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Deporte para embarazadas en el medio rural

Yoana Bautista es licenciada en Ciencias del Deporte y está especializada en rutinas para futuras mamás y postparto. Vive en Alcorisa y da clases tanto presenciales como online.

Yoana Bautista, con su hijo pequeño Roque, en su casa de Alcorisa.
Yoana Bautista, con su hijo pequeño Roque, en su casa de Alcorisa.
Heraldo

El fenómeno Mamifit, una rutina deportiva hecha especialmente para mujeres embarazadas y para recuperación tras el parto, se extiende ya al medio rural aragonés. El método, que generalmente es más propio de las ciudades, se ha ido dando a conocer en núcleos menos poblados. Internet tiene mucho que ver en ello ya que ahora dar y recibir clases online es de lo más común. Esto permite que tanto profesora como alumnas puedan estar en cualquier parte y no se pierdan una sesión, además de la flexibilidad horaria.

Es el caso de Yoana Bautista, licenciada en Ciencias del Deporte y especializada en el método Mamifit. Vive en la localidad turolense de Alcorisa y desde allí imparte clases tanto online como presenciales en todo el Bajo Aragón. Trabaja para la marca (Mamifit es una franquicia) desde hace casi tres años, aunque lleva más de diez dedicada al mundo del deporte. Ha dado clases polivalentes, ha sido entrenadora de fútbol y monitora de natación desde bebés hasta adultos.

Casi toda su etapa profesional la ha desarrollado en Alcorisa, su pueblo natal y donde volvió a vivir al poco de terminar sus estudios universitarios en Huesca. La formación siempre ha estado presente en su vida y con el tiempo se ha ido especializando en otras disciplinas relacionadas con el fitness, como spinning, step o pilates.

Pero después de mucho tiempo haciendo lo mismo, Yoana se dio cuenta de que necesitaba dar un cambio a su rutina profesional. Además, se acababa de quedar embarazada y quería seguir practicando deporte pero en el medio rural no encontraba opciones. Casualidad o no, un día vio en un anuncio de Facebook que Mamifit buscaba profesionales para desarrollar su metodología de trabajo.

Se informó más, cursó un máster relacionado con el deporte en el embarazo y el postparto y apostó por coger la franquicia Mamifit. “Buscaba dar un giro a mi vida pero también vi que este tipo de servicios solo se encuentran en las ciudades y las mujeres del medio rural los necesitan igualmente”, explica. Para ella su trabajo actual es también una manera de contribuir con el bienestar del entorno que la rodea.

Así es como en octubre de 2018 Yoana abre la franquicia más pequeña de Mamifit de España, desde Alcorisa y para todo el Bajo Aragón. Antes de la pandemia, las sesiones eran presenciales y llevaba a unas 60 alumnas, la gran mayoría, mujeres embarazadas o que se querían recuperar tras el parto.

Aunque ése sea el perfil más habitual de quienes apuestan por el método Mamifit, el programa se especializa en entrenar y cuidar a la mujer (y también al hombre) en todas las etapas de su vida. “Dentro de muy poco recibiremos una formación de deporte durante la menopausia”, comenta Yoana.

En cualquier caso, el grueso de las clases se divide entre las destinadas a embarazadas y las de postparto. La dinámica es similar en ambas, atendiendo en la medida de lo posible las necesidades de cada alumna. “Durante el embarazo el objetivo es evitar que la mujer tenga molestias de espalda o falsas ciáticas, mejorar el posicionamiento del bebé en la tripa y que no se coja demasiado peso”, explica Yoana. Factores, algunos de ellos, que pueden ayudar a no tener diabetes gestacional o fuertes subidas de tensión.

Durante las sesiones, el material empleado es similar al de un entrenamiento funcional al uso, con mancuernas, gomas de resistencia y la pelota de pilates. Pero hay dos elementos muy específicos para fortalecer suelo pélvico y abdomen que cada vez se están introduciendo más en las sesiones de Mamifit. Uno de ellos es el tronco de propiocepción (en inglés ‘wood roller’). Es un aparato en forma de palo de madera cortado por la mitad, como un semicilindro, sobre el que hay que colocarse de pie y mantener el equilibrio.

Su gran aliado es el ‘winner flow’, una especie de silbato que sirve para expulsar el aire de forma controlada mientras se realizan una serie de movimientos. “Esta dinámica, compaginada con sesiones de hipopresivos o planchas multiplica la eficacia del trabajo de fortalecimiento de abdomen”, explica Yoana.

Cuidar el cuerpo, pero también la mente

Junto a las clases para embarazadas, otra parte importante del trabajo de Yoana se dirige a la recuperación después del parto. Y aquí, al trabajo físico para volver al cuerpo anterior en la medida de lo posible se suma una importante labor mental. “Al trabajar en grupo con otras mamás se crea un efecto tribu que contribuye a evitar las depresiones postparto”, asegura. En este sentido, aunque dentro de la filosofía Mamifit se sigue ofreciendo la posibilidad de llevar al bebé a la clase, el lema ha cambiado en los últimos años. “Ahora hablamos de ‘Cuidarse para cuidar’, conscientes de que las alumnas necesitan un rato para ellas mismas, salir del rol de madre y volver a sentirse mujer”, explica Yoana.

Por desgracia, desde que estalló la pandemia este efecto terapéutico de las sesiones presenciales en grupo se ha tenido que dejar aparcado, ya que las clases solo se están ofreciendo online. “Mi idea es retomarlas pronto, ahora que llega el buen tiempo y las podremos hacer en espacios abiertos”, dice.

Mientras tanto, sigue trabajando a través de internet aunque su actividad se ha reducido a una tercera parte de lo habitual. “Antes llevaba a unas 60 alumnas de varios pueblos, Andorra, Alcorisa, Aguaviva e iba a salir un grupo en Alcañiz. Desde que las clases son online tengo solo tres grupos muy reducidos”, lamenta.

En cualquier caso, confía en que es algo temporal y en poder volver a recuperar la normalidad más pronto que tarde. “Los primeros meses me costó mucho que se entendiera la filosofía de mi trabajo, más en el medio rural, donde no se está acostumbrado a pagar ciertos precios por este tipo de servicios”, explica Yoana. Pero a base de darse a conocer y de ofrecer sesiones gratuitas de prueba ha ido ganando seguidoras que confían plenamente en ella y en su metodología.

“Lo que más cuesta es hacer entender que el deporte es salud, que estas clases no se dirigen solo a conseguir un objetivo físico”, asegura. A este obstáculo se suma que su radio de acción no está demasiado poblado y tampoco hay muchas embarazadas. Pero Yoana se mantiene optimista y saca el lado bueno. “Cuando me quedé embarazada de mi segundo hijo me agobié porque no sabía cómo iba a llegar a todo. Quería buscar a alguien que me sustituyera pero no encontraba a profesionales en la zona”, recuerda. Pero llegó la covid y todo se paralizó. “Me ha regalado un año para pasar tiempo con mi hijo”, reflexiona, como parte positiva de estos últimos meses de pandemia.

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