Heraldo del Campo

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Cuatro décadas asegurando las semillas

El Banco de Germoplasma del CITA cumple 40 años. Allí se guardan más de 18.000 semillas vegetales, algunas de ellas de variedades que probablemente hubieran desaparecido.

Las investigadoras del Banco de Germoplasma Estela Luna, María Ángeles Vela y Cristina Mallor.
Las investigadoras del Banco de Germoplasma Estela Luna, María Ángeles Vela y Cristina Mallor.
CITA

El Banco de Germoplasma Hortícola del CITA se creó en el año 1981 con el objetivo de conservar todas las variedades de especies de cultivos locales que en esa época estaban desapareciendo. El cambio de cultura en la producción, la sustitución de estas variedades locales por otras variedades con mejor comercialización y la falta de relevo generacional en el campo para continuar manteniendo estas variedades son algunas de las razones que, según la actual responsable del Banco de Germoplasma e investigadora de la Unidad de Hortofruticultura del CITA, Cristina Mallor, explican el riesgo de desaparición de esas especies.

Antes que Mallor, que cogió las riendas del Banco en 2012, fueron José María Alvárez, en primer lugar, y Miguel Carravedo, posteriormente, ambos pertenecientes al CITA, los responsables de este depósito de semillas, que actualmente cuenta con 18.263 muestras de material correspondientes a más de 300 especies vegetales diferentes, según los últimos datos del propio CITA. María Ángeles Vela y Jesús Pallarés, miembros del equipo del Banco desde sus inicios, también han sido personas clave para su éxito.

En este amplio muestrario se incluyen semillas de cultivos hortícolas mayoritarios, como pueden ser el melón, la cebolla, el pimiento o el tomate; de cultivos minoritarios (borraja o achicoria), así como de especies silvestres comestibles (rúcula, colleja o cardillo), y de lo que en el Banco denominan especies silvestres relacionadas con las cultivadas. "Se trata de especies que ofrecen características interesantes para otros tipos de cultivo y que por medio de cruzamientos y de la mejora genética se pueden incorporar", señala Mallor.

El material del Banco de Germoplasma se conserva en forma de semillas, que se deshidratan y se congelan a una temperatura de 18 grados bajo cero, que es la misma para todo el material: "Al disminuir la humedad y reducir la temperatura de conservación conseguimos que las semillas envejezcan mucho más despacio y se conserven durante más tiempo".

Fue en la década de los 80 y 90 cuando el Banco de Germoplasma adquirió el mayor número de muestras. Conforme pasa el tiempo es más complicado obtener nuevo material porque "cada vez resulta más difícil encontrar hortelanos que cultiven sus propias variedades", lamenta la responsable. No obstante, el de Zaragoza y el de Valencia son los dos Bancos de Germoplasma Hortícola de referencia en España.

Sin embargo, los últimos datos parecen arrojar un nuevo interés por recuperar estas variedades locales que hace unas décadas parecían abocadas a la desaparición. Lo evidencia el número de consultas de personas dispuestas (o predispuestas, al menos) a cultivar estas variedades. De las 15 peticiones de 2011 se ha pasado a atender 167 en 2020.

Además de la conservación, el Banco de Germoplasma cumple un segundo objetivo derivado de este: contribuir al desarrollo de la investigación. "A veces, al proporcionar el material puede haber interés en investigar algunos asuntos. Por ello, también desde el Banco desarrollamos proyectos en este sentido", afirma Cristina Mallor. Así, por ejemplo, la judía blanca de Muniesa, la borraja, las variedades locales de garbanzo, las legumbres de montaña, el melón de Torres de Berrellén o las variedades hortícolas de la provincia de Teruel son algunas de las variedades que están siendo objeto de proyectos en los que trabajan en el Banco.

Fascinación por las plantas

El concurso virtual ‘Hortalizas, del banco al plato’, orientado a centros educativos de Infantil, Primaria, Secundaria y Educación Especial, así como a personas particulares, y en el que los participantes debían contestar un formulario con diversas preguntas, servía para celebrar las cuatro décadas de vida del Banco de Germoplasma. Todo ello enmarcado en el ‘V Día Internacional de la Fascinación por las Plantas’, en el que institutos de investigación y universidades de diferentes países participan en las múltiples actividades que se organizan cada dos años en todo el mundo.

El objetivo de esta actividad es lograr que el mayor número posible de personas de todo el mundo se sientan fascinadas por las plantas y se entusiasmen con la importancia de la ciencia de las plantas para la agricultura y la producción sostenible de alimentos nutritivos, así como para la horticultura, la silvicultura y la producción de plantas, productos no alimentarios como papel, madera, productos químicos, energéticos y farmacéuticos. El papel de las plantas en la conservación del medio ambiente también es un mensaje clave.

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