275 aniversario del nacimiento de Goya: la celebración de hace 25 años

Juliet Wilson-Bareau, Federico Torralba, Julián Gállego, Jeannine Baticle, José Milicua... hablaron del pintor en el HERALDO por la conmemoración de 1996.

Portada del suplemento del 30 de marzo de 1996.
Portada del suplemento del 30 de marzo de 1996.
Heraldo

Y llegamos a los prolegómenos del 250 aniversario del nacimiento de Goya. El 31 de marzo del 95, HERALDO DE ARAGÓN anunciaba ya los proyectos del Ayuntamiento de Fuendetodos para el Año de Goya. Se adelantaba así el pueblo natal de Goya, con su alcalde a la cabeza, Joaquín Gimeno, a los preparativos que los gobiernos central y regional habrían de poner en marcha y que se manifestarían, a la postre, improvisados. El 29 de octubre, en unas declaraciones al periódico, el propio Gimeno mostraba sus diferencias con el Gobierno regional, que aún no había clarificado sus proyectos. Tras una comparecencia de la ministra Carmen Alborch, el 25 de septiembre, sobre las actividades del Año de Goya, surge la polémica, al quejarse el Gobierno autonómico de haber sido marginado por el central en la celebración del aniversario. Es el comienzo de un tira y afloja que a duras penas viene a resolverse, con recortes y rebajas por ambas partes.

«¿Ha comenzado el año de Goya?», se preguntaba Santiago Paniagua a toda plana el 5 de enero de 1996. Y resaltaba en un sumario: «El comité aragonés organizador de los actos del 250 aniversario todavía no se ha reunido». Juan Domínguez Lasierra en un comentario a dicho texto, subraya la necesidad de la celebración del Año de Goya como «una prioridad aragonesa». Las informaciones desde entonces se multiplicaron hasta la fecha del aniversario, el 30 de abril, con el gran acto institucional en Fuendetodos, presidido por los duques de Lugo y el presidente aragonés. Momentos interesantes de estas semanas fueron el primer acto oficial del Año en Aragón: un homenaje de la Academia de San Luis a quien fuera su compañero Goya, celebrado en Fuendetodos el 14 de enero; la compra por la CAI de las cuatro colecciones de grabados de Goya en su primera edición y la publicación del libro de Arturo Ansón ‘Goya y Aragón’ (7-11); el curso sobre ‘Goya y su tiempo’, organizado por la cátedra Goya de la Institución Fernando el Católico, y celebrado a finales de febrero, con la participación de destacados especialistas como Juliet Wilson-Bareau, Federico Torralba, Julián Gállego, Jeannine Baticle, José Milicua... (todos entrevistados en estas páginas); la exposición ‘Goya y la arquitectura’, presentada por el Colegio de Arquitectos; la edición por la Calcografía Nacional de una edición facsímil de los ‘Caprichos’; la aparición de un Goya inédito en Madrid, que luego resultó ser obra de Salvador Maella; la compra por Ibercaja de dos cuadros de Goya, propiedad de la duquesa de Villahermosa, que se conservaban en el palacio de Pedrola...

El aniversario de Goya se conmemoraba, además, en las páginas de HERALDO con un suplemento monográfico aparecido el mismo día 30, en torno a la sociedad y las gentes aragonesas que rodearon al maestro. Con la silueta de Goya sobre un plano de Zaragoza, como portada, Federico Torralba escribía sobre el escenario artístico; José Laborda Yneva, de los gremios zaragozanos; José Pérez Gállego, del pintor en la Corte; Guillermo Fatás, de los aragoneses del tiempo goyesco: Pignatelli (‘La fuerza de la razón’), Aranda (‘El mundo desde Aragón’), Azara (‘Conocer sin límites’), y preguntándose por la existencia de un «partido aragonés»; Ricardo Centellas se ocupa del escenario urbano, y Arturo Ansón, hoy uno de nuestros goyistas más notorios, de Goya como colegial de los Escolapios y de su aprendizaje con José Luzán. No faltan las firmas de la casa: Luis J. García Bandrés, Juan Domínguez Lasierra, Mariano García, Santiago Paniagua. El número se ilustra con los goyas de Alagón, Calatayud, Muel, La Cartuja y Zaragoza, y con un ‘portarretratos’ en cuatro páginas. Además se publicó un ‘Hoy Domingo’ (24-3) con diversos artículos y reportajes en torno a Goya bajo el título ‘El genio vive’.

