El pulso de la Fundación Lacus Aragón, que promueve valores de inclusión para la integración real de las personas con discapacidad y con necesidades específicas, sigue latiendo a pesar de que la pandemia ha alterado muchos de sus planes. En cualquier caso, con la celebración de la gala del undécimo aniversario no ha podido.

La cita fue este jueves en el Teatro de las Esquinas, donde prácticamente se llenó la mitad del aforo. El presidente de la Asociación Motorista PICA Aragón, José Antonio Martos, presentó un evento cargado de energía, música y buen humor. Eso sí, también se ofrecieron datos de interés sobre la docena de centros educativos con los que trabaja la fundación; la atención a más de un centenar de niños y sus jornadas, talleres y proyectos como la escuela de familias.

Entre otros asistentes, esta labor la conocieron el consejero de Educación del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, y su secretaria general Estela Ferrer, además de los representantes del Ayuntamiento de Zaragoza Ángel Lorén, Pilar Cintoré y Félix Brocate. También asistieron Luis Gonzaga, de CERMI Aragón; José Luis Catalán, de la ONCE, y Javier Muñoz, de CaixaBank.

En ninguna de las galas celebradas hasta la fecha había habido una representación institucional tan importante, una señal que el presidente del patronato de la Fundación Lacus Aragón, Fernando Gasca, espera que se traduzca en más apoyos. En su intervención, puso el foco en el principal objetivo de la entidad: "Gracias a los proyectos de acompañamiento educativo, de ocio y al resto de acciones, la inclusión real desde la escuela y el ocio beneficia a las personas con discapacidad intelectual, pero también a sus compañeros y a toda la sociedad".

En este sentido, Fernando Gasca apostó por "facilitarles el camino de verdad, apostando por ellos en toda su formación sin que el paso a la ESO sea un muro; que las valoraciones psicopedagógicas y las adaptaciones curriculares sean verdaderas herramientas de discriminación positiva y no una excusa para su exclusión".

Tras sus palabras, se entregaron las distinciones de 2020. En concreto, a la Asociación Síndrome de Angelman, que recibió su delegado en Aragón, Diego Arrese; a ARAPRODE, por la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad, que recogió su vicepresidente Fernando García, y a Special Olympics Aragón, por poner el deporte al servicio de este mismo objetivo. Su presidente, David Berrueco, recibió la distinción.

Tras los galardones llegó el momento de disfrutar de la parte festiva. En esta ocasión, para levantar los ánimos después de un año tan duro, se organizó un espectáculo de música y humor en el que Virginia Canedo & Anazul pusieron voces y electrónica al servicio de unas canciones muy vivas.

A continuación, salió a escena el ‘showman’ Luis Cebrián presentando su lado más íntimo y personal: Lazarus. Eso sí, no faltó su alter ego Cretino para poner el toque gamberro y festivo. Lo hizo acompañado de sus inseparables The Cretiners.