Muere Juan Antonio Bolea, primer presidente de la DGA y clave en la Transición aragonesa

Nacido en Ayerbe en 1930, fue diputado por la UCD en las elecciones del 77 y ocupó el cargo de presidente de Aragón hasta el 81. En 1982 ingresó en el PAR.

El primer presidente de la Diputación General de Aragón y figura clave del autogobierno, Juan Antonio Bolea Foradada, murió este sábado a los 90 años en un hospital de Zaragoza a consecuencia de un infarto sufrido hace apenas 15 días del que no se pudo recuperar. Nacido en Ayerbe en marzo de 1930, Bolea Foradada fue firme defensor de la autonomía aragonesa en el contexto de la Transición política española. La institución que con él al frente echó a andar ha decretado tres días de luto oficial a partir de mañana a las 12.00.

Elegido diputado por Zaragoza por UCD en las primeras elecciones generales, celebradas en 1977, Bolea Foradada juró su cargo como presidente del Aragón preautonómico en abril de 1978 con todo por hacer y tras ser elegido por los diputados y senadores aragoneses en el marco de la iglesia de San Pedro de los Francos de Calatayud.

Su primer Consejo, que tuvo a Jaime Gaspar como vicepresidente y a José Ángel Biel como secretario general, tomó decisiones tan importantes como la designación de la bandera y la elección del 23 de abril como Día de Aragón. Ese día encabezó una histórica manifestación para reclamar un pleno autogobierno que, solo en Zaragoza, reunió a más de 100.000 personas. Su muerte consternó ayer a partidos políticos, instituciones y miembros de la sociedad civil, que destacaron su papel "clave" y su compromiso con la Comunidad.

Su arraigado aragonesismo le llevó a romper con UCD en 1981 al relegar a Aragón a la llamada vía lenta, al contrario de lo que sucedió con País Vasco, Galicia, Cataluña y Andalucía. Entonces saltó al PAR, partido en el que permaneció hasta 1999, cuando anunció su retirada de la política tras su etapa como diputado en las Cortes de Aragón.

Dialogante, inconformista, "preparado" y con un humor "muy aragonés", según quienes mejor le conocían, consideraba que la Comunidad tenía que estar "por encima de ser de derechas, de izquierdas o de centro".

Bolea Foradada participó activamente en la creación de la Constitución Española. Formó parte de las cortes constituyentes y de la comisión constitucional. Pionero en reclamar la reapertura del Canfranc y la devolución del arte sacro, fue un decidido defensor de la llegada de General Motors a Figueruelas. También se opuso firmemente a cualquier tipo de trasvase y apostó por el regadío como eje vertebrador del territorio.

En abril de 1992 recibió el Premio Aragón del Ejecutivo autonómico. También ese año, las Cortes de Aragón le otorgaron la Medalla de Honor y, ya en 2002, la Diputación Provincial de Zaragoza le concedió su máxima distinción: la Medalla de Oro de Santa Isabel de Aragón. Bolea Foradada era, además, Hijo Adoptivo de la ciudad de Zaragoza en reconocimiento de los "excepcionales méritos contraídos en su carrera profesional como jurista, magistrado y político". Una de sus últimas apariciones públicas fue, precisamente, en el 40 aniversario de la autonomía en 2018.

Primer presidente de la Diputación General de Aragón y nacido en Ayerbe en 1930, fue diputado por la UCD en las elecciones del 77 y ocupó el cargo de presidente de Aragón hasta el 81.

Otras facetas

Bolea Foradada se trasladó a Huesca con su familia cuando tenía apenas ocho años. Allí cursó el bachillerato en el colegio de San Viator. Antes de convertirse en la primera persona en izar la bandera cuatribarrada de Aragón, el primer presidente de la Diputación General ejerció como fiscal en Cádiz y Alicante y como magistrado en la sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Territorial de Zaragoza, órgano del que fue nombrado presidente en 1970. Seis años más tarde solicitó la excedencia en la carrera judicial para incorporarse a la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, ahora Ibercaja.

Casado y padre de seis hijos, sobresalió por su labor investigadora y su especialización en el Derecho de aguas, con obras de referencia como ‘Los riegos de Aragón’ o ‘Las comunidades de regantes’. También escribió, en colaboración con otros dos magistrados, los ‘Comentarios a la ley Contencioso-administrativa’, que le valieron un unánime reconocimiento profesional.

No habrá capilla ardiente por deseo expreso de la familia. En próximas fechas, el Gobierno organizará un acto de homenaje.

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