El líder europeo de los explosivos se interesa por el museo del polvorín que planea Utrillas

La multinacional Maxam asesorará el proyecto para hacer visitable el túnel que almacenó la dinamita para las minas.

Interior del antiguo polvorín de Minas y Ferrocarriles de Utrillas, excavado en la montaña.
Interior del antiguo polvorín de Minas y Ferrocarriles de Utrillas, excavado en la montaña.
Jorge Escudero

El antiguo polvorín de Minas y Ferrocarriles de Utrillas (MFU), un túnel de 240 metros excavado en la montaña con nichos a los lados para almacenar dinamita y fulminantes, se abrirá al público como un recurso turístico que se sumará al Parque Temático de la Minería y el Ferrocarril. El proyecto para limpiar, acondicionar y hacer visitable el antiguo almacén de explosivos cuesta 160.000 euros y la financiación está a la espera de que el Gobierno aragonés resuelva la línea de ayudas del Fondo de Inversiones de Teruel para infraestructuras municipales.

El proyecto ha captado la atención de la empresa multinacional española Maxam, líder europeo en la fabricación de explosivos. Su responsable de minería en el norte de España, Salvador Solís, asesorará en el montaje del futuro museo y la compañía, con 6.000 trabajadores y presencia en más de 50 países, podría colaborar en esta iniciativa. Solís, que ha mantenido contactos con el alcalde de Utrillas, Joaquín Moreno, definió los planes para habilitar el antiguo polvorín como un museo sobre la utilización de los explosivos en la actividad extractiva como "una gran idea".

El proyecto recuperará la memoria de un aspecto clave en el desarrollo minero, el manejo de los explosivos. Los antiguos mineros recuerdan que el polvorín era un lugar donde las medidas de seguridad eran extremas, con un guarda armado en la puerta de forma permanente, con su propia armería y con una gran portalón de acero para cerrar el túnel. Las precauciones respondían a la peligrosidad de los materiales almacenados y al riesgo de que acabaran en manos indebidas.

"La dinamita era una golosina para los grupos terroristas, por eso, al llegar los cargamentos, siempre venían escoltados por la Guardia Civil"

"La dinamita era una golosina para los grupos terroristas, por eso, al llegar los cargamentos, siempre venían escoltados por la Guardia Civil", explica Eduardo Fernández, un exminero que trabajó 30 años entre MFU y Samca y que visitó el polvorín cuando estaba a pleno rendimiento.

Los nichos abiertos a ambos lados del túnel servían para almacenar en sitios diferenciados y separados los detonadores y la dinamita para evitar que, en caso de accidente, estallarán conjuntamente. También a la hora de transportar los explosivos hasta las minas eran extraídos por dos artilleros -mineros especialistas en voladuras-, uno transportaba la dinamita y otro los fulminantes, como recuerda Fernández.

Aún con todas las precauciones, el minero jubilado recuerda que en 1959, en el cercano polvorín de Santa Bárbara, un estallido accidental acabó con la vida de 13 mineros. "Los trozos de carne de las víctimas quedaron colgados por las calles", relata el extrabajador de MFU y testigo de la catástrofe.

13 muertos en una explosión

El proyecto municipal pretende explicar cómo se llevaba a cabo el manejo de los explosivos en la minería carbonífera de la zona. Joaquín Moreno resalta que la actividad del polvorín desde su inauguración en 1954 hasta el final de la actividad minera en los años noventa del siglo XX fue una pieza clave de la economía comarcal. Aunque el túnel era propiedad de MFU, en ocasiones proporcionaba dinamita a otras pequeñas minas del entorno.

El túnel está dotado de unos raíles por los que se desplazaban las cargas con seguridad y comodidad. El proyecto pretende limpiar, restaurar y acondicionar las instalaciones, además de abrir una salida de emergencia a través del plano inclinado que actuaba de respiradero originalmente.

Moreno destaca las medidas de seguridad de la instalación, que compara con las de "una cárcel", empezando por la puerta acorazada. Resalta la singularidad de la iniciativa, porque no existe ningún otro polvorín en todo el Estado que sea visitable. Será, añade, "un complemento" para el Parque Temático de la Minería, que repasa el pasado esplendor minero de Utrillas y su comarca. A juicio de Moreno, se trata de una infraestructura con gran "potencial turístico".

La perforación subterránea que guardaba los explosivos mide 1,9 metros de anchura y dos de altura. Cuenta con 18 nichos de almacenamiento a ambos lados. MFU, que llegó a tener 1.600 mineros, al cerrar sus explotaciones a finales del siglo XX, cedió la propiedad al Ayuntamiento. Ahora está vacío y sus alrededores se usan como almacén.

Salvador Solis, directivo de Maxam que asesorará la creación del museo en el polvorín de Utrillas, preparando una voladura en una mina de carbón.
Salvador Solis, directivo de Maxam que asesorará la creación del museo en el polvorín de Utrillas, preparando una voladura en una mina de carbón.
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