Aquel abril de 1978
La generación de los aragoneses de los años 60 podemos revisar dónde nos cogió aquel 23 de abril de 1978, cuando nació Aragón como una comunidad autónoma. Íbamos de la mano de su fundador, el presidente Juan Antonio Bolea Foradada, quien fue despedido ayer en la iglesia de Santa Mónica. Más de 150.000 personas acudieron a aquella manifestación histórica desde la plaza de San Francisco hasta la plaza de España, con el primer izado que hizo el político de la bandera cuatribarrada ante la estatua del Justicia Juan de Lanuza, en la plaza de Aragón. Algunos adolescentes del colegio de San Viator, donde estudió el ayerbense Juan Antonio Bolea, volvíamos de una excursión y nos sumamos a la gran manifestación en Huesca, que recuerdo con emoción.
Este político de la UCD, que fue nombrado en Calatayud primer presidente de la Diputación General de Aragón ese abril de 1978 y tomó posesión en Huesca unos días después, ya venía de hacer la pequeña historia de la Transición como presidente del Tribunal Contencioso administrativo. Allí anuló una multa al Centro Pignatelli (jesuitas) del gobernador civil Federico Trillo-Figueroa por permitir una conferencia sobre la encíclica ‘Pacem in terris’ de Juan XXIII.
De igual forma que defendió la libertad de los sindicalistas y políticos que se reunían en el Pignatelli, Bolea sostuvo que Aragón tenía derecho a ser una autonomía histórica para ir por el artículo 151 de la Constitución, como Cataluña, País Vasco y Galicia (luego llegó Andalucía). La UCDde Suárez y el PSOE de González nos llevaron a la vía lenta del 143. La honestidad, un valor que está en extinción, le llevó a dimitir en 1981 y luego lo llamaran para el PAR.
