La dirección del PP-Aragón hará cambios tras el intento de cese del número 2 de Zaragoza

El presidente del PP Zaragoza, Ramón Celma, queda en una situación delicada tras su actuación.

Ramón Celma y Francisco Javier Artajona
Ramón Celma y Francisco Javier Artajona
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La profunda crisis abierta en el PP de Aragón el pasado viernes aún tardará días o semanas en cerrarse. La fallida decisión del presidente provincial del PP, Ramón Celma, de destituir a su secretario general, Francisco Javier Artajona, ha generado una convulsión interna en el partido aragonés y, sobre todo, en la dirección regional, que no entiende la maniobra unilateral de Celma con algunos de los cargos de su confianza que había nombrado hacía solo tres meses.

En concreto, la dirección regional estudia cambios dentro de la estructura provincial, aunque todavía no hay una decisión final adoptada. Dichos cambios no pasarían, en principio, por el relevo inminente de Celma.

En principio, el profundo malestar interno con el presidente provincial se extiende al hecho de que tuviera que intervenir la cúpula de Génova, con la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán, al frente para frenar una destitución que también Luis María Beamonte, presidente del partido en Aragón, ya había dado por neutralizada.

Al mismo tiempo, dentro del partido, se alzan otras voces que afean la "escasa oportunidad" de abordar con tanta rapidez cambios en la dirección provincial mientras la formación está inmersa en un proceso de control y oposición a los partidos del Gobierno de Aragón, en un momento especialmente delicado por la pandemia. 

Su asesor

Otros cargos institucionales consultados por este periódico coinciden en resaltar la influencia que ha podido tener en todo el proceso el nuevo jefe de Gabinete de Ramón Celma, Jesús Arroyo, su reciente fichaje estrella, pero que no ha sido recibido con el total beneplácito de la estructura orgánica. De hecho, en las últimas semanas habían crecido las voces internas que criticaban el "alto salario" que percibía mientras cuestionaban su estrategia de asesoramiento.

La reunión del comité ejecutivo del PP-Zaragoza concluyó con el cese fulminante de otros tres cargos orgánicos: el secretario de Estudios, Alberto Baños; la secretaria de Política Provincial, Carmen Pinos; y la de Publicaciones, Inés Bellido.

Ahora, resta por saber qué pasará con ellos y, si como en el caso de Francisco Javier Artajona, también se produce una restitución. Al mismo tiempo queda por verificar qué va a pasar con la portavocía de la Diputación Provincial y si Artajona mantiene finalmente su puesto y se revoca su destitución.

Con relación a la continuidad de Ramón Celma como presidente del PP-Zaragoza tras lo sucedido, la dirección regional podría convocarle a una reunión en los próximos días con la intención de recibir explicaciones y con el propósito de restañar heridas.

En ese sentido, es reseñable que el viernes por la noche no se tomara ninguna decisión drástica. Fuentes internas del PP-Aragón apuntan a que, más bien, todo quedará en un "tirón de orejas", ante de uno de los miembros del PP en la Comunidad que hasta la fecha había mantenido un alineamiento cerrado con la dirección regional y que era visto por su propio trabajo como una apuesta de futuro. Ramón Celma declinó este sábado hacer declaraciones a este diario sobre este asunto.

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