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Medicina rural en tiempos de pandemia: "Hay pacientes que lo que quieren es un abrazo"

Pilar Borraz (41 años) es la coordinadora del Centro de Salud de Mas de las Matas. Es médico rural por vocación y por ‘herencia’ familiar, ya que su padre fue el doctor de una docena de pueblos de Teruel.

Pilar Borraz, a las puertas del centro de salud de Mas de las Matas.
Pilar Borraz, a las puertas del centro de salud de Mas de las Matas.
Francisco Jiménez

A usted no hace falta preguntarle de dónde le vino la vocación.

No. Mi padre era médico rural y la familia le seguimos a todos sitios. Cuando nací estaban en Alcorisa, pero luego pasamos por Argente, Visiedo, Camañas, Lidón, Villarquemado, Cella, Estercuel, Gargallo, Crivillén, Arens de Lledó y Castellote.

Teruel tiene pocos secretos para la familia.

Ser de Teruel es mucho, es algo muy grande.

¿Qué recuerdo guarda de aquellos años?

El médico vivía en el pueblo y la consulta estaba debajo de casa. Era medicina 24 horas al día, siete días a la semana. Mi padre se sabía el número de la Seguridad Social de todos sus pacientes, decía que era el pastor que conocía a todas sus ovejas.

La pequeña Pilar tomó buena nota de todo aquello.

Yo estoy trabajando donde quería. Hice la formación en el hospital Miguel Servet, pero sabía que quería volverme a mi tierra, trabajar en esta zona y criar a mi familia. Ser médico de pueblo implica conocer a todos los pacientes, a sus familias y amistades. Si no contactas con uno, sabes a quién tienes que llamar para encontrarlo. Cuando conoces la medicina rural, ya no te pasas al otro bando, aunque muchas veces te acabas llevando el trabajo a casa.

¿Se vive todo más intensamente, tanto los buenos como los malos momentos?

Sí. Cada noticia, buena o mala, es parte de ti. Hace dos semanas falleció una persona que quería que la vacunáramos para que nos pudiéramos dar un abrazo que al final no nos pudimos dar.

Ese contacto tan importante, ¿se ha perdido con la pandemia?

Aquí es clave sentarte con el paciente, cogerle la mano... A veces necesitan hablar y poco más, o lo que quieren es un abrazo curativo. Esa medicina humana hay que recuperarla lo antes posible.

Dentro de diez o veinte años, ¿qué imagen o momento concreto cree que le vendrá a la cabeza cuando recuerde todo esto?

Quiero pensar que me olvidaré de esas imágenes que a veces no me dejan conciliar el sueño. Que me vendrán los días de vacunación, y que esos abrazos perdidos y ese juntarnos con la familia, los amigos y los compañeros nos aliviará lo que hemos pasado.

¿Cómo se vacuna en lugares como Mas de las Matas?

Estamos en permanente contacto con alcaldes, concejales, asociaciones... Hacemos una captación activa de las personas a las que hay que vacunar, pero si se te escapa alguien pedimos que echen un bando para localizarlos.

No hacen falta grandes estadios.

Pedimos a los ayuntamientos locales para poner 10 o 20 sillas si hace falta, y tenemos un hogar del jubilado, un centro de día, una biblioteca, un gimnasio… Los pueblos están muy implicados.

En los sitios pequeños y aislados, ¿se nota ya el efecto de la vacuna?

Tenemos pueblos de siete habitantes, por lo que allí llevan la misma vida que antes. Pero tienen ganas de ver a la familia de fuera, poder estar con hijos o nietos con un poco más de seguridad.

¿A su consulta llegan las dudas?

Por supuesto. Yo les digo que nosotros, los sanitarios, nos hemos vacunado, y que lo hemos hecho por nosotros y por ellos. Vacuna puesta, vacuna buena. Pero sí, hay gente que viene asustada.

Es difícil, pero haga un pronóstico: ¿Cuándo acabará todo esto?

Ojalá pronto. Dependerá de la vacunación. Hoy estoy contenta porque he visto que me van a mandar más viales de los que suponía, así que he pensado que ya estamos un poco más cerca. Quiero pensar que en el último trimestre del año, aunque tengamos que llevar la mascarilla, recuperaremos algo la normalidad perdida.

Como defensora del medio rural, ¿cómo ve el problema de la despoblación? ¿Qué futuro les espera a nuestros pueblos?

Mi marido y yo apostamos por criar a nuestros hijos en el medio rural, como hicieron nuestros padres con nosotros. Hay que seguir hacia adelante. Tenemos que atraer a gente joven para que la provincia sea lo que tiene que ser. Yo soy de pueblo y con mucho orgullo, creo que Teruel tiene muchas posibilidades. Solo hace falta que apuesten por nosotros.

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