El reto de Oroel o cómo subir 3.333 veces a la peña más icónica para los jaqueses

El pasado 21 de junio Raúl Concheso comenzó su reto a las 6.00, hasta la misma hora del martes, y realizó 12 subidas y bajadas, lo que supone un total de 95 kilómetros y 7.000 metros de desnivel positivo.

Raúl Cocheso, en Oroel.
Raúl Cocheso, en Oroel.
Heraldo.es

La peña Oroel es un icono para los jaqueses, un símbolo de esta ciudad. Situada a 1.769 metros de altura es protagonista de algunas pruebas deportivas, como la subida a Oroel que se celebrará el próximo 8 de agosto, y también de retos como el que realizó el pasado lunes Raúl Concheso, más conocido en Jaca como ‘Juanito Porrón’ o el ‘guardián de Oroel’. Él no es jaqués, es natural de Madrid, pero la peña Oroel le tiene enamorado. Por eso ha pasado 24 horas subiendo y bajando y se ha propuesto hacer 3.333 subidas. Por el momento lleva 748 veces. Tiene 51 años, “me siento bien y cuando ya no pueda hacer estas cosas me tengo que sentir muy satisfecho de que he corrido todo lo que tenía que correr”, asegura.

El pasado 21 de junio comenzó su reto a las 6.00, hasta la misma hora del martes, y realizó 12 subidas y bajadas, lo que supone un total de 95 kilómetros y 7.000 metros de desnivel positivo. Hasta ahora que se sepa, nadie había realizado esta osadía. “Al principio empecé muy fuerte, por la noche cayó una granizada y arriba lo pasé mal, porque bajé congelado y tuve que cambiarme de ropa”, explica Raúl. En esta nueva aventura le acompañó su pareja “que en cada bajada me esperaba con comida”. Realizó dos paradas, una de 20 minutos y otra antes de que comenzara a anochecer, de unos 40 minutos “para cenar bien y comer caldo, arroz, etc”.

Este reto de las 24 horas “lo tenía en la cabeza desde hace un tiempo, le estaba dando vueltas porque nadie lo había hecho hasta ahora”. Y quería hacerlo en junio y entre semana, para que no hubiera mucha gente. Así que el sábado anterior decidió que ese lunes lo hacía. “Son cosas que se me ocurren sobre la marcha, porque como tampoco hay tantas carreras este año dije, venga, lo voy a hacer”. Y lo empezó y terminó, como todas las pruebas deportivas que realiza.

Para esta nueva hazaña no se preparó de manera especial. “No tengo un plan de entrenamiento y nunca me preparo para nada, pero estoy todo el día en el monte y haciendo actividad, y como mi cabeza puede más que mi cuerpo sé que lo hago”, asegura. En septiembre hará una medio iron man con un amigo, “otro reto que haré sin prepararme y lo acabaré seguro”. Participa en carreras largas de 120 kilómetros, o en la Canfranc-Canfranc de 100 km -la que le llevó a establecer su residencia en Jaca-, la Trail Valle de Tena, “hice el Camino de Santiago corriendo en 14 días y solo”. Por el momento “todo lo que he empezado lo he terminado”, señala.

Y sus ‘ocurrencias’ no terminan aquí, porque sigue saliendo a correr, continúa subiendo a la peña Oroel “y en dos semanas ya estoy dándole vueltas a hacer otra vez la Senda de Camille, una travesía circular de 120 kilómetros en el Parque Natural de los Valles Occidentales y Parque Nacional de los Pirineos (Francia). Se suele realizar por etapas, en 6 ó 7 días, pero Raúl la hará del tirón, “saliendo por la noche y regresando por la noche”.

El reto

Pero y ¿por qué ha decidido hacer 3.333 veces la subida a Oroel? “Mi número favorito es el 3, y subir 33 veces me parecían pocas, 333 también, así que le sumé un tres más”, recuerda. Además “es curioso” que Oroel tiene 33 curvas, lo que también le ha motivado y justo desde el parador hasta la cruz tarda 33 minutos. Raúl es de Madrid, llegó al valle del Aragón hace unos 5 años para quedarse un mes y hacer la Canfranc-Canfranc y se quedó. “Teníamos previsto venir a vivir aquí, porque Madrid nos cansaba, así que la carrera fue la excusa perfecta”. Hasta ese momento corría triatlones y se propuso probar una carrera de montaña. Y que mejor que empezar con la Ultra Trail de Canfranc de 100 kilómetros, que por supuesto, finalizó. Y como estando en Jaca subía muchas veces corriendo a Oroel, decidió realizar este particular reto, “que ahora tengo que terminar porque me he tatuado en el brazo una peña Oroel diseñada por mi pareja junto al número 3.333”. Puede subir hasta 5 veces en un día y lo primero que hace cuando se levanta es tomarse el café y subir a la cruz. Y si nieva o llueve, mejor, “porque si siempre hace sol ya me aburre”. Por eso, tras Filomena lo disfrutó al máximo porque la nieve le llegaba hasta la cintura. “Cuando nieva ya estoy tenso por la noche porque al día siguiente tengo que subir”, indica.

Le ha cogido mucho cariño a Oroel, porque es importante por cuestiones personales. Y recuerda con especial cariño dos subidas que nunca olvidará. Una este año con su padre, de 82 años. “Fue la más increíble”, recuerda. Y otra con la sobrina de su pareja, de 9 años, en febrero del año pasado. “Subimos por la mañana y ese mismo día, sobre las 23.00 le comenté que si en ese momento estuviéramos en Oroel disfrutaríamos de un gran espectáculo viendo las estrellas. Y dicho y hecho, volvimos a subir”.

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