juicio contra igor el ruso

La Guardia Civil avala su "buen trabajo" y cree que el triple crimen de Andorra fue "imposible" de prever

Los investigadores aseguran que no supieron hasta después de los asesinatos que los Carabinieri tenían un chivatazo alertando de la llegada de Igor el Ruso a España

El acusado, Norbert Feher, ayer, en la Audiencia de Teruel.
El acusado, Norbert Feher, ayer, en la Audiencia de Teruel.
Toni García / EFE

El asesinato de tres de sus vecinos a manos de un paramilitar como el serbio Norbert Feher abrió en diciembre de 2017 una herida que Andorra y su comarca no han conseguido cerrar. Y aunque al único que se juzga desde el pasado lunes en la Audiencia de Teruel es a Igor el Ruso, nombre de guerra del autor confeso de los crímenes, varias de las acusaciones particulares trataron de evidenciar ayer que la Guardia Civil pudo hacer algo más para evitar las muertes del ganadero José Luis Iranzo y de dos de sus propios agentes, Víctor Romero y Víctor Caballero.

El magistrado-presidente del Jurado, Fermín Hernández, se esforzó en centrar el objeto del procedimiento y atajó con vehemencia cada intento de abrir un juicio paralelo. Sin embargo, las víctimas y sus letrados ya han dejado patente que el veredicto de esta vista no aplacará su voluntad de seguir luchando en el ámbito civil para demostrar la supuesta responsabilidad del Estado. De hecho, ya se ha tramitado una reclamación patrimonial por el mal funcionamiento de los servicios públicos por parte de la familia del ganadero asesinado.

«Era absolutamente imposible saber a quién nos enfrentábamos, íbamos a ciegas"

«Era absolutamente imposible saber a quién nos enfrentábamos, íbamos a ciegas. Y lo hubieran ido también los compañeros de los GRS (Grupo de Reserva y Seguridad) aunque hubieran venido antes a Andorra. Hasta que no detuvimos a Feher no supimos de su peligrosidad», remarcó ayer el capitán de Alcañiz que en la mañana del 14 de diciembre de 2017 estuvo rastreando las cuevas de Valdoria con José Iranzo en busca del delincuente que llevaba varios días asaltando masicos. Fue también a este mismo funcionario al que le tocó recoger horas después los cuerpos sin vida tanto del agricultor como de sus dos subordinados.

«La Guardia Civil trabajó mucho y bien», aseguró el mando tratando de dejar claro que «nunca se bajó la guardia». Más de tres años después de aquella aciaga tarde, al funcionario le costó encontrar palabras para expresar lo que sintió al toparse con los cadáveres.

Al primero que encontraron fue a José Luis Iranzo, que yacía inerte a escasos metros de la entrada a su masico, donde Feher le había descerrajado poco antes dos tiros para robarle después su coche y huir con él al Mas del Zumino, donde disparó a dos manos contra Romero y Caballero.

«No habíamos escuchado ningún disparo y no entendíamos qué había podido suceder. Pero vimos el cuerpo abatido del compañero Víctor Romero y nos invadió una enorme sensación de peligro. Lo primero que hicimos fue darnos protección unos a otros, porque no había visibilidad ninguna y éramos un blanco fácil para otro tiroteo», recordó el capitán al jurado.

Tras localizar a escasos metros al segundo agente acribillado por las balas de Igor el Ruso, «dada la peligrosidad del lugar y creyendo que a las víctimas aún podía quedarles un hilo de vida», el capitán ordenó trasladarlas al centro de salud de Andorra. El esfuerzo fue en vano, porque nada pudieron hacer los médicos por sus vidas. «Fue una emboscada mortal, difícil o imposible de prever», apostilló el testigo.

Había un operativo previsto

Las acusaciones que representan a las viudas y familias de los asesinados creen que la presencia de un criminal dando tiros por una zona tan habitualmente tranquila como la de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos debía haber prevenido a los responsables de la Benemérita. Y según el capitán jefe la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Teruel, lo hizo.«Estaba previsto desplegar un operativo especial justo al día siguiente del triple crimen. Yo mismo iba a desplazarme a Andorra para supervisar las operaciones», aseguró.

Preguntado por el chivatazo que habían recibido los Carabinieri italianos sobre la posible presencia de Igor el Ruso en España, información que llevó a la Policía Nacional a buscar el rastro del criminal en Málaga y Cádiz en septiembre de 2017, el testigo fue claro. «No supimos nada de esto hasta enero de 2018, después de los asesinatos», declaró. Sobre el posible apoyo recibido por Igor el Ruso durante su periplo por tierras aragonesas, el funcionario señaló que no se halló ningún indicio que apuntara en esta dirección. «Parece que se movía solo en bicicleta», concluyó.

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