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Jaime Justo: "Se han disparado las ventas de las cerraduras antiokupa"

El zaragozano Jaime Justo es presidente de la Federación de Asociaciones Españolas de Cerrajeros de Seguridad.

Aragón
No hay puerta que se resista a Jaime Justo.
Oliver Duch

Crece la inquietud ante el fenómeno okupa. Se instan a los legisladores a tomar medidas. Mientras, los cerrajeros acaban de constituir la Federación de Asociaciones Españolas de Cerrajeros de Seguridad (FAECS). Su presidente es el zaragozano Jaime Justo.

Llegan justo a tiempo…

Mi apellido da para mucha frase ocurrente. La federación la constituimos el pasado 13 de marzo, al reunirnos las asociaciones de España. Somos 350 empresas.

¿Por qué le han elegido presidente a usted?

Eso se lo tendría que preguntar a quienes me han elegido. También formo parte de la federación europea del sector.

¿Qué ocurre realmente con el fenómeno okupa?

El problema okupa está ahí. Lo vemos todos los días en los medios de comunicación. No me referiré a la cuestión legal, aunque tenga una idea clara del problema. Solo puedo hablarle desde el punto de vista técnico. También hablaría de las ventas de los sistemas de seguridad: se han disparado las ventas de las cerraduras antiokupa.

¿Una cerradura antiokupa...?

Es una cerradura que lleva un sistema de robo anticipado. Va combinado en el escudo que protege el bombillo con una membrana, igual que en el marco de la puerta. De esta forma, cuando sea violentada, salta la puerta, el caco se encuentra con la alarma funcionando y la puerta cerrada. Es como tener un doberman en casa: la cerradura ladra.

¿De qué se quejan los afectados que solicitan su asesoría en su establecimiento, Hermanos Justo?

Sobre todo, la gente tiene miedo de que los okupas se metan en su segunda vivienda. Ese es el principal problema, especialmente en Madrid, en capitales grandes como Zaragoza, en la costa..

¿Cuál es la estrategia para introducirse en una vivienda?

Ponen un muestra en la puerta o en el buzón, pasan a los días y, si la muestra sigue allí, entran en la vivienda. Estuve recientemente en Aranjuez en la Dirección General de la Guardia Civil. Allí se habló del problema okupa.

¿Trabaja para la Guardia Civil?

Sí. Y también para la Policía Nacional y para Bomberos. Les he dado cursos de formación.

El temario de esos cursos de formación será curioso…

En cierto modo, sí.

¿Por qué?

Porque existe el oficio de herrero y el de hojalatero, pero no el de cerrajero.

Y entonces, ¿cómo aprendió usted a abrir puertas?

Soy autodidacta. Llevo toda la vida en esto.

Le habrán pasado casos curiosos…

Muchos.

¿Alguna cerradura abierta le reportó una especial felicidad?

Claro. Ha habido llamadas de la Policía, de Bomberos… Una apertura satisfactoria preciosa fue cuando recibí un aviso de que un bebé se estaba deshidratando en un coche.

¿Qué ocurrió?

Era agosto. El padre aparcó en la plaza de España de Zaragoza para acudir a un banco. Cuando regresó al coche, había perdido las llaves. Llamó a la Policía Local. El bebé se estaba deshidratando. Acudí y logré abrir el coche. La gente me aplaudió y todo. También ha habido que sacar a locos, a deficientes psiquiátricos que se atrincheran... Y también estuvo el caso del Cardenal Xavierre.

Señor Justo, el Cardenal Xavierre vivió en el siglo XVI...

Sí, claro. Pero tuve que ir a abrir su sarcófago en la iglesia de Santiago de Zaragoza.

No deja de sorprenderme…

Me llamó el párroco. Iba a hacer un reportaje una cadena televisiva y no podían abrirlo. Y sí, al final lo abrí.

Hablando de abrir. ¿Considera normal cobrar 250 euros por la apertura de una puerta?

No. El precio real es muy inferior. Eso es un abuso. Hay mucho intrusismo. Yo mismo he denunciado a intrusos que usan el nombre de mi empresa. Es denunciable. Por eso lo he denunciado.

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