"Lo siento, no tenemos sitio en la terraza, tendrán que esperar". Esta frase, que hace apenas unos meses sonaba utópica, ha sido este sábado la más repetida en los bares de Zaragoza. El tiempo ha acompañado y quienes han optado por quedarse han llenado las calles del centro. A la hora de comer se ha visto incluso alguna comunión y, por la tarde, las copas que antes se tomaban pasadas las 0.00 han empezado a asomar por las mesas. "Los hábitos han cambiado", reconocía el camarero de uno de los establecimientos de la plaza de España.

Los más de 27 grados que ha alcanzado la ciudad han hecho que las heladerías de Don Jaime y la calle de Alfonso I registrasen filas que daban la vuelta a la esquina. También ha habido que armarse de paciencia para coger sitio en puntos como la plaza de San Felipe o entrar a según qué tiendas.

Por lo general, la gente ha cumplido las distancias mínimas y la obligación de llevar mascarilla. De ello se han encargado los agentes de la Policía Nacional y Local presentes en las principales arterias, incluido el Tubo, durante las horas centrales de la tarde.

Al límite de las 22.00 casi un centenar de personas se ha congregado en torno a un grupo de música en los porches del paseo de la Independencia. El cantante ha insistido en numerosas ocasiones que había que mantener las distancias y hacer uso obligatorio de la mascarilla. Unas recomendaciones que se han cumplido por un amplia mayoría de los asistentes, tanto que el público estaba distribuido casi hasta la calzada y en la acera había 'calvas' entre unos y otros. Antes de las 22.00 ha anunciado la última canción, ya que la licencia les impedía estar más tiempo. Móviles en alto para inmortalizar la actuación, parejas abrazadas moviéndose al son de la música y aplausos cuando la canción rompía.

El viernes, no obstante, en una noche calificada de “tranquila” tanto por la Policía Local como por la Nacional, solo en la capital se interpusieron 55 denuncias por botellón y 33 por infringir la normativa sanitaria, principalmente por no llevar mascarilla, según datos del cuerpo municipal.

En Teruel, el café-restaurante 1900 tenía las 22 mesas de su terraza al completo tanto a la hora de comer como para cenar. "Las sensaciones son muy buenas. Aparte de la ampliación de horarios, es una suerte que puedan venir ya visitantes de la Comunidad Valenciana", ha afirmado su encargado, Fernando Mateo. Las dos horas extra propias de la fase 2 le han permitido "repartir la faena". "Antes, la gente venía a las 21.00 y nos colapsaban. Por el momento no nos planteamos contrataciones, pero, tras el fin del estado de alarma, todo el mundo ha podido salir del ERTE", ha manifestado.

Toni Galán