Dramas sanitarios
Un efecto de la pandemia que ha modificado nuestra vida ha sido engancharnos a la serie ‘New Amsterdam’ en Netflix, llena de dramas sanitarios en un hospital público de Nueva York. La salud ha roto todas las cifras de audiencia. Resulta que a los espectadores nos interesa mucho si un chico africano ingresado tenía el ébola (aquel bicho previo a la covid-19), si detrás suyo había una red yihadista, como aquel atentado del 11-M, o si el director del centro, el carismático Dr. Max Goodwin (Ryan Eggold), sufre cáncer para ver su reacción (como nuestro presidente Javier Lambán).
Parece que nuestros ‘New Amsterdam’, los hospitales Miguel Servet y Clínico, no solo viven el efecto mortal de la pandemia, con los 3.400 aragoneses perdidos en el año, sino que las víctimas del cáncer, la salud mental, el ictus, la mortandad en solitario de los mayores o el suicidio de gente joven no han decrecido sino que crecen. Los peligros de la salud se multiplican, aunque las vacunas mitigan el riesgo, y los profesionales de los centros hospitalarios están muy agotados.
Los episodios de nuestra serie se grabarían en el tanatorio de Torrero, para ir al entierro de uno de los nuestros (en enero y febrero llevamos 1.591 muertos en Zaragoza), y en la incineración, a la que nos hemos acostumbrado. Aún no salimos de la capital a los pueblos, por temor al contagio o por frío, aunque hayan abierto el tráfico entre provincias. No llegan los turistas caseros porque los zaragozanos llenan las terrazas del Tubo, la plaza de España, la del Pilar o Cesáreo Alierta.
La tercera temporada de ‘New Amsterdam’ llegará y la esperamos para superar lo vivido y no olvidarlo.
