periodismo

Siete curiosidades sobre cómo se trabaja en la web de HERALDO

Las redacciones de internet y el papel de HERALDO se coordinan para mantener la información de calidad y la veracidad sobre los criterios de tráfico y la dictadura de los ciberanzuelos.

Heraldo de Aragón
Heraldo de Aragón
Heraldo.es

Antiguamente, en las páginas de información local del periódico, aparecían fotos de grupos escolares visitando la redacción de HERALDO. Aunque poco tenía de excitante una sala repleta de vastos monitores (la pantalla plana era entonces una utopía), siempre había algún alumno avispado que se interesaba por la máquina que escupía teletipos o por la sección de diagramación, es decir, donde se decidía la puesta en página de las informaciones. Estas visitas pasaron después a hacerse en la rotativa de Villanueva de Gállego -mucho más interesante para conocer el proceso de edición-, donde los estudiantes de curiosidad innata continuaron preguntando cómo se entera el periodista de un incendio, cuántas horas trabaja y, por supuesto, si gana más o menos dinero que un futbolista. Bendita inocencia... A continuación, y ante la nueva etapa que afronta Heraldo.es, se trata de dar respuesta a algunas de las cuestiones más comunes que pueden despertar el interés de los lectores de la edición digital del periódico.

¿Cómo, cuándo y cuánto se actualiza la página web?

Los periodistas de Heraldo.es no son ‘umpa lumpa’ que estén trabajando 24 horas sin descanso, sino que cumplen horarios de ocho horas por turnos para completar el espectro de toda la jornada. Uno de los fuertes de la web es que da servicio al lector en tiempo real, esto es, cuando ocurre un incendio, un accidente o un asalto al Capitolio, la vocación de servicio público obliga a ofrecer con rapidez la máxima información contrastada posible. Heraldo.es se actualiza constantemente en función de lo que va ocurriendo, si bien es cierto que la gran renovación se da a las cinco de la mañana cuando se ofrece al lector la portada con la que arranca el día. Desde las 7.00 ya hay un equipo que nutre de nuevos contenidos la edición digital, antes de que a las 9.00 se produzca una reunión para poner en común y debatir los temas que cada redactor va a trabajar. A las 10.00 hay otro encuentro de coordinación entre quienes llevan la web y quienes se responsabilizan del papel, que se repetirá en horario vespertino, en torno a las 18.00. Estas reuniones son eminentemente presenciales, pero desde hace unos meses también hay quienes están teletrabajando y se incorporan por videollamada. Desde que comenzó la pandemia hay parte de la redacción que trabaja desde casa para poder respetar los aforos y las medidas de seguridad en la sede central de la redacción en Independencia, 29.

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¿Qué tienen de diferente la web y el papel?

Todo y nada. La calidad de la información y su rigor han de ser los mismos, pero la inmediatez e interacción hacen que el periódico en papel y en internet tengan perfiles de audiencia diferentes y, en consecuencia, también se atienden sus intereses de forma distinta: se dan las noticias de papel pero se añaden temas nuevos, exclusivos y propios que contextualicen las noticias. En el año 1999, cuando comenzó a funcionar Heraldo.es, la misión era casi exclusivamente volcar los contenidos del papel, esto es, la Edad de Piedra del periodismo ‘online’, en el que se pueden utilizar -ahora lo sabemos y tratamos de demostrarlo- todo tipo de recursos multimedia. Sin ir más lejos, Heraldo.es cuenta con una redacción televisiva, Heraldo TV, que contribuye a enriquecer contenidos y, en el afán de contextualizar informaciones, a veces los periodistas han de ponerse delante de la cámara. La web exige, además, una actualización y un reciclaje constante, tanto de los contenidos como de los periodistas. Sirva de ejemplo que hace más de veinte años la gran mayoría de accesos se producían por ordenadores de mesa. Hoy, en cambio, prácticamente el 85% de los lectores entran a Heraldo.es a través del teléfono móvil. Buena parte del tráfico procede de las redes sociales o utiliza Google como puente. Y para conseguir que las noticias se posicionen bien tanto en redes como en Google es necesario un equipo que trabaje el SEO y las redes sociales.

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¿Qué es lo que mejor funciona en la edición digital?

