Tercer Milenio
En colaboración con ITA
especial marca aragón 23 de abril
Pedro Pablo Andreu: "El futuro pasa por la colaboración público privada y la innovación para poder competir"
Es director general de la empresa zaragozana Fersa Bearings, fabricante de rodamientos destinados sobre todo a a la automoción. Ante el entorno "incierto" del sector apela a la adaptación y la flexibilidad de las empresas.
Este pasado 2020 ha sido un año muy complicado, ¿cómo lo ha afrontado Fersa?
La diversificación de productos y de mercados nos ha permitido superar el ejercicio con buenos resultados. La apuesta por las energías renovables, especialmente la eólica, ha absorbido la caída de ventas del sector de la automoción. Hemos podido cerrar el año 2020 con una facturación de 88 millones de euros frente a los 82 del año anterior. Creo que hemos sabido actuar con flexibilidad y todo el equipo humano se ha volcado.
¿En qué punto está la Marca Aragón?
Debemos ser conscientes de la situación de la que partimos. Aragón tiene carencias y fortalezas, pero no demasiados elementos diferenciadores. Es muy difícil competir desde aquí en un mundo globalizado porque somos microempresas. Por eso, el futuro pasa por la colaboración público privada y la innovación para poder generar economías de escala.
Habla de innovación, Fersa trabaja con Itainnova, ¿qué papel juega la Universidad?
La Universidad y los centros tecnológicos deben servir de aglutinadores, contribuir a crear sinergias y que la investigación se plasme en productos de valor añadido rentables.
¿Cómo ve el sector de la automoción?
Con incertidumbre, es la palabra. Debemos aprender a trabajar en un entorno incierto: caída de ventas por covid-19, paradas de producción por disrupciones de la cadena de suministro, cambios futuros en la cadena de valor... Las empresas tenemos que ser flexibles y adaptar nuestros procesos, desde la innovación a la fabricación, a cambios cada vez más rápidos. Ahora nos encontramos en un momento de transición y lo que hagamos determinará el futuro del sector.
¿A qué desafíos se enfrenta el Clúster?
Sus desafíos son inherentes a las nuevas tendencias. La electrificación y la conducción autónoma reconfiguran la cadena de valor y el automóvil pasa a ser un ordenador con acero y ruedas que se mueve mediante electricidad o hidrógeno en el futuro. Cada vez hay un mayor impacto del sector público mediante regulaciones y una concentración de fabricantes de equipos originales para generar economía de escalas aún mayores. El Clúster debe estar atento y ayudar a los socios mediante proyectos de colaboración transversales que coadyuven a la innovación de procesos y productos. La cooperación de todos los actores, compañías y sector público, es absolutamente imprescindible para competir con éxito en un entorno global.
Aragón sueña con acoger la fábrica de baterías eléctricas, ¿qué significaría?
Tenemos elementos a favor de la localización y sería una oportunidad de aportar más valor añadido a los vehículos que se fabriquen dentro y fuera de la Comunidad. Pero lo realmente importante es que las empresas tengamos una propuesta de valor sólida y competitiva para el nuevo entorno más allá la factoría.
¿Y cómo se imagina Fersa en 2031?
Hace una década facturábamos 12 millones y contábamos con una plantilla de 60 personas. Continuaremos creciendo, abiertos a nuevas compras para ganar tamaño, pero con el mismo espíritu con el que nacimos: innovación, atrevimiento y dar soluciones a los problemas respetando el medio ambiente.
