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La industria alimentaria pide incluir en los fondos europeos sus proyectos de inversión

El sector prevé que tendrá que desembolsar 3.000 millones de euros en cinco años para fortalecer su competitividad.

Félix Longás, presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón
Félix Longás, presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón
Aranzazu Navarro

La industria alimentaria aragonesa es consciente de que tendrá que modernizar y adaptar sus procesos productivos a la doble transición ambiental y digital, a las transformaciones de los canales de comercialización y a los nuevos hábitos de los consumidores derivados de los nuevos objetivos establecidos en el Pacto Verde Europeo y, específicamente, en la Estrategia ‘From Farm to Fork’ (de la granja a la mesa). Y para ello, según las estimaciones de la Asociación de Industria de la Alimentación de Aragón (AIAA), tendrá que invertir más de 3.000 millones de euros en los próximos 5 años.

Por eso, y así se lo han trasladado al Gobierno de la Comunidad, el sector solicita que los fondos europeos Next Generation incluyan líneas específicas para que las empresas puedan abordar sus proyectos de manera progresiva.

Entre esos proyectos, la AIAA señala la necesidad de reducir emisiones, valorizar subproductos y minimizar su impacto ambiental con la optimización de sus modelos de economía circular. Pero además reconoce que la industria tendrá que invertir para adaptar sus sistemas de envasado a nuevos materiales y para conseguir eficiencia en la producción de alimentos y en la reducción del desperdicio alimentario. Entre sus retos figura además la ampliación y consolidación de energías renovables, a lo que se añade, señala la organización que representa al sector, la aplicación del Big Data, la digitalización y la robotización de los procesos.

Las inversiones futuras de la industria alimentaria tienen además puesta su mirada en la digitalización de la trazabilidad, calidad y seguridad alimentarias a través de la implantación de sistemas de blockchain, etiquetas inteligentes y otras tecnologías TIC. Pero además serán necesarias para la digitalización de procesos comerciales y el desarrollo del comercio ‘online’, a lo que se tendrá que sumar la adaptación de procesos productivos e instalaciones a nuevos requerimientos sanitarios y logísticos del sector de la distribución comercial.

No son estos sus únicos retos. "En los próximos cinco años la industria alimentaria tendrá que adaptarse de manera ágil y rápida a todos los cambios y transformaciones que los canales de comercialización y los nuevos hábitos de los consumidores van a requerir", asegura Félix Longás, presidente de la asociación, que insiste en que todos estos procesos vendrán acompañados de un importante componente de innovación que las empresas tendrán que ir sumando a sus procesos de gestión. Por ello, la AIAA solicita además al Gobierno de Aragón que los fondos europeos de recuperación contemplen tres áreas "específicas y adicionales" para el sector, como son un plan de fomento de la innovación, un programa de promoción e internacionalización y un plan de atracción de talento.

Y para el sector es además importante que los fondos de los que dispone la industria alimentaria no procedan exclusivamente a través del Feader (que exigen cofinanciación de los estados miembros), sino que lleguen sin que sea necesario este tipo de desembolso. "Esto podría lastrar su aplicación real, dadas las previsibles dificultades presupuestarias tanto de la administración central como de la comunidad autónoma", señalan desde la asociación.

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