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Tiendas de novias: "La gente quiere que vaya un mínimo de 50 invitados a su boda"

El sector empieza a apreciar movimiento ante las "ganas de celebración" tras un 2020 en el que los enlaces fueron aplazados por la covid. El que tengan lugar o no dependerá de las medidas de movilidad y aforo.

Arriba, Cuca Gimeno y Carmen García, de Marengo Moda, y Emilio del Castillo, de Love Story Novias. Abajo, Arántzazu Cáceres, izquierda, y Rebeca Tabernas.
Arriba, Cuca Gimeno y Carmen García, de Marengo Moda, y Emilio del Castillo, de Love Story Novias. Abajo, Arántzazu Cáceres, izquierda, y Rebeca Tabernas.
Heraldo.es

Tras un 2020 "catastrófico", con la mayoría de bodas aplazadas a este año por el coronavirus o algunas directamente anuladas, las tiendas de novias en Zaragoza empiezan a apreciar movimiento en un sector que está "muy tocado". Los responsables de estos negocios subrayan que la gente tiene "ganas de celebrar", ahora bien, la realización de estos eventos dependerá de cómo evolucione la crisis sanitaria y las consiguientes restricciones de movilidad y aforo. De ahí que resalten que trabajar con tanta incertidumbre sea complicado y que los futuros enlaces estén en el aire.

Carmen García, al frente de Marengo Moda junto a su socia Cuca Gimeno, explica que tienen previstas unas 200 bodas de cara al segundo semestre de año. "Otra cosa es que se celebren debido a las restricciones; es difícil hacer previsiones de nada. Las novias vienen a ver los vestidos y a probárselos. Ya no lo compran con tanto tiempo como antes y esperan a estar más seguras de que van a poder hacerla. Además, la gente no quiere celebrarla con solo 15 personas", dice.

Especializadas en vestidos y complementos de novia, fiesta e invitada, hasta antes de la covid tenían un importante volumen de trabajo y gracias a él pudieron "subsistir" el resto del año después de que tuvieran que cerrar tras el primer estado de alarma. "Nuestras clientas se portaron muy bien, con los vestidos pendientes para cuando se puedan casar. Y todo lo que se pudo se dejó parado para tomar medidas de nuevo. Hemos tenido que coger un local para guardarlos, en la tienda no tenemos capacidad para todo lo que hay que entregar. En este sector, hay muchas tiendas que han desaparecido con la pandemia. Me da mucha pena", comenta Carmen, con una empleada en ERTE y otra -en el taller- con reducción de jornada.

Cuca Gimeno,sentada, y Carmen García, de Marengo Moda.
Cuca Gimeno, sentada, y Carmen García, de Marengo Moda.
Marlengo

Por su parte, Arántzazu Cáceres -de Arántzazu by Manila con trajes de novia, madrina y de fiesta y también de novio (Se Voglio)- en este primer semestre solo cuenta con una boda para abril y las que tiene a partir del verano disponen de dos posibles fechas, dependiendo de las restricciones que haya en ese momento. "Las van aplazando. La gente quiere que vaya un mínimo de 50 personas a su boda. Cuando son pocos tienen que elegir entre su familia o sus amigos siendo que se trata de un momento especial de felicidad", afirma. En total, tiene 70 bodas "en el aire": 40 aplazadas de 2020 y 30 nuevas de este año.

Mayor respaldo

La gerente de Arántzazu by Manila reclama más ayudas para el sector nupcial hasta que resurja y recuerda que este abarca también a otros como las tintorerías, floristerías, agencias de viaje o joyerías. Al mismo tiempo, pide que no les "vuelvan locos" con tantos cambios en el BOA ("ya no sabes ni lo que puede hacer o no"). Con una facturación de "-95%" con la que no cubre gastos, reconoce que está intentado aguantar. "Los que logremos subsistir -espero estar entre ellos-, podremos luego sacar un poco la cabeza. No obstante, el concepto de ceremonia va a cambiar: las bodas de 300 invitados nos va a costar verlas. Si conseguimos 100-150, nos daremos con un canto en los dientes".

Arántzazu Cáceres, gerente de Arántzazu by Manila de Zaragoza.
Arántzazu Cáceres, gerente de Arántzazu by Manila de Zaragoza.
A. C.

Mientras, Emilio del Castillo -gerente de la tienda Love Story Novias y organizador y decorador de bodas (trabaja para los cuatro hoteles del Grupo Palafox)- destaca que las tres preguntas que le hacen sus clientes son: ¿van a poder venir mis familiares? ¿a quién dejo fuera? ¿me van a dejar celebrar el enlace con normalidad? Tres cuestiones que van directamente unidas a los tres problemas que Emilio enumera: la movilidad, la restricción de aforo y las limitaciones a la hora de celebrar el convite. "Diez personas en una boda no es negocio para nadie. Además, muchos de sus familiares viven fuera de Aragón y no pueden venir por los cierres perimetrales y hay que recordar que los bailes, por ejemplo, no están permitidos", indica.

"Si nos permitiesen celebrar los enlaces con 100 personas sería rentable para todos"

En un año normal, Love Story Novias suele organizar en torno a 120 enlaces, en 2020 fueron tan solo cuatro y este 2021 cuenta con 100 bodas pospuestas, que están previstas para el segundo semestre. "No sabemos si las vamos a celebrar o no; esperemos que sí. La gente está con optimismo y empiezan a comprar vestidos, complementos y zapatos para esos meses. Si nos permitiesen, por lo menos, celebrar los enlaces con 100 personas sería rentable para todos", insiste.

Emilio del Castillo, gerente de Love Story Novias de Zaragoza.
Emilio del Castillo, gerente de Love Story Novias de Zaragoza.
Heraldo.es

Para Rebeca Tabernas, organizadora de bodas desde hace una década, no se entiende que un restaurante pueda tener aforos de hasta un 30% y que en un evento como las bodas el máximo en un banquete sea ahora de 15 personas en el exterior (separadas en mesas de seis). "La gente está concienciada de hacer eventos no muy grandes, pero no quiere prescindir de su círculo más importante de familia y amigos", asegura.

En cuanto al enlace en sí, según las últimas medidas, si son civiles solo puede asistir una decena de personas y si son religiosos, hasta un 50% del aforo de la iglesia. En ambos casos, siempre con mascarilla y respetando las distancias de seguridad.

Rebeca Tabernas, organizadora de bodas.
Rebeca Tabernas, organizadora de bodas.
R. T.

No ir contracorriente

Rebeca comenta que el 80% de las bodas que tenía para 2020 fueron trasladadas a este año y confía en que este verano se puedan celebrar enlaces con 50 personas, como en el estío pasado. "El nivel de incertidumbre es máximo porque los aforos cambian de un día para otro. A nivel profesional trabajamos mucho; tenemos muchas más contrataciones. Ante la covid, lo mejor es adaptarse. Que la gente que quiera casarse lo haga atenta a las medidas sanitarias y si cuenta con un profesional que esté pendiente de todo mucho mejor", recomienda.

Además de las mascarillas y los geles hidroalcohólicos, lo que le demandan los novios es la posibilidad de hacer test de antígenos a los invitados antes de acudir al futuro enlace. También quieren organizar, si se puede, pequeñas fiestas en su jardín otro día distinto al de la boda. "Hay muchas formas de divertirse: juegos en los que estén sentados en grupos de 5-6 personas que no se relacionen con las otras, montar un bingo, una zona de 'chill out' con mucho espacio...", explica.

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