En el nuevo siglo

En el nuevo siglo, Goya también ha sido presencia constante. No insistiré en el tema, que ha tenido especial incidencia con motivo del 127 aniversario de su nacimiento. Copio aquí mi último artículo goyesco, al inicio del 2021, donde apoyo la iniciativa municipal de convertir La Lonja en el gran escaparate de Goya en Zaragoza:

El Prado ha adquirido don retratos de Goya por doscientos euros, o sea, a cien el retrato. ¡Qué baja está cayendo la cotización de Goya! Bueno, esto en el caso de que esos dibujos sean de Goya, que está por ver. Pero ya el hecho de que el Estado haya ejercido su potestad para arrebatárselos a un comprador particular, que los había conseguido en una subasta, indica algo. Desde luego, sean de Goya o no, son dos retratos magníficos, de mano maestra. La información nos la facilitó en estas páginas nuestro admirado Mariano García, que en cosas de subastas no se le escapa una. Empiezo a pensar que mi querido Mariano puede tener en su casa asombrosas obras de arte compradas por cuatro cuartos. A mí también me gustaría, pero para eso hay que estar al loro como nuestro Cantarero.

Hay opiniones para todo con eso de convertir la Lonja en un espacio Goya. A mí me parece el sitio más indicado, para Goya y para la ciudad. Es nuestro cogollo ciudadano. Dicen algunos que no tenemos obra goyesca para amueblar ese edificio, pero como ya dijimos hace un montón de años, cuando se planteó un Espacio Goya, que hoy los museos o similares se pueden plantear con otros presupuestos. Con las asombrosas conquistas tecnológicas, y la imaginación suficiente, la vida y obra de Goya pueden mostrarse de mil maneras, y servir de acercamiento a su figura a la vez que hacer de Zaragoza un lugar de referencia universal del genio. Ya sé que tenemos un Museo de Goya, pero quizá no es el escaparate mejor para que nuestra ciudad sea verdaderamente la ciudad de Goya, como le corresponde y como debe identificarse ante el mundo. Y si fuésemos de miras no tan estrechas, incluso toda la obra de Goya de que disponemos podría ir a esa Lonja emblemática. Pero que conste que no es imprescindible.

Nuestros camanduleros oficiales, Pablo Ferrer y Laura Uranga, han recalado en Alagón, y naturalmente se han referido al fresco ubicado en la ahora Casa de la Cultura, antiguo Colegio de los Jesuitas, que fueron los que debieron encargar la pintura de esa bóveda que representa la Exaltación del Nombre de Jesús, con el anagrama JHS y angelotes en gloria. La autoría goyesca de ese fresco fue revelada y defendida hace ya muchos años por Teresa Grasa y Carlos Barboza, restauradores de buena parte de la obra goyesca aragonesa. Sería una obra del Goya joven (19 años) y es satisfactorio que, frente a recelos y dudas, se reconozca que ahí está la mano del maestro.

Hemos tenido grandes goyistas, y los tenemos. Goya parece inabarcable si nos atenemos a las continuas exploraciones que de su obra se hacen en los más diversos ámbitos de la investigación. No sin polémicas por la autoría de algunas de sus creaciones. Pero esas mismas polémicas dan idea de su proyección única en el mundo del arte. Seguir los pasos de esas investigaciones, tenerlas al día, también podría ser una dedicación colateral de ese espacio goyesco de la Lonja. Necesitamos imaginación, voluntad y determinación. Y una postdata, que la Estación Delicias sea la Estación Goya».

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