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Novedad covid: "Septiembre está empezando a ser un mes de comuniones"

Algunas familias ya han reservado para mayo fechas en restaurantes y encargado el traje o vestido de ceremonia para los comulgantes, aunque la tendencia es a "no unificarlas" ese mes.

Ana Muñoz, propietaria de Boutique María Jesús, prueba a un niño un traje de comunión.
Ana Muñoz, propietaria de Boutique María Jesús, prueba a un niño un traje de calle de comunión.
A. M.

La irrupción del coronavirus trastocó en 2020 todas las agendas incluidas las fechas de las comuniones, muchas de las cuales se pospusieron más allá del verano en Aragón tras el primer estado de alarma. Como recuerdan desde el Arzobispado de Zaragoza, el pasado mayo (que con junio eran los meses en las que tenía lugar esta ceremonia antes de la pandemia) no hubo culto público al estar las parroquias cerradas por culpa de la covid. Ahora sí que lo hay (condicionado al aforo del 25%), y son los párrocos, junto con los padres de los comulgantes, quienes determinan la fecha a celebrarse siguiendo en todo momento la normativa sanitaria.

La familia de Jaime Merino Ibáñez, de Calatayud, es una de las que han decidido celebrar la comunión el próximo 30 de mayo. Hace un año que cerraron la fecha, junto con la reserva del restaurante y el fotógrafo que hará el álbum. Lo que aún tienen pendiente es encargar el traje. "Conozco a gente que hace tiempo que lo ha comprado. Nosotros vamos sobre la marcha porque está todo con mucha incógnita. Cuando se acerque la fecha, cerraremos el menú y las personas que acudiremos al restaurante. A una mala lo celebraremos los cuatro miembros de la familia", comenta Carmen Ibáñez en el caso de que no se hayan relajado para entonces las medidas para frenar al virus.

También el pequeño Jaime se toma con resignación la situación que atravesamos, según dice la madre. "No hay ambiente de comunión. La catequesis es ahora 'online' aquí y hemos dejado de ir a misa los domingos para cuidarnos. Además, los chicos no se juntan con otros amigos. Para la comunión de mi otro hijo -Gonzalo- ya habíamos hablado para estas fechas de las flores de la iglesia", recuerda Carmen, que en aquella ocasión invitaron a 45 personas. "Más amigos de clase que acudieron a una merienda por la tarde. Mucho tendría que cambiar la situación para invitar a ese número de personas", admite.

Reservas en restauración

Mientras, en Castillo Bonavía, en la carretera de Logroño, están ya al 90% de volumen de contratación para banquetes de comuniones con respecto a otros años. Tal y como indica su gerente, Raquel Marco, ya tenían "bastantes" apalabradas en 2020 y desde hace un mes hay "otra oleada". "Se van animando para celebrarse de mitad de mayo en adelante. Y también se ha juntado con cambios de fecha: las de abril se han pasado a mayo, junio, julio y septiembre. La tendencia es a no unificarlas en mayo. Una novedad covid es que septiembre está empezando a ser un mes de comuniones. Uno de los aprendizajes es que no se puede juntar un día a tanta gente en una iglesia", indica.

Asimismo, la gerente de Castillo Bonavía destaca que al contar "con la ventaja importante" de ser un establecimiento grande, con salones ampliables, no han tenido ningún problema de aforo. "Son grupos burbuja en los que el comulgante y su familia no se mezclan con nadie. Cada evento tiene su propia animación infantil al aire libre y la comida también se puede hacer en el exterior. Por mesa, están los comensales apropiados acorde a lo que marcan las autoridades sanitarias", explica Marco, que confía que el próximo 5 de marzo el Gobierno aragonés relaje las medidas (ahora se permite 4 personas por mesa y un aforo del 25%).

Elena Guía, dueña de Modas Marilen, muestra uno de los vestidos de comunión que son tendencia este año.
Elena Guía, dueña de Modas Marilen, muestra uno de los vestidos de comunión que son tendencia este año.
E. G.

Si fundamental es contar con un restaurante para celebrar el convite no lo es menos el traje o vestido del comulgante/a (que si es de encargo tarda entre uno/dos meses en confeccionarse). Modas Marilen lleva especializada 52 años en bautizos, comuniones y arras. Su propietaria, Elena Guía, comenta que las comuniones de 2020 se han juntado con las de este año. "El grueso eran en mayo y junio y se han ido alargando hasta noviembre. El pasado verano, muchos niños comulgaron en los pueblos. Y, en principio, este año no van a posponer ninguna a 2022; lo que no tienen claro es la fecha. Nosotros estamos vendiendo como un año normal", asegura.  

No obstante, Elena Guía se queja del perjuicio que para su negocio ocasionan las restricciones de horarios y el confinamiento perimetral de Zaragoza (este viernes se va a levantar en la capital aragonesa y en Calatayud). "Es una barbaridad cerrar a las 18.00 los viernes y sábados; cuando más se vende son los fines de semana. He tenido que ampliar el horario e incluso tengo que venir a las 15.00 porque si no es imposible. Además, mucha clientela es gente de la comarca que no ha podido acercarse a nuestro establecimiento. Nos llaman todos los días para ver cómo está la situación", dice.

Por su parte, Ana Muñoz, dueña de Boutique María Jesús -abierta hace 45 años- también apunta que las limitaciones de aforo hace que las ventas vayan más lentas. "Solo puedo atender a una familia a la hora", subraya. En su caso, llevan tres meses vendiendo trajes y vestidos de comunión para este 2021. "La temporada sigue adelante. Hablando con parroquias y madres nos indican que no se van a cancelar. La gente quiere que su hijo comulgue y los niños tiene igual de ilusión", resalta.

"La gente quiere que su hijo comulgue y los niños tienen igual de ilusión"

Muchas de las comuniones en las que trabajan desde Boutique María Jesús son para el fin de semana del 8 y 9 de mayo, pero también cuentan con otras para junio y hasta septiembre. "Antes de la pandemia, después de junio no se comulgaba. Y ahora va a ser algo de continuidad", aclara.

Estudios de fotografía

Y otro aspecto importante de las comuniones es el álbum fotográfico que inmortalice tan señalado día. Para algunos profesionales estos eventos son una parte relevante de su negocio, como es el caso de Miriam Navarro, propietaria de Foto Estudio Navarro en Zaragoza y miembro de la Asociación Profesional de Fotógrafos de Aragón. "Las comuniones fueron de lo poco que se pudo trabajar el año pasado, ya que bodas no se celebraron", afirma.

En estos momentos, Navarro ya tiene contratados trabajos para estudio e iglesias. "Desde hace 20 días la gente se está empezando a mover, aunque todavía se tiene que coger más trabajos. Espero que haya más comuniones, pero las perspectivas señalan que será como en 2020: bajaron respecto a 2019 y se dispersaron mucho. Además, tienes que trabajar el doble por el tema de los aforos: al dividir los grupos de niños lo que antes hacías en una hora, ahora inviertes tres", indica esta fotógrafa, que también confía en que se contraten más sesiones de estudio. "Está todo superdesinfectado; más higiene que hay ahora no ha habido nunca", añade, ante el recelo de algunos padres por miedo al contagio en un espacio cerrado.

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