Heraldo del Campo

vacuno de carne

Innovación para ser carne de premio

La empresa aragonesa Carnísima ganaba uno de los premios otorgados por BBVA y El Celler de Can Roca que reconocía tanto la calidad de sus productos como su innovación.

Ricardo Buil, responsable de Carnísima, en una de las granjas de la empresa.
Ricardo Buil, responsable de Carnísima, en una de las granjas de la empresa.
Carnísima

El carácter innovador de sus productos, los beneficios ambientales, además de la repercusión social y económica de su producción son algunos de los argumentos que llevaron al jurado de la I Edición de los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles a premiar a Carnísima, empresa de venta de carne de alta calidad ubicada en Aínsa, junto a otras cinco compañías.

Este galardón, que la entidad bancaria otorga en colaboración con el prestigioso restaurante El Celler de Can Roca, "supone un aval muy importante a nuestra apuesta por el trabajo bien hecho y por los productos saludables. Lo que empezó siendo la necesidad de una familia es ahora una importantísima aportación de valor para otras muchas. Es algo que la sociedad necesita, por lo que seguiremos ampliando nuestro servicio para que más productores y clientes puedan seguir beneficiándose de sus servicios", afirma Ricardo Buil, CEO de Carnísima.

El propio Buil explica esa "necesidad" de la familia que dio origen a esta empresa en la que actualmente trabajan alrededor de 30 personas, entre tiendas, oficinas, laboratorios, logística… "Nuestra familia de ganaderos siempre ha apostado por trabajar con la carne de calidad, pero nos costaba mucho llegar a los mercados, así que decidimos hacerlo por nosotros mismos. Pero el proyecto cogió impulso cuando mis hijos pequeños empezaron a comer carne. Ahí nos dimos cuenta de lo difícil que era acceder a carne ecológica y de calidad", explica.

Esta dificultad, que afectaba a los dos lados de la cadena, llevó a los creadores de Carnísima a buscar y agrupar productores, a abrir una pequeña tienda en Aínsa, posteriomente una página web desde la que poder realizar pedidos online y, después, otro establecimiento en Zaragoza.

Uno de los establecimientos de Carnísima.
Uno de los establecimientos de Carnísima.
Carnísima

Los productos de Carnísima, entre los que se encuentran variedades de carne de ternera como la Angus o la Wagyu; de ovino, como el Masito de Montearagón, o de cerdo, como el Latón de la Fueva, se caracterizan "por ser, o bien ecológicos, o bien, aquellos que no lo son porque no encajan en la normativa, de una máxima calidad, en muchos casos superior a la de los estándares, que nosotros controlamos estrictamente en cada uno de los pasos del proceso de producción: desde las granjas hasta nuestro laboratorio, donde analizamos la calidad del producto", detalla el máximo responsable de Carnísima.

Razas autóctonas

"Todas las variedades proceden de razas autóctonas, de animales adaptados al medio, que pueden alimentarse de manera eficiente de hierba, sin aportes de hormonas o antibióticos. Así producen carne de alta calidad y, al mismo tiempo, mejoran la tierra en la que viven", recalca la empresa.

Una calidad en la que los productores son el primer eslabón y a los que en Carnísima se les quiere poner en valor. "Nosotros, y aunque es algo que va a contracorriente, ponemos el nombre del ganadero por delante de nuestra propia marca y los ponemos en nuestra propia web. Así llevamos al ganadero hasta el consumidor final, así este sabe que está comiendo una carne producida con mucho esmero y el ganadero sabe que se reconoce ese superior esfuerzo que hace en aras de la calidad, la transparencia y la trazabilidad", detalla Ricardo Buil.

La máxima transparencia y trazabilidad es en lo que actualmente están trabajando en Carnísima. Desde la empresa están llevando a cabo un proyecto basado en tecnología ‘blockchain’, por medio del cual el consumidor podrá acceder a toda la información sobre su producto. "Queremos garantizar al consumidor la certeza de que lo que se lleva a su mesa es lo que dice la etiqueta", asevera Buil.

Consumidores no solo de las cercanías sino de lugares tan distantes como Alicante o Málaga han disfrutado de alguno de los productos de la empresa radicada en Aínsa. También han llegado a Portugal, aunque reconocen que ha sido "de manera casual", y quieren empezar a abrir mercado en países de la Unión Europea, algo que "hasta ahora nuestra capacidad productiva no nos permitía" y que será posible en un futuro gracias a la apertura de un nuevo centro logístico.

Aunque las ventas de Carnísima han experimentado un crecimiento constante, el estallido de la pandemia ha supuesto una multiplicación exponencial de sus ventas. Algo que Ricardo Buil atribuye al hecho de que los consumidores "se han dado cuenta de lo importante que es cuidar la salud tanto individual como de las familias y eso es algo que pasa por cuidar la alimentación".

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