crisis migratoria 

"Marruecos y España están obligados a llegar a un acuerdo por la economía"

El empresario aragonés Antonio Gil, residente en Tánger, destaca que el 35% de la exportación marroquí ya depende de empresas españolas instaladas en el país vecino.

Antonio Gil, empresario zaragozano de 57 años, reside en Tanger, donde trabaja hace diez años como asesor de empresas españolas y en inmigración de marroquíes.
Antonio Gil, empresario zaragozano de 57 años que reside en Tánger, donde trabaja hace diez años como asesor de empresas españolas y en inmigración de marroquíes.
Heraldo

“Marruecos y España no pueden entrar en conflicto porque están obligados a llegar a un acuerdo por la economía que comparten”. Así de tajante se muestra el empresario zaragozano Antonio Gil, quien lleva una década instalado en Tánger (Marruecos), donde trabaja como asesor de extranjería para marroquíes y empresas españolas.

Explica que los dos países "están compartiendo casi un 35% de la economía marroquí", porque las empresas españolas "han superado aquí a las francesas en las exportaciones". Empresas como El Corte Inglés, Zara o el Grupo ACS, de Florentino Pérez, por ejemplo, "se han desarrollado en Marruecos, y eso se nota”, asevera el zaragozano, que hace poco que regresó a Tánger tras ser vacunado en Zaragoza como miembro que es de la Hermandad de la Sangre de Cristo. 

Antonio Gil conoce bien Ceuta, porque hizo la mili en los Regulares en la ciudad española allá por 1990, cuando unidades militares como la Legión tenían 10.000 efectivos en la zona. Aunque está a una hora de Tánger, la visita semanal a Ceuta es casi una costumbre para los españoles que residen en Marruecos. Pero la pandemia ha impedido que el empresario zaragozano la visite desde finales de 2019. "Solemos ir a comprar al Carrefour o a otras tiendas para llevar productos españoles a casa, pero hace tiempo que no podemos entrar, y menos con un coche de matrícula marroquí", detalla.  

“Las fronteras de Ceuta y Melilla tienen que estar muy vigiladas ahora”, reconoce, para evitar los efectos de la invasión. “La pandemia ha perjudicado mucho la economía de los marroquíes que trabajan en Ceuta y luego regresan a sus casas de Castillejos, a cinco kilómetros”, agrega. Esta es una de las excusas que argumentan los marroquíes que entran a la ciudad española, donde ahora son detenidos por militares y agentes de la Policía Nacional para devolverlos en caliente a su país.

En Marruecos hablan ya de casi 9.000 marroquíes que han entrado en la ciudad española, que tiene 80.000 habitantes, por la política permisiva de la Policía marroquí como presión frente al Gobierno español por atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en el hospital de Logroño.

La presión del Gobierno marroquí 

Antonio Gil considera que la decisión del Gobierno español con Ghali ha sido “un error” porque está procesado por genocidio en la Audiencia Nacional (entre otros delitos), y por eso entiende la presión del Ejecutivo marroquí. Incluso compara esta polémica con la que hipotéticamente supondría en España que un etarra como Josu Ternera estuviera escondido en Marruecos. Agrega, además, que no se puede olvidar que el Gobierno estadounidense de Donald Trump reconoció al Sáhara como parte de Marruecos.

Mientras tanto, apunta también que el Gobierno marroquí va a presionar a España para que facilite este verano la Operación Paso del Estrecho, que permite la llegada de los emigrantes marroquíes en Europa para que dejen divisas en el país. Asimismo, en los planes de Marruecos está también reabrir el turismo de invierno para los europeos que suelen pasar esas fechas en Agadir, en el sur del país.

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