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A la espera del 9 de mayo: "La gente se muere de ganas de venir a la playa"

El final del estado de alarma es la fecha marcada en rojo por muchos aragoneses para volver a sus segundas residencias en la costa. Los administradores de fincas y las agencias de viajes ya lo notan.

Imagen del paseo marítimo de Salou durante este pasado mes de enero.
Imagen del paseo marítimo de Salou durante este pasado mes de enero.
Tjerek Van Der Meulen

Esta semana ha comenzado lluviosa en la Costa Dorada. “Es que os guardamos el sol para que vengáis dentro de dos semanas”, comentan por allí. El próximo 9 de mayo, domingo, acaba el estado de alarma en España. Si no hay cambios para entonces, ese día se levantarán tanto el toque de queda como los cierres perimetrales de las comunidades autónomas, por lo que los aragoneses podrán (por fin) pasar a los territorios limítrofes.

Esa fecha está marcada en rojo en muchos calendarios como la del levantamiento de las barreras que cierran el paso a la playa. A las ganas de arena y sol se une la preocupación por el estado de las segundas residencias que miles de aragoneses tienen en las costas mediterráneas, especialmente en Cataluña.

Por eso, estos días suenan los teléfonos de los administradores de fincas y agencias inmobiliarias de las zonas de costa. “Nos llaman para ver si sabemos algo, para que les contemos qué restricciones hay en Cataluña… La gente tiene muchas ganas de salir y de ver cómo están sus propiedades”, cuenta Luis Usarralde, jefe de ventas de Universal Holiday, que gestiona más de 300 alojamientos turísticos desde Torredembarra hasta Hospitalet de L’Infant.

Muchos de sus clientes son aragoneses, por lo que no han tenido la posibilidad legal de pasar por sus pisos desde hace casi medio año. “Nos piden que pasemos a echar un ojo para ver si están bien, así que nos damos una vuelta para que se queden más tranquilos”, cuenta. El levantamiento del cierre perimetral el 9 de mayo permitirá los movimientos entre Comunidades, aunque Aragón cuenta con una ley propia que le permitiría imponer los cierres provinciales, que en la práctica también volverían a sellar las fronteras de Aragón.  

Pablo Arévalo, administrador de la empresa CAC Salou, confiesa que “en Semana Santa hubo alguno que se escapó” a la playa. Sin embargo, la mayoría de los más de 15.000 aragoneses que tiene una propiedad en la Costa Dorada lleva meses sin poder cruzar la frontera con Cataluña. “La gente está como loca, se muere de ganas por venir a la playa”, detecta Arévalo al otro lado del teléfono cuando habla con sus clientes. Su empresa lleva la administración de más de 80 comunidades de vecinos entre Salou y Cambrils, con mayoría absoluta de aragoneses.

“Llaman y preguntan si podrán venir el 9 de mayo, pero yo no puedo decirles nada”, señala. Cree que la medida es más que necesaria, porque “si no abren las fronteras, Salou se va a morir”. Según cuenta, los aragoneses que llaman también preguntan “por cómo está la playa” y por el estado “de su apartamentos”, por lo que les toca hacer “más de conserjes que de administradores”.

Las ganas de acudir a las segundas residencias llegan al punto de que algunos propietarios “nos pedían si podíamos hacerles un papel justificante para viajar”. “Los hacíamos en casos muy excepcionales, solo si habían tenido algún problema muy serio, porque de lo contrario puede suponer una multa para ellos y para nosotros”, comenta Arévalo.

Ese runrún que se genera por el final del estado de alarma también llega hasta las agencias de viajes. Quien más, quien menos se empieza a pensar en las vacaciones, y el levantamiento de las fronteras supone una invitación a viajar. “Se nota, sí que se nota. La gente está empezando a tener la sensación de que va a poder moverse, por lo que hay más optimismo”, señala Jorge Moncada, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón. Según apunta, “cualquier noticia positiva sobre la pandemia la gente la hace suya”, por lo que “llaman, preguntan y luego reservan”. Cree que los viajes por territorio nacional “van a moverse mucho”.

En ese sentido, la vacunación es clave, porque se “da mucha más seguridad en todos los sentidos”, dice Moncada. Por eso, y más allá del final del estado de alarma, observa “mucho interés para viajar en octubre, noviembre y diciembre”. “Hay mucha gente reservando para Navidad, porque piensan que para entonces todo estará mucho mejor”, apunta el presidente de la asociación. Moncada ve “muchas ganas de viajar en la gente”, y reflexiona que hacer las maletas y buscar un destino “ya no es un capricho, sino que se considera una necesidad, como una recompensa al tiempo que han estado trabajando”.

Ese optimismo también llega al otro lado de la frontera. Las restricciones de movilidad en el interior de Cataluña se acaban de levantar, lo que es una primera inyección para las zonas turísticas. La segunda dosis llegará el 9 de mayo. "La cuenca del Ebro, desde Lérida hasta el País Vasco, pasando por Aragón, La Rioja y Navarra es fundamental para nosotros", señala Javier Guardiá, portavoz de la Federación de Hostelería y Turismo de Tarragona. 

Guardiá dice que todo el sector está "a la expectativa", aunque con una visión positiva: "El año pasado cada semana que pasaba se veía peor que la anterior; ahora nos pasa al revés, cada semana se ve un poco mejor", dice. Si el curso pasado se quedaron "un 70%" por debajo del volumen de negocio que en 2019, el objetivo este 2021 es estar "a la mitad" que un año normal, para al menos cubrir gastos. "Estamos muy preparados, todo el mundo es muy consciente de la situación sanitaria", defiende.

El fin del estado de alarma supondrá, además del levantamiento del cierre perimetral de Aragón, el fin del toque de queda. Lo mismo ocurre con la limitación a seis personas de las reuniones sociales tanto al aire libre como en los espacios cerrados. Eso sí, las Comunidades podrán decretar sus propias restricciones, siempre con el aval de los tribunales, por lo que muchas restricciones como los horarios y aforos limitados en la hostelería y el comercio se pueden mantener, por ejemplo. 

Aunque será la evolución de la pandemia la que marque las necesidades, algunos partidos y Comunidades han criticado el final del estado de alarma por parte del Gobierno central, al retirarse el paraguas legislativo que les permitía tomar determinadas medidas.

Aragón aprobó en diciembre del año pasado una ley propia que estará vigente hasta el final de la crisis sanitaria, y que regula las posibles medidas a adoptar dependiendo de los diferentes niveles de alerta.

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