Transición justa

Andorra sigue sin convenio de transición dos años después del anuncio de Ribera

El territorio critica la falta de "proyectos concretos" más allá del plan de Endesa.

Trabajos de desmantelamiento en la central térmica de Andorra
Trabajos de desmantelamiento en la central térmica de Andorra
Heraldo

Andorra sigue sin convenio de transición justa más de dos años después del anuncio de la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. En este tiempo ha cambiado todo y nada. La central térmica ha cerrado y está en pleno desmantelamiento y gran parte de los trabajadores de Endesa han sido recolocados en otros puntos de Aragón o de España. Sin embargo, nada de lo prometido se ha materializado en proyectos concretos. Solo la eléctrica, que sigue a expensas de la subasta de la capacidad de evacuación de la térmica, ha comenzado a desarrollar su plan de acompañamiento y ha anunciado un proyecto de hidrógeno verde que implicaría una inversión de 294 millones de euros.

El convenio, según la propia ministra, tendría que haberse firmado en verano de 2019. Sin embargo, la repetición electoral y la pandemia han hecho que los plazos acumulen varios retrasos.

El último se produjo al incluir, entre otros, al Bajo Martín y parte del Bajo Aragón. La propia Ribera aseguró en febrero en el Senado que el convenio sería un documento "de acciones y no de intenciones", y que incluiría un listado con los proyectos seleccionados como dinamizadores de la actividad económica, así como las líneas de financiación específicas para cada uno. Sin embargo, más allá de decir que hasta el momento se han identificado 99 y que la intención es crear 504 puestos directos –tantos como se han destruido con el cierre de la central y las explotaciones mineras– siguen sin conocerse detalles, cuantías o plazos concretos.

Según ha podido saber este diario, el verano se perfila ahora como el momento elegido para la firma. Las partes, no obstante, aseguran no fiarse ya de los plazos, dado que los reiterados incumplimientos del Gobierno central solo han conseguido crear "falsas expectativas".

Desde el Ministerio aseguran que se está trabajando para ir "más allá de los compromisos ya adquiridos". La intención es que el convenio "integre e incluya" recursos del Plan de Recuperación y el Fondo de Transición Justa a fin de "poner todas las herramientas disponibles al servicio de las zonas" en transición. Anuncian, asimismo, que en los próximos días saldrán nuevas convocatorias de ayudas a "pequeños proyectos de inversión e iniciativas empresariales".

Para Antonio Amador, alcalde de la localidad, los vecinos de Andorra han sido "excesivamente pacientes". "Seguimos esperando y los meses van pasando. El territorio necesita un auténtico plan de choque con medidas inmediatas. Hoy por hoy, la creación de empleo se ha limitado al desmantelamiento de la central", apuntó.

En su opinión, Andorra "puede caer no por falta de proyectos, sino por las propias administraciones". "Se necesita un convenio eficiente y efectivo", afirmó.

Para Alejo Galve, presidente del comité de empresa, la pandemia "no debe ser excusa". "Paralizó todo, pero en estos meses se podría haber hecho más. Vamos con dos años de retraso, un tiempo que puede ser muy importante de cara a que la comarca mantenga sus servicios y población", dijo.

El problema, subrayó, es que los trabajadores que no se han incorporado al desmontaje de la térmica han consumido ya nueve meses de paro. "La gente está muy mal de ánimos. Si esto no avanza se tendrán que ir a otro sitio", aseguró. La prioridad, a su entender, pasa por impulsar ayudas ágiles que faciliten la instalación de empresas. "Hay que volcarse y echar una mano al territorio", expuso Galve.

A la espera de la subasta

La subasta de los 1.100 megavatios de capacidad de evacuación de la central, de la que depende la tercera fase del proyecto solar de Endesa, podría producirse entre mayo y junio, aunque, por el momento, tampoco tiene fecha.

Mientras, la eléctrica continúa trabajando en el desmantelamiento de la térmica, iniciado el pasado 25 de febrero y presupuestado en 60 millones de euros. Las tareas, informaron desde la compañía, comenzaron con la demolición de los equipos que se utilizaban para la descarga, almacenamiento, homogeneización y transporte de carbones hasta la zona de molinos de las calderas. La previsión es que esta fase se prolongue ocho meses. Una vez finalizada se procederá a analizar el estado de los suelos a fin de poner en marcha"las correspondientes acciones correctivas".

En paralelo, Endesa ha iniciado trabajos en el interior de las torres de refrigeración como "paso previo a la demolición de las estructuras" y, ya en mayo, se centrará en la zona de calderas y turbinas.

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