medio ambiente

Bienvenidos al hipotético Parque Nacional de los Monegros: ¿oportunidad o amenaza?

Los promotores del proyecto para proteger este espacio destacan su enorme valor y singularidad, mientras que los agricultores y ganaderos dicen que se condena al territorio.

“¿Un parque nacional en los Monegros? ¡Pero si es un secarral!”. No es difícil detectar esta reacción entre quienes oyen hablar sobre el nuevo proyecto de protección para la gran estepa aragonesa. Los Monegros son un lugar tan único como en ocasiones poco valorado. Ha inspirado a escritores y directores de cine, pero algunos pueblos y vecinos viven dándole la espalda. El proyecto para crear aquí un parque nacional ha vuelto con fuerza a raíz de la propuesta que Seo Birdlife ha enviado tanto al Gobierno de Aragón como al Ministerio de Transición Ecológica. Este nuevo movimiento ha dividido otra vez al territorio entre quienes consideran que se trata de una oportunidad y quienes lo ven como una amenaza.

El plan dibuja un perímetro que se extendería por al menos una parte de hasta ocho términos municipales distintos (Alfajarín, Villafranca de Ebro, Pina de Ebro, Monegrillo, Farlete, Perdiguera, Alcubierre y Lanaja), repartidos por tres comarcas (Los Monegros, Ribera Baja del Ebro y Comarca Central) y dos provincias (Zaragoza y Huesca). Son 29.000 hectáreas que abarcan una pequeña parte de lo que en realidad son los Monegros, pero que acogen buena parte de sus singularidades. Una visita al hipotético parque natural permite detectarlas.

Cuando se habla de un espacio natural de esta categoría, la mente vuela a grandes montañas con exuberante vegetación. Sin embargo la red de parques nacionales (en España hay 15, entre ellos el de Ordesa) debe incorporar por ley una muestra lo más amplia posible de los sistemas naturales del país. Y las estepas españolas, únicas en Europa, no cuentan con un parque nacional a su altura. Es ahí donde se abre una oportunidad para los Monegros, por delante de las Bardenas Reales de Navarra –condicionadas por el polígono de tiro- y el desierto de Almería. “Este sería un parque natural único en Europa”, asegura Luis Tirado, delegado de Seo Birdlife en Aragón.

La entrada de referencia estaría en la zona de Farlete y Monegrillo, donde conectan las partes norte y sur del posible parque. Se trata de un terreno bastante plano con cultivos de secano, pero que aparece salpicado de cientos de sabinas, lo que le convierte en “una unidad de paisaje única en España y en Europa”, según señala Tirado, quien califica esta zona como “el Serengeti aragonés”. “Salvando las distancias, claro…”, añade. Estos árboles diseminados acogen una fauna propia y se levantan entre unas tierras de labranza que no solo no desaparecerían, sino que “es obligatorio que se sigan cultivando”.

El parque nacional abarcaría 29.000 hectáreas de las comarcas de Monegros, Ribera Baja del Ebro y Comarca Central.
Paisaje de sabinas entre los campos de cultivo, entre Farlete y Monegrillo.
Marcos Cebrián

Al norte, la sierra de Alcubierre se coloca como uno de los lugares emblemáticos del hipotético parque. La ermita de San Caprasio sirve de mirador para observar la intensa vegetación de un bosque que crece aislado en medio de una zona esteparia, algo poco común. Pinos, sabinas, arces y robles crecen en un espacio con alta densidad de aves rapaces. Este bosque es una especie de isla verde en los Monegros, ya que el más cercano, la Sierra de Guara, está a unos cien kilómetros.

El parque nacional abarcaría 29.000 hectáreas de las comarcas de Monegros, Ribera Baja del Ebro y Comarca Central.
Vista de la sierra de Alcubierre desde San Caprasio.
Marcos Cebrián

Al sur de la carretera entre Farlete y Monegrillo, hacia el norte de Pina, Osera y Villafranca, se abre el paisaje más típicamente monegrino, árido, con barranqueras de terrenos muy salinos en los que la vegetación se ha acostumbrado a sobrevivir entre la sal, el viento, el calor y la falta de agua.

