Cáritas Aragón destina un millón de euros más a ayudas por la covid y unas 8.000 personas acuden por primera vez a Cruz Roja

Cuando se cumple el aniversario de la declaración del estado de alarma, las entidades sociales también rinden cuentas de un ‘tsunami social’ devastador al que no ven fin. Cáritas Diocesana en Aragón destinó en 2020 solo a ayudas directas de primera necesidad un millón de euros más que el año anterior. A las puertas de Cruz Roja en la provincia de Zaragoza llamaron por primera vez casi 8.000 personas que nunca antes habían tenido problemas para pagar los gastos de su vivienda y para comer.

Son dos datos significativos de una realidad dolorosa que sigue colándose en demasiados hogares, y las previsiones no son nada halagüeñas. "Ahora estamos esperando el efecto de lo que ocurra con los ERTE, que han sido un amortiguador, y si hay o no un aluvión de ERE. Estamos ya viendo a autónomos y trabajadores que recurren al plan de empleo para buscar nuevas expectativas", señala Julián Martínez, director de intervención social de Cruz Roja Zaragoza.

A través de su Plan Responde (diseñado para hacer frente a la covid), en 2020 atendió a 26.963 personas, 7.949 más que en 2019, cuando fueron 19.014. El número de entregas de todo tipo (ayudas de primera necesidad, alimentos, ropa, pago de recibos...) se dispararon un 56,5%, de 21.719 a 33.978. El estudio presentado por Cruz Roja a nivel nacional esta semana ponía rostro femenino al perfil medio de las personas que se han incorporado a raíz de la pandemia: mujer, de 44 años, en desempleo y con hijos a cargo.

Desde Cáritas Aragón señalan que las ayudas para necesidades básicas han aumentado en torno a un 50% y muchas de estas entidades ya gastaron en el primer semestre de 2020 todo el presupuesto destinado a este fin. "La falta de ingresos supone la transformación de situaciones de alta vulnerabilidad en pobreza y en un empeoramiento veloz de las condiciones de vida de muchos hogares aragoneses", advierten. Según un informe nacional de esta organización, una de cada tres personas es nueva o hacía más de un año que no acudía buscando ayuda.

La trabajadora social Raquel Montero en la oficina de Cáritas Diocesana de Zaragoza en el barrio de Delicias de Zaragoza

Toni Galán

A pie de calle lo percibe cada día Raquel Montero, trabajadora social de Cáritas en el barrio Delicias de Zaragoza. En enero en esta oficina se registraron unas 150 llamadas de personas que necesitaban que les echeran una mano. "Nos encontramos hogares monomarentales que vienen por primera vez y extranjeros y familias a los que se ha denegado la protección internacional", explica. La ayuda "estrella" en esta zona es el realquiler de habitaciones. Reclama una mejor gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV), ahora están recurriendo muchos de los denegados (en diciembre se habían rechazado casi la mitad de las peticiones en Aragón), y que la prestación aragonesa complementaria se desarrolle "normalmente" cuando desaparezca el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), previsiblemente en mayo.

Actualmente solo hay 6.141 aragoneses que cobran el IMV y de ellos 1.943 no tenían antes ninguna otra prestación, según los últimos datos aportados por el Gobierno aragonés. La DGA ingresó en febrero 6.112 nóminas del IAI, dentro de las que se incluyen las 2.069 que son complemento porque la renta básica es inferior a lo que recibían. Además, se pagaron 3.148 Ayudas de Integración Familiar.

Los números no engañan y la crisis social continúa empeorando. En el Ayuntamiento de Zaragoza el pasado enero se registraron 3.224 solicitudes de ayudas de urgencia, un 5,12% más que en el mismo periodo de 2019. Se concedieron 2.901 y del importe total de 831.506 euros, un 60,81% fueron para alimentación. Son cifras, pero detrás hay proyectos de vida.