Las gélidas noches de Zaragoza llevan a 16 sintecho a aceptar dormir a cubierto en el albergue y el Refugio

La misma nieve que ha llenado los parques de batallas de bolas, trineos y risas de niños se ha convertido en un severo problema para quienes no tienen a donde regresar. Las personas sin hogar son las más vulnerables ante un temporal como Filomena que cuenta con el añadido del coronavirus. En las cuatro noches más duras para los más de 120 sintecho que viven al raso en las calles de Zaragoza, entre la del viernes y la del lunes, hasta 16 personas fueron trasladadas por Cruz Roja, que reforzó sus servicios, a dormir al albergue municipal o al Refugio tras hacerles la pertinente prueba rápida de antígenos, que en todos los casos dio negativo.

El número parece insignificante si no se tiene como referencia que otros inviernos solo son cuatro o cinco los que aceptan irse a dormir a alguno de los recursos disponibles. "Se trata de una respuesta excepcional ante una situación excepcional. Los primeros días cuando se activó el dispositivo especial por Navidad prácticamente nadie aceptaba y nuestra labor es convencerles. Ha hecho un frío horroroso y ellos mismos se han asustado y se han visto en riesgo", asegura Susana Royo, subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja Zaragoza, una de las entidades de la Coordinadora para las Personas sin Hogar.

Cruz Roja ha reforzado estos días la atención en la calle con más equipos y recorridos a pie. Desde la noche del viernes y hasta la del lunes se ha intervenido con 75 personas. La más intensa fue la del sábado, en plena nevada, con 31 sintecho atendidos, nueve traslados al albergue y tres equipos desplegados en plena borrasca.

Son las 21.00 del lunes y el equipo de la Unidad de Emergencia Social de Cruz Roja se prepara en uno de los garajes de la entidad cercano a la plaza de Los Sitios. Miguel Zapata Piazuelo (trabajador social), José Ignacio Capa (conductor) y Miguel Ángel Labarta y Pablo Pamplona (dos voluntarios) cargan la furgoneta con mantas, sacos, termos con café y sopa caliente, galletas, bocadillos y latas de comida. Les espera una larga jornada hasta la 1.00.

Estos días no siguen su habitual ruta para ver cómo se encuentran los sintecho a los que ya conocen, facilitarles lo que precisen y hablar con ellos. Lo primero es comprobar si se han acercado a la sede algunos de los que están interesados en ir al albergue o el Refugio.

Una prueba hasta en el cajero

"Con estas temperaturas gélidas lo primero que hacemos es atender los avisos que recibimos, tanto de particulares como de la Policía, el 112 u otras organizaciones sobre personas que quieren pasar la noche a cobijo o a las que han visto a la intemperie", explica Cristina Marco, trabajadora social.

FRANCISCO JIMENEZ PHOTOGRAPHY

Nada más salir a la plaza de Los Sitios ya esperan en el ‘chaflán’ dos hombres para someterse a la prueba. Esta noche el dispositivo cuenta con el apoyo de una ambulancia con una enfermera, una técnico y el conductor, lo que va a permitir que los test de antígenos se hagan dentro. "Hemos llegado a hacer un test en un cajero, nunca me lo hubiera imaginado. Solo hubo que desinfectar todo bien", cuenta Lucía, la enfermera, mientras se pone el equipo de protección individual.

Cuando no ha transcurrido ni un cuarto de hora se recibe la alerta de un hombre al que han visto durmiendo en un cajero cercano del Coso. A los pocos minutos llegan con él andando porque quiere pernoctar bajo techo. No es uno de los habituales, viene de Barcelona y está de paso. Los tres dan negativo en coronavirus.

Si son positivos (no se ha dado el caso) se les deriva a la residencia Albertia de Valdespartera, del Salud y gestionada por Cruz Roja, centro gratuito para asintomáticos o con síntomas leves.

Que en poco más de media hora tres acepten ir a un alojamiento resulta tan atípico como muchas de las consecuencias de la pandemia. "Los hay que nunca antes se lo habían planteado o que en el último momento se arrepentían, pero el temporal que han vivido es demencial", apunta desde sus años de experiencia Marco. Ocupan tres de las cuatro plazas que quedan libres esta noche de lunes en el albergue municipal (aunque si es necesario todavía se pueden habilitar seis más). El Refugio dispone de otras tres.

Los vehículos no se tienen que desinfectar tras el viaje, lo que se hubiera hecho si uno de ellos estuviera contagiado. "Utilizamos lejía y una máquina de ozono que como mínimo tiene que permanecer 20 minutos funcionando, pero que si es al final del servicio la dejamos más tiempo", explica Capa. En sus tres lustros como conductor en la Unidad de Emergencia Social asegura que nunca había vivido "una situación tan complicada como esta".

"Estoy cansado y agotado"

El termómetro marca dos grados, pero la sensación de frío es mayor por el viento. La madrugada del martes la temperatura en la capital aragonesa bajó hasta 1,3 grados bajo cero, según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón.

Cruz Roja refuerza su atención a los sintecho en las frías noches de Filomena

La primera parada de la ruta es un cajero de la avenida de Goya. Víctor Ballesteros, párroco de la de la iglesia del Perpetuo Socorro y miembro de la asociación Bokatas (una oenegé que acompaña a las personas que están solas en las calles), les informa de que hay un hombre de 67 años que quiere ir al Refugio. Es un viejo conocido de Cruz Roja. "Llevo tres meses viniendo cada martes y jueves a traerle un bocata y con esa excusa hablar con él. Creo que entre todos le hemos hecho entrar en razón al menos esta vez", explicaba. "Estoy cansado y agotado", contestaba él mientras recogía sus enseres. La prueba también resultó negativa.

Los hay que prefieren encogerse entre su colchón y sus cartones. ¿Las razones? Miguel Zapata apunta que se aferran a su modo de vida, a sus enseres (que tienen que dejar cuando ingresan en una instalación) y no aceptan normas. También los hay que han tenido malas experiencias o que están en un momento de bajón anímico.

El equipo intenta localizar sin éxito a un matrimonio mayor que les dicen dormía en un coche en Las Fuentes y a un hombre en el Parque Grande. Dejan algo de comida al que duerme en otro cajero respetando su sueño. El dispositivo finaliza con 13 personas atendidas, 11 avisos recibidos y cuatro hombres bajo techo. "Que cuatro personas salgan de la calle una noche como esta supone una satisfacción para todos. Es difícil iniciar una reinserción, pero los hay que lo han conseguido", concluye Zapata esperanzado.

"Una de las personas atendidas lleva solo un mes en la calle"

Las organizaciones que trabajan con este colectivo llevan tiempo advirtiendo que la pandemia ha llevado a más personas de nuevos perfiles que se han quedado sin recursos por la actual crisis a vivir en la calle.

"Hemos detectado que sobre todo hay más mujeres y más jóvenes que en los últimos meses han perdido su trabajo y su fuente de ingresos y se han visto sin ninguna red de apoyo", señala Susana Royo, subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja Zaragoza.

"Uno de los hombres que hemos atendido este fin de semana llevaba solo un mes en la calle", concreta, en referencia a una persona que la noche del sábado trasladaron al albergue municipal. "En casos como este intentamos intervenir cuanto antes para que puedan reconducir su situación".

CONSULTA AQUÍ TODA LA INFORMACION SOBRE LOS EFECTOS DE LA BORRASCA FILOMENA Y EL FRÍO POLAR.

Te puede interesar

Calles congeladas y reventones de tuberías en un Jiloca siberiano

Sanidad activa el dispositivo para vacunar a sanitarios de unidades covid y del 061 en Aragón