aragón extraordinario

Estercuel hace gala de su gran potencial para el paseante

El entorno de este pueblo de tradición minera ofrece diferentes variedades de flora, miradores en altura,
un inmenso cráter verde surgido de la recuperación de terrenos de la mina y alojamientos de altos vuelos.

La sinceridad hacer ganar crédito a quien la cultiva. Joaquín Lahoz, alcalde de Estercuel, es sincero. Héctor Lucas, concejal y agricultor especializado en el pistacho, también; ambos son cicerones de lujo a la hora de recorrer Estercuel y su entorno, glosar sus haberes y reconocer carencias. Por supuesto, hay más del primer costal.

"La covid ha hecho que apreciemos mucho más el entorno –comienza Joaquín, jubilado y regresado al pueblo hace ya unos años– porque nos ha hecho cambiar algunos parámetros. Por ejemplo, aquí tenemos una señora piscina de agua salada, y muchísima zona verde; es el gran reclamo en verano para todos los que vienen, pero el año pasado no pudo abrirse. Precisamente por eso, la gente descubrió zona y rutas que ni conocían. Me refiero a gente joven con raíces en el pueblo pero que no vive aquí, y que anteriormente no curioseaban tanto". "La necesidad agudiza el ingenio", dice Héctor, que sí es joven, y residente habitual. "Y la gente volverá este año a buscarse la vida por los alrededores, porque vale la pena; no sé si habrá piscina, ojalá que sí, pero si no es posible, no se echará tanto en falta si ya has conocido las alternativas".

Joaquín echa la vista atrás. "Yo me fui de aquí con 13 años, pero nunca dejé de venir en vacaciones y puentes; a ver, el pueblo no es el más bonito del mundo, y los de siempre no lo valorábamos, pero la gente nueva le ha encontrado un encanto especial gracias a ese entorno tan espectacular. Y ojo, mi pueblo me encanta, he trabajado 43 años fuera y tenía claro que me jubilaría aquí, pero ha sido recientemente cuando he aprendido a quererlo mejor más. Vamos, que no me hace falta tener aquí unos órganos de Montoro, porque el Mont Coscoll es una maravilla, y la subida a la Peña Santa Ana te da una vista impresionante de todas las antiguas zonas mineras. Además, es una gran caminata, y solo se hace algo más exigente en el tramo final".

Héctor apunta que ahora se ven todo tipo de paseantes y deportistas en los alrededores. "La gente saca a sus perros, y al lado tienes a los que entrenan para triatlón; hay caminos perfectos para trote y bici. Yo, de hecho, voy muchos días en bici a trabajar al campo". "Yo –recalca Joaquín– no soy triatleta, pero mi perro y yo nos damos unos paseos tremendos, que nos vienen muy bien a los dos; el mejor es a ver la puesta de sol, que es muy bonita… también hay rutas interesantes para motos y quads, si se hacen con cabeza".

Las Pedrizas es otra zona de tránsito habitual. "Hablamos de un manantial en barranco, que recorre desde la parte alta del pueblo hasta el monasterio, son aquellos cuatro o cinco kilómetros de paseo cómodo. Si quieres, puedes complicarlo subiendo un poco. Luego están las zonas de restauración de las minas, tenemos la Gargallo II Oeste, una bocamina de 1.400 metros de diámetro que no es una circunferencia perfecta, por lo que la cuerda tiene casi cinco kilómetros; hay agua abajo y un pinar arriba que es una gozada". Esta actuación es parte de la recuperación del terreno que emprendió Endesa en la zona, tras el cierre de esa mina en 2012; la obra se extendió a lo largo de cuatro años".

Joaquín recuerda que el pinar es zona de rebollones en invierno. "Aquí predomina el suelo arenoso, muy bueno para el pino; eso sí, salen todos torcidos. En el Barrancondo hay pino carrasco y resinero, además de un sotobosque de encinas y enebros con abundante romero y plantas aromáticas".

El monasterio

Monumento de interés general desde 1982, el monasterio de Nuestra Señora del Olivar (siglos XVI-XVII) es una joya patrimonial aragonesa de muchos quilates, además de centro de reflexión, retiro y formación; se trata de un edificio de planta impresionante, que sin embargo casa de maravilla con su entorno. Arquitectónicamente destaca su claustro, con dos naves divididas por columnata. Para paliar las humedades, se construyeron unas bovedillas en todo el claustro. El templo es mudéjar".

Historia y versatilidad

El monasterio tiene su historia en el plano literario, ya que Tirso de Molina escribió en él sus obras ‘Los amantes de Teruel' y ‘La dama del Olivar’. Además, la colección de pintura contemporánea ha recabado elogios unánimes, con el aliciente añadido del aporte de dos artistas turolenses, con raíces en Oliete: Alejandro Cañada y su hija Nati. Por si fuera poco, es un lugar perfecto para pasar unas jornadas tranquilas: hospedaje impecable, buena cocina y todas las comodidades.

Hay otras dos opciones para quedarse en Estercuel, que este año se han visto igualmente afectadas por la pandemia; el Villa de Estercuel, un coqueto hotel a las afueras del pueblo, junto a las piscinas, y la casa rural El Olivo, una de las más elogiadas por los usuarios en toda la provincia de Teruel. David y Ana, los propietarios, la construyeron con sus propias manos, y no le falta un detalle; está abierta hace dos años y es de tres espigas (categoría superior), con barbacoa y aire acondicionado ecológico, debido al compromiso de sus dueños con el cuidado medioambiental. El hotel abre este próximo viernes tras un tiempo de parón, y ya admite reservas.

Desconexión de la buena

En Estercuel no se caen los anillos de nadie al reconocer en voz alta que no habían valorado suficientemente su entorno hasta que las circunstancias obligaron a un cambio de esquemas. ¿Sus poderes? Miradores, paseos junto al agua, muestras palpables de recuperación de terrenos mineros y una vocación clara de acogida: les encanta recibir al viajero con los brazos abiertos.

Una fiesta única. Se celebra en enero, el fin de semana más cercano a San Antón. La tradición es medieval y viene de una rogativa para que la peste no entrase en el pueblo. El fuego purificador lo impidió, y los mozos se mojaban las camisas para poder atravesar las hogueras en las que se quemaban posibles objetos afectados. Ahora se encienden 15 o 16 hogueras en varios puntos del pueblo; la ruta está marcada todo el año. La fiesta goza de renombre en todo Aragón; y la encabezan dos personajes, el Rey y el Conde, que llevan coronas adornadas y un hacha de fuego en la mano derecha.

Parecidos razonables

También en Teruel: minas de Ojos Negros. El aspecto no es el mismo, ni las dimensiones, pero el concepto sí lo es. En la imagen se ve el embalse de Menerillo, que está a medio camino entre el barrio Centro, localización neurálgica de la actividad minera en Ojos Negros, y el pueblo. Es una de las obras de restauración tras el fin de la explotación minera en la zona, que acaeció en 1987. Allí se rodó hace el año pasado un cortometraje, ‘Su hora’, que recreaba en minuto y medio el duelo entre Henry Fonda y Charles Bronson de la película ‘Hasta que llegó su hora’ (Sergio Leone, 1968).   

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