ancianos que viven solos

José Solanas: "He procurado cuidarme al máximo no solo por mí sino por los demás"

Con 86 años, este anciano se mantiene muy activo y recomienda que los mayores salgan de casa para relacionarse con la gente.

Hubo una época, cuando perdió a su mujer hace 26 años, que no quería salir a la calle. Ahora, sin embargo, José Solanas, de 86 años, suele pasar todas las mañanas en la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT Aragón (es afiliado desde sus inicios), donde se entretiene y hace "lo que le toque". "Voy por compromiso; no me obliga nadie. No creo en la soledad deseada sino aceptada. Por eso es bueno relacionarse; si estás solo en tu vivienda, la cabeza se deteriora. Cuando uno se hace mayor, si se deja cada día cuesta más salir de casa", señala.

No es la única actividad que hace, también participa en un club de lectura -una vez al mes, ahora de forma telemática- y antes de la pandemia salía a caminar los sábados con el grupo de senderismo del sindicato. Además le gusta la fotografía, conduce ("de reflejos estoy bien") y realiza las tareas del hogar, entre otras cosas. Lo que ha dejado de hacer desde marzo de 2020 es ir al supermercado (le compra su familia) y utilizar el transporte público. "Me lavo las manos más de 25 veces al día y la mascarilla ya ni la noto", comenta.

José -que tiene dos hijos que residen en Utebo y Bárboles- afirma que llevó el confinamiento bien estando solo en casa de Zaragoza, respetándolo al 100%. Meses después continúa igual: siguiendo a rajatabla todas las medidas sanitarias. "He procurado cuidarme al máximo no solo por mí sino por los demás. Si no nos cuidamos los unos a los otros como sociedad, esto no se soluciona. Hay que saber qué se hace, dónde vas y con quién estás", subraya.

Asimismo, considera que no debería de haber "tanto recelo" a vacunarse contra la covid tras los casos de trombos que se han detectado en diferentes países. "Yo recibí la segunda dosis el pasado 31 de marzo. Tal y como están las cosas, la única solución es la vacuna. No para que se cure -creo que va a ser como una gripe- sino para que no sea tan virulento. Y no solo en los países ricos, también en los pobres. Si los demás no están salvados tú tampoco lo estás", dice.

También se muestra crítico con la gestión de la pandemia y hace hincapié en que se está dando más importancia al dinero que a la salud. "No esperaba la covid, pero sí que pensaba que iban a venir cosas raras por cómo estamos echando a perder la Tierra. ¡Mira como están los mares y los montes! Carecemos de civismo. Soy partidario de un confinamiento mundial duro y tendríamos que ir todas las comunidades autónomas al mismo paso y con más control en los confinamientos perimetrales. En cuanto a las juergas de jóvenes y mayores, si se sancionan pero no se paga no hacemos nada. Y no se ha querido endeudar más la sanidad con más rastreadores y sanitarios; se hubieran ganado más vidas y la economía hubiera echado a andar antes", lamenta.

Él se encuentra bien de salud y, afortunadamente, ninguno de sus hijos y nietos se ha contagiado del virus. No obstante, se queja de que le molestan las caderas y la columna tras una caída en la calle en diciembre de 2019 en un día en el que precisamente iba a una reunión sobre la soledad. "Aunque de fachada parece que estoy bien, también he perdido fuerza en los brazos. ¡Con la de pesos que he levantado! (trabajó desde los 14 años en el sector metalúrgico). Los años pesan", dice. Viendo su aspecto y actitud (también está puesto en el mundo digital y "tocó" un ratón de ordenador a los 73 años ) cualquiera lo diría.

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