La propuesta de Seo Birdlife está ya sobre la mesa del Gobierno de Aragón y del Gobierno central. Va acompañada de un informe económico elaborado por Luis Ferruz, de la Universidad de Zaragoza, que considera que se trata de un proyecto rentable. Podría alcanzar un presupuesto anual de 3,2 millones de euros con financiación comarcal, autonómica, estatal, europea y, en menor medida, de fondos privados.

Desde la formación ecologista piden “que se abra un proceso de participación” para debatir un plan “que está abierto a posibles cambios”, y para que “se puedan resolver dudas y buscar soluciones para las iniciativas que puedan verse mermadas”. Según fuentes del Ejecutivo aragonés, precisamente este lunes está prevista una reunión con los alcaldes de la zona para empezar a pulsar su posición sobre el asunto.

De entrada, Tirado considera que el parque nacional sería “una oportunidad para una zona muy olvidada por las inversiones”. Apunta que proyectos como los nuevos regadíos o los parques de energías renovables ya están vetados por la protección ambiental que tiene la zona, y recuerda que la creación de un parque natural “fue un compromiso” adquirido por el Gobierno de Aragón tras la creación de los regadíos de los Monegros que generaron quejas ante las instancias europeas. 

Y a quienes tienen dudas de los méritos de esta zona semidesértica, “les diría que vinieran, que nos dejen enseñárselo, porque entonces iban a alucinar”. Insiste en que “es una biodiversidad única en el mundo”, y cree que “deberíamos ser más didácticos y enseñar el valor que tienen los secarrales”.

Luis Tirado, delegado de Seo Birdlife en Aragón.
Luis Tirado, delegado de Seo Birdlife en Aragón.
Marcos Cebrián

En el territorio muchos ven el proyecto al menos con recelo. José Luis Lasheras es agricultor y ganadero de Farlete, y responsable de UAGA en la comarca de Monegros. Para él, la propuesta de Seo Birdlife “no es ninguna sorpresa”. “Si no se pueden poner regadíos, ni granjas, ni parques fotovoltaicos, ¿qué hacemos? ¿A qué nos dedicamos? A estos pueblos nos condenan a la muerte”, señala en referencia a Farlete y Monegrillo. “¿Tampoco se va a poder cazar? Entonces nos olvidamos de la agricultura, porque este año entre los conejos y la sequía apenas hemos cosechado. Estos son los Monegros reales, esto es lo que hay”, sentencia. No obstante, el informe de Ferruz ve “posible e incluso recomendable” mantener la caza para controlar las poblaciones, como sucede en otros parques nacionales, aunque admite que se deberá prohibir a caza particular.

En opinión de Lasheras, “la única forma de mantener gente en el pueblo es con granjas o con agricultura”, porque “ni vienen empresas ni funciona el turismo”. “Y de algo hay que vivir”, añade. Según el responsable de UAGA en la comarca, “la gente a la que le gusta visitar los Monegros para ver pájaros o hacer excursiones no se queda a dormir aquí”, porque se van a Zaragoza. “Tenemos una casa rural en el pueblo y casi nunca viene nadie”, señala. Además, defiende la importancia de la agricultura y de la ganadería para conservar el hábitat de la zona: “El día que no haya ganado, tendrán que traerlo para que se coman la vegetación, porque si no desaparecerá la avutarda que tanto les gusta”.

José Luis Lasheras, responsable de UAGA en la comarca de Monegros.
José Luis Lasheras, responsable de UAGA en la comarca de Monegros.
Marcos Cebrián

Tirado, por su parte, es consciente de que “el conflicto siempre va a estar ahí”, pero cree que el proyecto “se ha explicado mal” desde hace muchos años. “Nos dejamos llevar por clichés del pasado cuando tenemos al alcance de la mano herramientas para medir si esto es rentable o no”. “No tendrían que dejar su actividad, al revés, habría que ayudarles a que la desarrollen”, apunta en referencia a los agricultores y ganaderos de la zona.

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