Sabido es que los medios digitales muchas veces se dejan tentar por el ‘clickbait’ y por los contenidos virales, esos que privilegian el tráfico sobre la veracidad: más visitas son más impresiones publicitarias y, por tanto, más ingresos. No obstante, aunque estas noticias más frívolas puedan tener su espacio, la web Heraldo.es se vertebra esencialmente de información reposada, contrastada y veraz: periodismo en lugar de ciberanzuelos. A lo largo de los dos últimos años, HERALDO ha llevado a cabo un ‘proyecto de fidelización’ con la audiencia de la web y ha estudiado quiénes son los usuarios fieles para conocer mejor sus inquietudes informativas. Así, se ha comprobado que los lectores son muy sensibles a la información local, desde una perspectiva más humana y cercana que la que habitualmente ofrecen las instancias políticas. Es evidente que los sucesos siempre están entre lo más consumido, como también lo es la información deportiva local. Más curioso resulta comprobar el gancho que tienen las efemérides y las curiosidades históricas... e incluso el horóscopo. Con el encierro doméstico de la pasada primavera, la audiencia de la web batió récords al superar en mayo los 7 millones de usuarios únicos, según el informe de ComScore, la empresa de medición oficial que contabiliza en España las visitas a través de móviles, tablet y ordenadores de mesa. La crisis del coronavirus espoleó la necesidad de información digital y Heraldo.es creció un 112% con respecto a mayo de 2019.

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¿Quién propone los temas?

Hay coberturas que son “de carril”, esto es, de agenda, para las que los interesados suelen convocar ruedas de prensa. Se trata de convocatorias que pueden ir desde la presentación de una obra de teatro para el fin de semana hasta las declaraciones de los jugadores del Real Zaragoza o del Huesca antes de los partidos o las comparecencias políticas en las Cortes, las diputaciones y los ayuntamientos. Por otro lado, están los temas propios, que sí proceden de las sensibilidades de la redacción: los periodistas han de estar atentos a la realidad circundante y a aquello que genere interés entre sus colegas, familiares o vecinos. Esto se ha visto claramente con toda la ‘información servicio’ derivada de la crisis sanitaria cuya demanda se ha disparado: los tipos de mascarillas, los cambios en las restricciones, la evolución de las cifras… En el fondo, indirectamente, es también el lector quien elige los temas. La web cuenta asimismo con un correo de ‘confidentes’, que en ocasiones da buenas pistas para tirar del hilo de ciertas historias. Los temas se exponen y se debaten en la reunión de contenidos. Después, como se ha dicho, es la coordinación de los jefes la que decide cómo se reparten en los distintos soportes.

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¿Qué es el Trust Project?

El lector habrá advertido que en las informaciones de HERALDO existe la pestañita de ‘trust project’, que vendría a ser como un sello que garantiza que la información es veraz y está elaborada con fuentes fiables. Se trata de un indicador de confianza para demostrar que la noticia se ha elaborado “sin intereses ocultos, con equidad y exactitud”. Es, en esencia, un arma contra las tan traídas y llevadas ‘fake news’, que mediante cuentas anónimas y automáticas (bots) y con acontecimientos como el Brexit o la presidencia de Trump han generado tanta desconfianza y desinformación. Es más, han llegado a presentar la estrategia del bulo como muestra de pensamiento crítico cuando en los 125 años de historia de este diario se ha demostrado que los hechos no son relativos y que esa visión erosiona la confianza y devalúa la verdad. Como curiosidad del Trust Project ha de añadirse que los periodistas dejan su pequeño perfil asociado a la noticia para que el lector sepa quién les está informando. El trabajo en la página web también puede ser una especie de cura de humildad para los periodistas. Los lectores suelen indicar fallos, erratas y, también, apoyar o desdeñar alguna información en función de las cifras de visualizaciones que tiene cada noticia y que muestran crudamente si ha interesado o no.

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¿Quién hace qué en Heraldo.es?

La ductilidad es clave en el entorno digital. Mientras unos periodistas dedican más tiempo a ordenar las informaciones en las portadas digitales, otros se encargan preferiblemente de que los temas lleguen a las redes y los hay -por ejemplo- que se centran en los directos de los partidos. No obstante, todos elaboran informaciones, publican galerías, validan comentarios, envían newsletters... Si bien persiste la clásica especialización por secciones, no son compartimentos estanco como en el periodismo clásico. Aunque lo principal, por descontado, es tener olfato y criterio. Ese que también se demuestra a la hora de utilizar los cintillos de “urgente” o “última hora” en la parte superior de la web, de los que no debe abusarse. Esta última suele ser decisión del portadista, que es el periodista que lleva la portada y tiene que jerarquizar las noticias, manejar los entresijos técnicos y evitar que ninguna noticia se quede por el camino. Es una pieza clave para el funcionamiento de la web y un perfil que nació a la par que la versión online.

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¿Quién valida los comentarios?

Dejamos para el final, como buen cebo, la pregunta del millón. Aclaremos que los únicos criterios para validar o rechazar un comentario son aplicar el sentido común y evitar el insulto. Y no hay una persona en exclusiva dedicada a validar comentarios (más de 1.000 diarios), ni estos se aceptan o rechazan de forma rápida ni automática. Esta labor lleva su trabajo...

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