Tercer Milenio

En colaboración con ITA

entrevista

Luis Moreno: "La covid afecta más a personas con obesidad y su pronóstico es peor"

El catedrático de la Universidad de Zaragoza y experto en Nutrición y Obesidad infantil apunta que se están detectando carencias nutricionales en niños muy pequeños de padres vegetarianos o veganos. 

Luis Alberto Moreno,catedrático de la Universidad de Zaragoza y experto en Nutrición y Obesidad infantil.
Luis Alberto Moreno, catedrático de la Universidad de Zaragoza y experto en Nutrición y Obesidad infantil.
Guillermo Mestre

Luis Alberto Moreno (Bellavista-Callao -Perú-, 1958), es uno de los investigadores de la Universidad de Zaragoza más citados en el mundo por sus trabajos sobre obesidad infantil y nutrición. Es catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza e investigador en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).  

¿Las personas con obesidad tienen más riesgo de sufrir covid-19?

Sí, y además tienen peor pronóstico porque la obesidad va asociada a un estado inflamatorio crónico de baja intensidad. Es decir, activa el sistema inmune a largo plazo y hay una respuesta inflamatoria mayor que está en el origen de muchas complicaciones de la covid, como la limitación de la capacidad pulmonar.

Así que hay que evitar que se crucen las dos pandemias.

Sí. Y la obesidad también avanza. Según las últimas estadísticas de la OMS, es ya más frecuente que la malnutrición por defecto en todos los países del mundo, incluidos los más desfavorecidos.

¿Cuáles son las causas principales de la pandemia de obesidad?

La mayor disponibilidad de alimentos ricos en calorías, que son más baratos y apetecibles, y las comidas preparadas. Y el sedentarismo, sobre todo en los niños.

Llama la atención que ahora que hay más fácil acceso a la información no comamos más sano.

Hay desinformación, porque a través de las redes online cualquiera puede opinar y muchas veces se transmiten mensajes que no son los más adecuados. Y, a nivel profesional no dedicamos todos los recursos necesarios para intentar ayudar a las familias a que coman mejor.

"Se están detectando carencias nutricionales en niños muy pequeños de padres veganos"

¿Hay algún mito en la alimentación que esté haciendo daño a la salud de las personas?

Está triunfando la idea de que la alimentación a base de alimentos de origen vegetal es mejor que a base de alimentos de origen animal, lo cual es verdad como idea general. Pero el mal uso de esa información puede llevar a que algunas personas hagan dietas extremas, vegetarianas o veganas. Estas dietas tienen que estar muy bien planificadas para que las personas consuman los nutrientes adecuados. De hecho, ya se están viendo carencias en niños muy pequeños cuyos padres son veganos y que, a continuación de darles la lactancia materna, solo los alimentan con alimentos de origen vegetal. Tiene un gran riesgo porque en ese grupo de edad son mucho más susceptibles a las carencias nutricionales.

¿Qué carencias?

De vitaminas, de minerales… lo más frecuente es la carencia en vitamina B12 y ácido fólico. Debemos fomentar que la base de la alimentación sea de origen vegetal, pero también hay que comer alimentos de origen animal, a ser posible no en mucha cantidad.

En todo el tiempo que lleva investigando la obesidad infantil, ¿cuál ha sido la evolución?

En el año 1984 el estudio Paidos 84 coordinado por la Universidad de Zaragoza determinó que la frecuencia de obesidad infantil era del 3 y el 5%. Ahora, en el mejor de los casos, nos situamos en el 25-30%. En los últimos 5-10 años parece que hay una ligera tendencia a disminuir, pero dentro de ciclos muy amplios.

"Hay una relación entre dormir poco y sufrir obesidad" 

¿En qué situación se encuentran los niños aragoneses?

Un poco mejor que la media.

¿A qué se debe?

No se sabe. En la comunidad donde más obesidad hay es en las Islas Canarias. A nivel europeo pasa lo mismo: los países del sur, que supuestamente consumen la dieta mediterránea y tienen muy buen clima para salir al aire libre, son los que tienen más obesidad. La última hipótesis es que tal vez influya el dormir menos, porque en el sur se duerme menos, y en los niños es un factor de riesgo que viene establecido. Hay una asociación entre dormir poco y obesidad. Pero queda por valorar distintos aspectos relacionados con la actividad del sueño, la hora de acostarse, la hora de levantarse, porque no es lo mismo acostarse antes que si te acuestas después. Esto también va muy relacionado con el cenar más o menos tarde o temprano. Y con desayunar bien. Hay muchos factores, pero el del sueño es un candidato firme a ser una de las causas en el ámbito europeo.

-Se dice que la población en general ha engordado más de 5 kilos de media durante la pandemia de coronavirus, ¿cree que es cierto?

-Parece que sí ha habido un aumento de peso, pero todavía no está confirmado ni bien documentado ni precisado. No ha dado tiempo a tener estudios completos.

-Por tanto, en la obesidad infantil que es su especialidad tampoco hay datos aún.

-No. Pero nosotros estábamos coordinado desde Zaragoza un estudio antes de empezar la epidemia en siete ciudades españolas con pesos, tallas y algunas medidas más de niños de 3 a 6 años y hemos podido medirlos al año, es decir, justo en el periodo del confinamiento. Estamos pendiente de analizar los datos.

La dieta mediterránea ha sido reelegida, por cuarto año consecutivo, la mejor del mundo. ¿Seguirá siéndolo?

