urgencias del Hospital Miguel Servet. Cuando se siente alguno de estos signos lo mejor es acudir a un centro médico ya que pueden estar "banalizados, pero es una patología potencialmente muy grave".

Para prevenirlos se debe evitar cualquier tipo de actividad física en las horas punta, entre las 12.00 y las 17.00; también es muy importante, mantener una ingesta de agua adecuada durante el día, expone este profesional de urgencias. A estas recomendaciones, las autoridades también aconsejan elegir ropa ligera, de colores claros, usar protección solar, gorra, gafas de sol y mantener el hogar fresco, al ventilar las horas de menos calor y también tener las persianas bajas. "Se deben elaborar comidas más frescas, menos copiosas", añade. Gil de Bernabé pone el acento en los grupos de edad más vulnerables: niños –hasta los 4 años-, ancianos –que la medicación les ha abolido la sensación de sed-, enfermos crónicos o personas obesas. "En personas frágiles puede tener consecuencias muy graves, como encefalopatías, crisis convulsivas, coma y hasta la muerte", avisa el médico.

En un golpe de calor, el cuerpo pierde el control fisiológico de la temperatura, describe Antonio Tejafa, jefe de sección de la uci de traumatología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. "Además, es que la temperatura es una de las constantes que el cuerpo mantiene más estable y con una franja más estrecha, no es como la tensión o la frecuencia cardíaca", compara Tejada. "Hay un daño directo a las células, que dejan de funcionar correctamente; se dañan los capilares; y se da, de forma secundaria, una situación de inflamación sistémica, lo que llamamos un fracaso multiorgánico", concreta este responsable, que calcula que cada año atienden en su servicio a unos cuatro o cinco casos de golpe de calor.

"Todos los casos son estancias en uci muy prolongadas con una mortalidad muy elevada"

Esto conlleva un cuadro complicado: "Todos los casos son estancias en uci muy prolongadas con una mortalidad muy elevada, con daño orgánico muy importante, con respiradores, fallo renal, daño cerebral, coagulación, necrosis, muerte de la células musculares… Se produce un daño de cualquier órgano, ya sea mayor o menor, de todo el sistema".

En cualquier caso, Tejada avisa de que no es necesario que se den unas altas temperaturas para padecer un golpe de calor, sino que puede ser ante una temperatura veraniega normal, pero al practicar ejercicio físico o estar deshidratados.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión