Crefco y Creloc piden adelantar la electrificación del Canfranc con la reapertura de la línea en 2025

Las organizaciones advierten de que si se usan trenes diésel el proyecto será menos atractivo y sostenible.

Estación de Canfranc.
Estación de Canfranc.
Heraldo

Las organizaciones Crefco (Coordinadora por la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón) y Creloc (Comité de la Reapertura de la Línea Olorón-Canfranc) han solicitado el adelanto de la electrificación del ferrocarril Zaragoza-Canfranc-Oloron-Pau cuando se produzca la reactivación de esta ruta en el año 2025 y no dilatarlo hasta quince años después, como dice el documento de convergencia.

El informe lo presentó en noviembre el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Transporte de la DGA, José Luis Soro, y en él se detalla que la futura línea se pondrá en marcha para el tráfico de viajeros y mercancías con vía de ancho europeo, señalización ERTMS, carga máxima de 22,5 Tm/eje y gálibo.

Javier Garrido, portavoz de Crefco, señaló que les preocupa posponer la electrificación a 2040 y pide ajustar ese plazo para que «sea más atractivo» para los trenes de mercancías y de pasajeros.

Al acelerar el proceso de electrificación, Garrido sostiene que estarían en sintonía con la respuesta de la Unión Europea "para combatir el cambio climático" frente al uso del diésel. Asimismo, recordó que las pendientes que tiene la parte francesa llevó a que esa línea estuviera electrificada para ayudar a los trenes a superar esos tramos.

El portavoz de Crefco señaló que el objetivo es que se acelere la electrificación y alargar los apartaderos de hasta 450 metros (diseñada hasta 2030). "Estos dos elementos son fundamentales si se quiere que la reapertura del Canfranc sea un éxito", agregó. Garrido dice que la línea no puede perder la oportunidad de utilizarla para mercancías y limitarla solo a los viajeros, que dejaría su viabilidad en el aire.

Contaminación

Los defensores de la reapertura creen que si no se acondicionan todos los apartaderos antes de la reapertura, la gestión del tráfico ferroviario será como una línea del siglo XIX, porque hasta 2030 los convoyes no podrían cruzarse más que en unos pocos puntos. Si la línea no se electrifica desde la reapertura hay un riesgo de limitar los trenes de mercancías que la usen por la menor potencia de las locomotoras diésel.

Crefco y Creloc creen que sin electrificarlo al principio se disuadirá a los viajeros y a las empresas que quieran utilizar el ferrocarril entre Aragón y Nueva Aquitania, entre España y Francia. Además, el uso de locomotoras diésel provocará contaminación atmosférica y acústica en los valles de Aspe y Canfranc y despertaría oposición en la población local.

Las dos organizaciones llaman a los actores principales del proyecto a revisar el calendario del equipamiento de la línea ferroviaria internacional Zaragoza-Canfranc-Pau y ofrecer el mejor servicio tanto a los viajeros como a las empresas.

En este sentido, apuntan como ejemplo que el futuro operador podría ahorrar el 25 % de la electricidad usando el freno de recuperación de los trenes en el descenso y los convoyes de mercancías serían más pesados. Además, la reapertura de la línea directa Zuera-Turuñana (un tramo no incluido en el proyecto) reduciría significativamente los tiempos de viaje, tanto para los viajeros como para las mercancías.

Por este motivo, Crefco y Creloc hacen una llamada a los responsables políticos locales, regionales, nacionales y europeos, conscientes de los retos económicos y del interés que representa esta línea para Aragón y Nueva Aquitania, para apoyar activamente el proyecto de una reapertura completa del ferrocarril Zaragoza-Canfranc-Pau. "Esta reapertura puede y debe servir de ejemplo a los deseos y declaraciones de los responsables políticos relativas a la lucha contra el calentamiento climático y al necesario reequilibrio carretera-ferrocarril", concluyeron.

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