Redactor de HERALDO DE ARAGÓN

Un año o un mal sueño

La UME desinfecta el ambulatorio y dos residencias de Tarazona.
La UME desinfecta el ambulatorio y dos residencias de Tarazona.
N. B.

El año que se cumplió ayer, cuando nos encerramos en casa para no contagiarnos, no se celebrará sino que tenemos que olvidarlo. La pandemia se ha llevado a 3.333 aragoneses y más de 108.000 han sufrido las consecuencias de dar positivo. Cada día que salgo con una mascarilla para andar por las calles de Zaragoza con un grupo de amigos hablamos de cómo algunas personas cercanas superaron la hospitalización, como una experiencia necesaria para superarla juntos, compartirla y aplaudirla.

Nombramos a algún sanitario que superó el momento crítico o incluso murió; recordamos a los militares de la UME que salían a la calle para desinfectarlas y ver lo que pasaba en las residencias; y mencionamos a una anciana de 91 años que sobrevivió la covid contra pronóstico tras perder a algunos compañeros en su residencia. No pensamos todavía en liberarnos con la familia viajando al Pirineo, al Moncayo, al Maestrazgo o al Bajo Aragón porque el cansancio mental de 12 meses nos agarrota todavía y nos lleva a subir o bajar por el Ebro o el canal Imperial, como una escalera necesaria para superar todo lo vivido.

Ya no soñamos tanto con las cifras diarias de víctimas que nos asolaban y elucubramos sobre si la vacuna nos llegará para coger las vacaciones con mayor seguridad. O si el 70% de la población aragonesa (alrededor de 924.000 personas), como anunció la consejera Sira Repollés, estará ya vacunada en agosto y libre del riesgo. También pensamos que nuestros hijos van a pasar una juventud más dura que la que vivimos nosotros en la Transición, ante el paro y la crisis económica, que tardará en recuperar los empleos. Solo espero que sea un mal sueño.

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