Infraestructuras

La A-68 entre Figueruelas y Gallur abre esta semana tras 30 años de reivindicación

Los catorce kilómetros se terminaron de asfaltar hace tres semanas y ahora se ultiman los remates. Las obras del tramo pendiente hasta Mallén van en plazo y su conclusión está prevista a finales de 2022. 

Todo listo para la apertura. Los vehículos circulan en doble dirección por los carriles que a partir del miércoles por la tarde lo harán ya exclusivamente para dirigirse hacia Logroño
Todo listo para la apertura. Los vehículos circulan en doble dirección por los carriles que después lo harán ya exclusivamente para dirigirse hacia Logroño.
Toni Galán

La autovía de Logroño ha iniciado su cuenta atrás en la provincia de Zaragoza tras 16 años de trámites y obras. El primer tramo, los catorce kilómetros entre Figueruelas y Gallur, se abrirá finalmente al tráfico esta semana y la conclusión del trazado de la A-68 hasta el límite provincial, a la altura de Mallén, aún tendrá que esperar porque sus 14,37 kilómetros se adjudicaron más tarde. Si se cumplen las previsiones, a finales de 2022 se acabará con uno de los trazados viarios con mayor siniestralidad del país, el de la N-232.

Este momento llegará el miércoles por la tarde. Será un salto cualitativo tanto en seguridad como en comodidad en el viaje, dado que los conductores dispondrán de una vía de alta capacidad desde Zaragoza hasta las proximidades de la localidad riojana de Alfaro, lo que implica unos 83 kilómetros sin tener que recurrir a la autopista AP-68 que discurre en paralelo. Su concesión la alargó el Gobierno de José María Aznar hasta finales de 2026 a cambio de una rebaja en el peaje que no evitó que siga siendo la más cara de España, según un estudio de la compañía inglesa Northgate publicado la semana pasada

Las empresas contratistas del tramo Figueruelas-Gallur, FCC y MLN, acabaron hace tres semanas la última capa de rodadura y desde entonces están centradas en terminar los trabajos de señalización y en el montaje de las protecciones (biondas). Estos remates deberían acabar a principios de abril, pero el Ministerio de Transportes ha decidido adelantar su puesta en servicio al comprobar que el tronco central, los enlaces y ramales de acceso de la futura vía rápida ya están listos. De hecho, la tarea de los operarios se centra ahora en los caminos de servicio, como se observa al circular por uno de los sentidos de la autovía.

El tráfico se concentra ahora en doble dirección en los dos carriles que en dos días se reservarán para dirigirse hacia Logroño. Solo resta que venga el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para inaugurar el tramo, que salvo cambios de agenda, se hará a las cuatro de la tarde y con posterioridad se abrirá al tráfico. Con ello acabará una inversión finalmente presupuestada en algo más de 48 millones de euros, de los que solo restan por pagar este año 4,7, según recogen las cuentas del Ministerio.

Mientras se cuentan las horas para estrenar este tramo, las máquinas siguen trabajando al ritmo previsto entre Gallur y Mallén con el objetivo de sumar sus 14,37 kilómetros a la red estatal de autovías en el último cuatrimestre de 2022. En este caso, los trabajos dependen de otra unión temporal de empresas, constituida por Copisa y Sando, que está cerca de culminar la mitad de los trabajos previstos con el apoyo de más de una treintena de máquinas. De momento, el movimiento de tierras se extiende a la práctica totalidad del trazado mientras avanza la construcción de las quince estructuras previstas, entre viaductos, pasos superiores e inferiores.

Cualquiera que pase por la zona puede apreciar el cambio, dado que se han construido ocho de las citadas estructuras y se trabaja en el resto. Al mismo tiempo, los operarios avanzan desde finales del año pasado en el aglomerado, tanto en la zona inicial, en el entorno de Gallur, como en la intermedia. De esta forma, la capa de asfalto se extiende ya por la mitad del tramo.

La DGA dejará de bonificar el peaje a finales de mes

El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, ya ha comunicado por escrito al Ministerio de Transportes su intención de dejar de bonificar el peaje de la autopista de Logroño (AP-68) a finales de mes, en coincidencia con la inauguración del tramo de la autovía entre Figueruelas y Gallur.

La medida afectará a todo el tramo aragonés de la AP-68, aunque tanto los turismos como los camiones que recurren a esta rebaja deben salir en el último peaje disponible en la provincia, a la altura de Gallur, por lo que no se verán perjudicados.

La partida estimada para este año se redujo en los presupuestos autonómicos a tan solo 900.000 euros por la puesta en servicio de la autovía construida en paralelo. De la misma forma, en septiembre se dejará de bonificar a los vehículos ligeros y camiones que utilizan el tramo aragonés de la la autopista de Barcelona, dado que la concesión expira el próximo 31 de agosto. En este caso, la partida reservada en función del tráfico previsto asciende a 1,4 millones. 

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