La defensa del parricida de La Paz alegará su enajenación mental

El proceso a Etiosa G. I., acusado de matar a su padrastro Antonio Ibar, de 69 años, el 28 de julio de 2019 en su casa de la calle del Teniente Coronel Moyano, en el barrio de Torrero-La Paz, ya está concluido. La abogada defensora del acusado, Raquel Ginés, anuncio ayer a HERALDO que va a solicitar la aplicación de la eximente por enajenación mental en el juicio por Jurado que se podría celebrar antes del próximo verano.

La letrada quiere abrir negociaciones con el Ministerio Fiscal, que podría pedir diez años de cárcel por el homicidio del padrastro y, al menos, otros dos por delito de lesiones por la agresión que propinó a su madre.

El parricida se encuentra en prisión provisional en un módulo de la cárcel de Zuera bajo tratamiento psiquiátrico y está en buenas condiciones. Su madre Linda I. I., nigeriana como él, con quien se reencontró en 2015 en Zaragoza, suele ir a visitarlo, y el preso se encuentra bien.

El Juzgado de Instrucción 3 de Zaragoza ha dado un plazo de diez días a las partes para que presenten la acusación, una vez que se haya concluido el sumario. La familia de la víctima no se ha personado como acusación particular.

En este sentido, la juez dio la opción al Salud de personarse para reclamar la responsabilidad civil correspondiente por el tiempo que estuvo ingresada la madre en el hospital y que puede ascender a 80.000 euros.

Asimismo, un informe de las forenses Aránzazu Ortubia y Teresa Roca concluyó que, cuando asestó las dos puñaladas a su padrastro, su capacidad de conocer, querer y actuar libremente estaban «totalmente anuladas». De hecho, la relación del acusado con Antonio Ibar, un carpintero jubilado muy conocido en el barrio, era muy estrecha. Pero su madre declaró que el hecho de no tener trabajo en los últimos meses (solía acudir de temporero desde que llegó en 2015) le estaba alterando. A veces, recibía medicamentos en el centro de salud.