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El aval estatal a los embalses iniciados divide al cuatripartito y PP, Vox y Cs piden más obras

Olona celebra la continuidad de Almudévar, Yesa, Santolea y Mularroya en el nuevo plan de Ebro. CHA y Podemos critican que sigan adelante y el centroderecha pide el Pacto del Agua al completo.

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo: Vicente Guillén (PSOE), Eloy Suárez (PP), Ramiro Domínguez (Cs), Marta de Santos (Podemos), Joaquín Palacín (CHA), Santiago Morón (Vox), Jesús Guerrero (PAR) y Álvaro Sanz (IU).
De izquierda a derecha, y de arriba a abajo: Vicente Guillén (PSOE), Eloy Suárez (PP), Ramiro Domínguez (Cs), Marta de Santos (Podemos), Joaquín Palacín (CHA), Santiago Morón (Vox), Jesús Guerrero (PAR) y Álvaro Sanz (IU).
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La propuesta de plan hidrológico del Ebro para el periodo comprendido entre 2022 y 2027 vuelve a evidenciar las diferencias en el seno del cuatripartito que gobierna Aragón (PSOE, PAR, Podemos y CHA) respecto a la gestión del agua. Mientras PSOE y PAR aplauden que el Gobierno central avale Santolea, Almudévar, Yesa y Mularroya, Podemos y CHA cuestionan que mantenga embalses que "no respetan la ley". Las discrepancias se dan, incluso, en el Departamento de Agricultura con un consejero, Joaquín Olona, que celebra que sea un plan "realista" que compromete cuatro obras importantes y 26.000 hectáreas de regadíos y una directora general de Cambio Climático, la podemista Marta de Santos, que insta a mejorar la planificación y a ser «más valientes» respetando las leyes y para «evitar peligro para las personas». En la oposición, el centroderecha reclama más obras de regulación e IU, una actualización de los acuerdos hidráulicos.

Olona realiza una valoración "positiva" de esta propuesta del Gobierno de Sánchez, que servirá para la formulación definitiva del programa, porque el Ministerio de Transición Ecológica se compromete a la realización de Santolea, Yesa, Almudévar y Mularroya. Satisfecho está con el número de hectáreas de nuevos regadíos que incluye la propuesta del nuevo plan hidrológico, porque esas 26.000 "eran una exigencia del Gobierno de Aragón y ha sido atendida".

Pero a lo que Olona da más valor es al cambio de enfoque. "Hasta ahora los planes hidrológicos contenían las máximas aspiraciones como si ese programa fuera para toda la eternidad", señaló el consejero, que aseguró que la propuesta actual "es más realista y compromete mucho más al Gobierno" porque se centra en aquellas actuaciones y necesidades que se pueden hacer realidad en seis años. Con ello, el Ejecutivo aragonés no da por anuladas ni renuncia al resto de embalses y creación de regadíos incluidos en el Pacto del Agua, porque "habrá sucesivos planes en los que se podrán volver a plantear", insiste.

Respaldan su postura el PSOE y el PAR. Para el portavoz socialista en las Cortes, Vicente Guillén, el aval a los cuatro embalses es un "espaldarazo" a los regantes de la zona. Destaca, además, que no se contemple el trasvase del Ebro "como sí hizo el PP en su Plan Hidrológico Nacional". El resto de las cuestiones "se tendrán que estudiar". Sí es tajante Guillén al asegurar que "no supone el fin del Pacto del Agua". "Apostamos por mantenerlo como la línea básica de las políticas en materia hídrica de la Comunidad", asegura.

También el PAR hace hincapié en que no renunciará "nunca" a las obras del Pacto del Agua "que no tengan contestación social y que sean estratégicas para Aragón". Expresa así su rechazo a la exclusión de 36 obras, la mayoría para ejecutarse en la Comunidad, que se relegan más allá de 2027. El aragonesista Jesús Guerrero aboga por que desde el respeto a la normativa medioambiental "se optimice" el uso del agua no solo para el desarrollo del sector primario sino también para la vertebración territorial. En la tramitación de la propuesta, el PAR insistirá en que "el agua es futuro".

Más proclives a planteamientos medioambientalistas se muestran Podemos y CHA, con un rechazo expreso a Mularroya y Yesa. Recuerda Marta de Santos que el punto 94 del acuerdo de gobernabilidad recogía la convocatoria de la mesa de diálogo para un nuevo Acuerdo del Agua en Aragón, un aspecto que "no se ha abordado" en dos años de legislatura. "La no convocatoria de esta supondría un incumplimiento del acuerdo de gobierno torpe que hipoteca el futuro", reprocha la podemista. En su opinión, el tiempo de las grandes regulaciones "acabó" y resulta imprescindible "una actualización del plan basada en estudios rigurosos y en la mediación".

Más crítico aún se muestra el presidente de CHA, Joaquín Palacín, que señala que mantener Yesa y Mularroya significa que no se dejan atrás las "caducas políticas del agua". Solo celebra que se rechace el trasvase del Ebro a otras cuencas, una decisión que, en su opinión, permite frenar las "intenciones abiertamente trasvasistas que mantienen algunos partidos políticos".

"Criminalizar" el regadío

Eloy Suárez, diputado del PP por Zaragoza en el Congreso, tiene la impresión de que este plan "lo escribe Ribera pero lo dictan Podemos y el independentismo catalán, que quiere aumentar el caudal ecológico del Delta del Ebro". Una decisión que perjudicaría al campo aragonés. La propuesta, según denuncia, "entierra el pacto del agua" y "criminaliza" el regadío. El PP intentará que se recuperen las obras relegadas y no va a "tirar la toalla" en la defensa del futuro de Aragón y su industria agroalimentaria.

Ramiro Domínguez, de Ciudadanos, quiere que las obras pendientes del Pacto del Agua se analicen en una nueva mesa en la que, a través del consenso, se pueda dar una solución a las necesidades de Aragón que sea "compatible con el desarrollo sostenible y los requerimientos medioambientales". "El Gobierno de Aragón ha tenido tiempo de afrontar problemas derivados de la judicialización de las obras del Pacto del Agua y debería haber llegado a acuerdos", reprocha.

La propuesta confirma, para Vox, el "freno a las infraestructuras hidráulicas en Aragón". Su portavoz en las Cortes, Santiago Morón, estima que el ministerio "se posiciona a favor de las tesis de los medioambientalistas que tienen a criminalizar la labor de la agricultura y la ganadería". Vox vuelve a defender un uso "eficiente y sostenible" del agua, mediante una "interconexión de cuencas" que garantice las necesidades "de todos los españoles".

Comparte criterios con CHA y Podemos el diputado de IU, Álvaro Sanz, que cuestiona Mularroya y Yesa, insta a incorporar una nueva cultura del agua y pide que se actualice el Pacto del Agua.

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