Manuel Pérez: "Las operaciones Balmis y Baluarte nos dan visibilidad, pero son nuestros valores"

El director de la Academia General Militar analiza el impacto de la covid en la institución y destaca cómo la superaron los cadetes afectados. 

El director de la Academia General Miluitar, Manuel Pérez López, en el patio de la institución.
El director de la Academia General Militar, Manuel Pérez López, en el patio de la institución.
Guillermo Mestre

¿Cómo superó el nuevo curso en la Academia General Militar?

Estaba recién llegado con ascenso, destino e incorporación en agosto. Todo el inicio del curso ha venido marcado por la covid. Ha habido que adecuar toda la incorporación de alumnos en las primeras semanas e implementar unas medidas tomadas por las autoridades sanitarias civiles y militares. Se basaban en el distanciamiento, el uso de las mascarillas, los controles previos al profesorado y los alumnos y la preparación de aulas y alojamientos de los cadetes. Hay 1.250 alumnos cada año en internado y hubo que adecuar las camaretas, reduciendo los ocupantes y aumentando las distancias en las aulas.

¿Qué soluciones propusieron para que los alumnos no perdieran el contacto con los profesores?

Tenemos una gran capacidad de aulas y cada sección de clase se dividió en dos partes. Era el concepto aula espejo, que dividía la clase en dos partes, con unos medios de proyección telemáticos que adquirimos para que la lección del profesor se viera en ambas partes. Este sistema permitía las distancias de seguridad y seguir la clase desde zonas de aislamiento.

¿Cuántos positivos de pandemia tuvieron de septiembre a noviembre?

El número fue variable. En septiembre la incidencia fue escasa hasta la última semana; en octubre tuvimos un repunte importante con varias decenas de casos positivos y en noviembre llevamos más de dos semanas (las últimas) sin afectados. Las medidas adoptadas y la concienciación del personal han dado resultado.

¿La afección del contagio les llevó al confinamiento en la Academia General Militar?

Seguimos las recomendaciones de la Inspección General de Sanidad y de la dirección de Sanidad del Ejército de Tierra y nos quedamos catorce días todos en la Academia, de lunes a domingo, y no pudimos salir. Fue una situación dura, pero había que ser solidarios con los compañeros que no estaban contagiados y podían ser afectados. Se extremaron las medidas de los grupos estables de convivencia y con la ciudadanía de Zaragoza teniendo un grupo importante de casos. Lo más prudente era ayudarlos.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, les animó en una videoconferencia a superar el proceso...

El acto me pareció muy positivo por el apoyo directo del Ministerio en la persona de la ministra y de la subsecretaria, quienes manifestaron conocer la situación. Nos trasladó el mensaje de que lo estábamos haciéndolo bien y era bueno que se hiciera. Además, las familias de los alumnos pudieron verlo en directo y escuchar a algunos de los cadetes de varios cursos con sus vicisitudes. Fue positivo.

La comandancia de Zaragoza y Teruel está entregada en la desinfección.

Estamos focalizados en la Operación Baluarte, similar a la anterior Operación Balmis y centrada en el apoyo a la desinfección de centros de mayores, hospitales y otras zonas. Es algo más puntual que en el primer semestre. Son la unidad NBQ de la Brigada Aragón y el regimiento de Pontoneros, con el famoso robot Atila, Hay buena coordinación entre los que vamos de Tierra, del Aire y la UME.

El Ejército tiene las mejores cifras en popularidad entre los españoles. ¿Es su ayuda en la pandemia?

Las operaciones Balmis y Baluarte nos han dado mayor visibilidad, pero no estábamos haciendo algo distinto que antes. Nuestros valores siguen siendo servir a España y a los españoles.