Debería continuar siéndolo. La dieta mediterránea, sin ninguna duda, es la más saludable, y es con la que más estudios se han hehco. Los resultados son abrumadores por los beneficios que ofrece comparado con otros tipos de alimentación. Pero yo suelo ir bastante a América latina y les digo que las dietas tradicionales a base de plantas, de alimentos de origen vegetal, son muy saludables, lo que pasa es que no hay tantos estudios. Les animo a que describan el patrón de alimentación brasileño, colombiano, peruano o el sitio que sea y lo mejoren sobre esa base.  

"Sabemos que el aceite de oliva es bueno y no debe incluirse en el etiquetado de Nustriscore, que está pensado para alimentos industriales. No hay que mezclar churras con merinas"

Respecto al etiquetado de Nutriscore, el semáforo de los alimentos que pone a la misma altura los chocapics que el jamón o el aceite, ¿qué opina?

Creo que se debe serenar el debate, que ahora está muy candente. Y cualquier cosa que hagamos se debe basar en el conocimiento científico. Esto está pensado sobre todo para alimentos elaborados, industriales, y para comparar alimentos dentro de la misma categoría, no para comparar churras con merinas. Para el consumidor todavía no termina de estar clara cuál es la utilidad. Si tengo que elegir alimentos a base de cereales, según el procesado que tengan unos estarán totalmente verdes y otros no tanto… Eso sí que nos orienta. Y hay alimentos que no necesitan etiquetado de ese tipo.

¿Por ejemplo?

Pues el aceite de oliva, que ya sabemos que es bueno y por la manera que se calcula en Nustriscore no sale como un alimento óptimo. 

A lo largo del tiempo no ha cambiado la importancia de la lactancia materna en el bienestar del niño, ¿verdad?

No, esto es fundamental. Dentro de nuestro grupo hay una línea que se llama Programación nutricional. Se sabe que desde el momento de la concepción hasta el segundo año de vida, los mil primeros días son los más críticos de la vida de una persona porque su metabolismo se va a programar en función de lo que ellos reciben como alimentación en ese momento. En este sentido, por ejemplo en los periodos de hambre, en la segunda Guerra Mundial, las embarazadas comían menos, y los fetos se programaron para recibir una cantidad muy limitada de alimentos. Nacieron pero pasó la segunda guerra mundial y se vieron expuestos al exceso de aporte alimenticio. Esos niños estaban preparados para recibir pocas calorías y, sin embargo, han recibido muchas.

¿Eso ha provocado obesidad?

En aquellos que sufrieron malnutrición en la concepción han tenido más enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, más obesidad… La lactancia materna, sin ninguna duda, es positiva para evitar muchas enfermedades, entre ellas la obesidad. No solo por el contenido de la leche sino también por el estilo de vida al que se asocia que la madre dé el pecho a su hijo.

"Antes la grasa de origen animal se consideraba que era malísima, ahora ya se sabe que hay algunos componentes de la grasa de la leche que tienen efectos positivos para la salud"

Y una vez superada la lactancia, ¿se debe tomar leche entera o es mejor la desnatada o semidesnatada para prevenir la obesidad?

Ahora mismo, es mejor la leche entera. Me refiero a que las tendencias en nutrición cambian, pero ahora mismo se acepta que lo ideal es tomar leche entera, salvo que se tenga algún problema.

¿Por qué?

Porque la leche es una alimento de altísima calidad desde el punto de vista de proteínas y de los minerales, sobre todo el calcio, que nos puede aportar. Pero aparte de eso tiene grasa de origen animal. Así como antes la grasa de origen animal se consideraba que era malísima, ahora ya se sabe que hay algunos componentes de la grasa de la leche que tienen efectos positivos para la salud. Los últimos estudios muestran que el consumo de leche entera tiene efecto o neutro o positivo para salud.

Es, junto a Yamir Moreno, uno de los dos autores de la Universidad de Zaragoza más citados en el mundo, ¿por qué?

Porque en su momento tuvimos la inquietud de colaborar con muchos grupos a nivel internacional y, sobre todo, en Europa. Hemos participado en muchos proyectos de investigación europeos y creo que hemos sido capaces de generar un grupo de trabajo multidisciplinar en el que hay mucha gente ilusionada y que trabaja mucho. Tenemos muchos datos de muchos niños en Europa. Al estar dentro de esos grupos internacionales se te reconoce más y se te valora más.

¿Tienen los medios suficientes?

(Sonríe) En España, la inversión para investigaciones es prácticamente nula, así que hay que conseguir fondos externos. En Aragón compites con los de tu entorno, pero en Europa compites con los alemanes, con los suecos… Hemos tenido la suerte de tener acceso a proyectos europeos. Pero la principal limitación a nivel de investigación en España es que muchas veces los proyectos no incluyen dotación para personal. En nuestro caso el personal es muy importante, y lo conseguimos a través de becas para investigadores jóvenes. Eso es una lucha diaria. Y también hemos conseguido trabajar con muchas empresas agroalimentarias, sobre todo de Aragón.

¿Qué más estudios llevan ahora entre manos? 

Estamos continuamente publicando estudios. Ahora trabajamos para ver la inclinación que hay entre la genética y la dieta mediterránea en relación con la obesidad. Se sabe que hay algunos genes relacionados con la obesidad, y se ve que quienes consumen la dieta mediterránea les ayuda a evitar el efecto que tiene la genéticas. Es decir, no estamos predeterminados por la genética, sino que al menos en algunas personas se puede mitigar con la dieta. Ese estudio está incluido en el Helena, y ahora estamos investigando en niños más pequeños. Uno de nuestros estudiantes de Doctorado se acaba de ir a trabajar a Finlandia con expertos de aquel país.

Es decir, en algunos casos la dieta puede ayudar a contrarrestrar la obesidad. Porque la pastilla para no engordar, esa todavía no está inventada, ¿no?

No, ni se le espera.

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