un año de la covid
"A los autónomos no nos han ayudado. Que nos digan que pidamos créditos no es una ayuda"
Susana Corrochano lleva 40 años de trabajo en su tienda taller de tocados y, pese a un 2020 sin celebraciones, mantiene el optimismo que empuja a los emprendedores, pero urge más apoyos.
Susana Corrochano se toma con resignación el año sin apenas celebraciones que ha traído la pandemia de covid. Su tienda taller de tocados nunca había estado tan vacía de visitas aunque luce llena de flores a la espera de quien las luzca en una fiesta o una comunión.
Lleva cuatro décadas trabajando, primero para tiendas de fuera de Aragón y, desde 2009, en su atelier de Zaragoza, abierto en plena crisis anterior. "Pero en aquella, la gente que hacía una boda, la hacía. Fue distinto. Ahora todo el mundo te llamaba y te decía ‘paralízalo’", confiesa, al comparar los dos periodos.
Encargos a medio hacer
Al sector de los eventos el confinamiento le cogió en plena preparación de la temporada alta, "con un montón de encargos a medio hacer, que me los fueron anulando", recuerda de los primeros meses de marzo y abril de 2020. Ha pasado el último año entre pedidos y cancelaciones; bodas y comuniones que se retrasaban una y otra vez, e iban perdiendo invitados con cada oleada del virus.
"Soy optimista por naturaleza. Tal y como están las cosas lo que no puedo es estar depresiva y que venga gente y estar con cara triste", dice entre tocados, pamelas y coronas de flores. "Si fuera pesimista, ya habría cerrado", confiesa.
Aguantar este año le ha costado gastar ahorros. Como al resto del sector de los eventos, uno de los más dañados por la limitación de la vida social, y que recuerda que "mueve a mucha gente", además de restaurantes, a tiendas de vestidos de ceremonia, estudios de fotografía y floristerías.
Todos están faltos de apoyo. "Se necesitan más ayudas por parte del Gobierno porque a los autónomos no nos han ayudado en absoluto. Que nos digan que pidamos créditos no es una ayuda", reprocha, en referencia a las líneas de avales del ICO que se lanzaron a las empresas, que a la larga solo han servido para incrementar sus deudas. "Si estaba cerrando todo el mundo, cómo íbamos a endeudarnos", critica.
Considera que hubiera sido más efectivo aligerar parte de los gastos fijos que han seguido soportando como "dar ayudas para el alquiler de los locales", plantea. Y todavía faltarían los recibos de la luz o la calefacción porque aunque haya tenido menos clientela, una vez que el negocio está abierto "tienes los mismos gastos". Ha visto más positivas iniciativas como la campaña de descuentos del Ayuntamiento de Zaragoza, ‘Volveremos si tú vuelves’.
En su caso, le ha ayudado que la pandemia le cogiera sin empleados. "Gracias a que estaba sola porque así, si sacas algo, bien y si no, también".
Escaparate en internet
Confiesa que ha sido difícil reinventarse. Empezó cosiendo mascarillas, aumentó los pedidos de gorros de invierno y gorras de caballero y aprovechó el escaparate que ofrece en internet su web y la plataforma Zerca!, a la que se había unido cuando empezó a dar sus primeros pasos el año anterior a la pandemia.
Tras estos duros meses es consciente de que no todos han podido aguantar porque no a todos les salían las cuentas. "La gente que tiene una edad se ha planteado que para estar perdiendo dinero se jubilaba".
"Yo quiero pensar que esto va a mejorar, que llegará un momento en que esto se recuperará". Y para ello, tiene su esperanza puesta en que avance la vacunación y puedan lucirse sus creaciones esta primavera.
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