Heraldo del Campo

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El uso de ozono gana adeptos en el campo

La empresa Global Hermanos Miguel García SAT, de Belver de Cinca, lleva 15 años utilizando esta sustancia que reduce el uso de fitosanitarios sin perder volumen ni calidad.

El director general de Cosemar Ozono, Ángel Manuel Sereno, y el presidente de la SAT, Ángel María Miguel García.
El director general de Cosemar Ozono, Ángel Manuel Sereno, y el presidente de la SAT, Ángel María Miguel García.
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Aunque todavía no es una práctica muy extendida, el uso del ozono en el campo ya puede considerarse "una tendencia al alza". Y lo es por sus buenos resultados, según explica Ángel Manuel Sereno, de Cosemar Ozono, una empresa de capital español con alrededor de un centenar de clientes en Aragón. Dentro de ellos, los hay de diferentes sectores, aunque cada vez son más los relacionados con la agricultura.

Y es que el uso del ozono entronca con las aspiraciones de los profesionales del sector primario, que buscan reducir la utilización de fitosanitarios sin perder volumen ni calidad. Gracias a su gran poder desinfectante, el ozono es capaz de destruir la mayoría de hongos, virus y bacterias que afectan a los cultivos, lo que permite "incrementar la productividad y, además, reducir el uso de productos químicos", indica Sereno. Las cifras varían según el tipo de cultivo. No obstante, como mínimo, el uso de fitosanitarios cae en un 20-25% y la producción aumenta en un 10-15%. En Aragón, ya hay casos de éxito. La empresa Global Hermanos Miguel García SAT 9997, que está ubicada en Belver de Cinca, lleva 15 años trabajando con ozono. Y los resultados avalan su apuesta.

La sociedad agraria de transformación, que cuenta con 31 socios, todos ellos productores de fruta de hueso, está entre las pioneras en el uso de esta sustancia. Y, de forma reciente, acaba de dar un nuevo paso, con el objetivo de integrarla en toda la cadena de producción. Ahora mismo, utiliza el ozono en su sistema de almacenamiento, así como en el proceso de cribado y envasado de la fruta, pero su objetivo es llegar a introducirlo en las fincas, a través del agua de riego, donde espera que su acción tenga una repercusión todavía mayor, según explica su responsable, Ángel María Miguel.

"Más y mejor fruta"

La prueba piloto se está llevando a cabo en una finca de unos 6.600 metros cuadrados. A través de unos generadores, producen el ozono que inyectan en el agua de riego con la intención de oxigenar las raíces de los árboles y, de este modo, fortalecerlos con el fin de que produzcan "más y mejor fruta". "Al final, se trata de regar con un agua tratada, libre de gérmenes, es decir, de virus, hongos o bacterias, y además, con la capacidad de sanar y regenerar la planta, lo que nos permitirá disfrutar de un árbol más fuerte", explica. "Prácticamente, y junto a otros tratamientos naturales como el control de plagas con feromonas, estaremos caminando hacia una producción ecológica, aunque no es nuestro objetivo final. Nosotros lo que buscamos es fortalecer el árbol y, de este modo, obtener más y mejor fruta", aclara Miguel.

Más vida útil

La experiencia piloto se prolongará durante dos campañas y, después, si los resultados son los deseados, se extenderá al resto de las fincas, aunque de forma progresiva, "ya que el uso del ozono no es barato", señala. A pesar de ello, los productores están dispuestos a realizar un esfuerzo, a la vista de los resultados ya conseguidos con su aplicación en las cámaras de conservación y en la cadena de envasado.

Y es que otro de los grandes beneficios está en alargar la vida útil de la fruta, lo que resulta imprescindible cuando se trata de productos destinados a la exportación. La SAT produce unas 15.000 toneladas de fruta al año y la mayoría salen hacia diferentes países de Europa.

El ozono se inyecta en el aire de sus dos cámaras de conservación y, después, en el agua de las bañeras de lavado, justo antes de iniciar el proceso de cribado y envasado, lo que permite eliminar cualquier hongo, virus o bacteria de la fruta, que pueden afectar a su conservación. Asimismo, según explica Sereno, el ozono "ayuda a mantener altos los niveles de humedad, lo que evita que la fruta se deshidrate, perdiendo calidad y peso, y además, ayuda a neutralizar el etileno, el encargado de dar la orden de maduración, lo que, junto a la eliminación de gérmenes, alarga su vida, dando más tiempo al agricultor para su transporte y comercialización".

En el campo, además de su uso en el agua de riego, también es posible su aplicación a través de sulfatadoras, con un doble efecto: acabar con determinadas enfermedades y favorecer la cicatrización del árbol.

Aunque es difícil que el esfuerzo realizado tenga una repercusión directa en el precio, la SAT de Belver de Cinca confía en que su apuesta sea conocida y, de este modo, valorada, y además, "sirva para demostrar que el sector agrícola lleva muchos años haciendo las cosas bien, es decir, preocupándose por reducir el uso de fitosanitarios, cuidando del campo y ofreciendo un producto de calidad", concluye Miguel.

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