María Villarroya: "Saber informática hoy es tan importante como lo fue aprender a leer hace 100 años"

Doctora en Ingeniería electrónica, María Villarroya (Soria, 1977) ejerce de profesora del área de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura. Además, ha presidido la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas AMIT-Aragón durante los últimos siete años. 

María Villarroya, en una simpática pose en el centro de I+D+i del Campus Río Ebro.
María Villarroya, en una simpática pose en el centro de I+D+i del Campus Río Ebro.
Toni Galán

La informática forma parte de nuestra vida cotidiana desde hace tiempo, pero su importancia se magnificó con la irrupción de una pandemia que cambió nuestros hábitos y nos obligó a comunicarnos a distancia. María Villarroya (Soria, 1977), profesora del área de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura, resalta el valor de saber manejas las nuevas herramientas.

¿Qué papel juega la informática en la crisis?

La informática es clave. Nos está facilitando las comunicaciones y ha hecho posible el teletrabajo y la docencia a distancia. Es precisa formación para aprovechar la informática y que la sociedad le dé mayor utilidad. Sin una educación adecuada, será difícil interactuar; saber de informática hoy es tan importante como lo fue aprender a leer hace 100 años.

¿Se valora más la investigación ahora?

Sí. Se ha demostrado que ayuda a salvar vidas y es la única opción para salir de la actual situación. En mi área, donde trabajo en ‘hardware’ desarrollando sistemas más rápidos que consumen menos energía, los avances van a permitir mejores equipamientos, más seguros y rápidos. Es importante que la comunidad científica explique a la sociedad su trabajo para que se conozca y se pueda valorar. 

¿Cómo cambian las relaciones personales a través de una pantalla?

La informática nos ha permitido seguir manteniendo nuestras relaciones y nuestros trabajos durante la pandemia. Con todo, es importante seguir cuidando las relaciones directas y saber que a través de la pantalla se pierde mucha comunicación no verbal; no se tiene la misma retroalimentación, pero en la situación actual es lo más seguro. En el contexto laboral, las videoconferencias se focalizan en cuestiones profesionales y, en consecuencia, faltan momentos de relajación.

El pasado día 15 dejó de presidir la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas AMIT-Aragón.

Así es. Cerramos una etapa en un año importante para la investigación. En 2020, AMIT-Aragón creció con nuevas socias que comprendieron lo estratégico de impulsar juntas la igualdad en el sistema de I+D+i. A partir de ahora, María Jesús Lázaro será la nueva presidenta gracias a una candidatura de consenso. Yo seguiré colaborando como vocal en la junta directiva.

¿Deja el cargo sintiendo que todavía hay discriminación por sexo en el ámbito de la investigación?

Sí, es una realidad. Los números mejoran lentamente, pero todavía queda camino por recorrer. Los hombres siguen siendo una mayoría abrumadora en algunas áreas, como la mía. Es importante impulsar la formación con perspectiva de género en etapas iniciales, pero, sobre todo, a las personas en puestos de responsabilidad porque son quienes pueden impulsar los cambios. Además, es muy importante hacer formación que visibilice y evite los sesgos de género.

¿Las diferencias se han acrecentado con la pandemia?

Sí, un reciente informe del Ministerio de Ciencia e Innovación demuestra que el confinamiento ha tenido mayor impacto en las mujeres científicas que en los hombres, porque, entre otras cosas, han aumentado las labores de cuidado. Desafortunadamente esta crisis, como las anteriores, frena los avances que se habían hecho en los últimos años hacia la igualdad.

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