"Quienes tuvieran forfaits o reservas hoteleras tienen derecho a la devolución íntegra de su dinero"

La Unión de Consumidores de Aragón apunta que las nuevas restricciones de movilidad responden a causas "de fuerza mayor", aunque las empresas también pueden ofrecer bonos compensatorios.

Santiago Palazón, Fernanda Blanco y José Ángel Oliván
Santiago Palazón, Fernanda Blanco y José Ángel Oliván
B. A.

“Sigue vigente el decreto que se aprobó el pasado mes de mayo para proteger los intereses de los consumidores y paliar este tipo de situaciones, por lo que quienes tuvieran una reserva de la que ahora no puedan disfrutar por las nuevas restricciones tienen derecho a la devolución íntegra de las cantidades que hubieran gastado”. Son palabras de Fernanda Blanco, presidenta de la Unión de Consumidores de Aragón, que sacarán de dudas a quienes ya hubieran comprado un forfait para disfrutar de la nieve o quienes tuvieran una reserva en una casa rural fuera de su provincia. El presidente aragonés, Javier Lambán, echó este sábado marcha atrás en su intención de levantar el confinamiento perimetral de las provincias aragonesas el próximo día 23, pero esta decisión no debería tener repercusión en el bolsillo de los ciudadanos.

Es posible que las empresas ofrezcan bonos para disfrutar de sus servicios más adelante. Si nos convencen, los podemos aceptar, pero si no, se puede exigir la devolución íntegra del dinero invertido”, explica Blanco, que entiende que este tipo de bonos suelen tener condiciones de uso o limitaciones temporales que irían en contra de los intereses del consumidor. Además, en un escenario de tanta incertidumbre y tan inestable como el presente puede que haya empresas que se vean abocadas al cierre y no puedan ofrecer sus servicios más adelante.

Insisten en la asociación en que el nuevo decreto del Gobierno de Aragón restringe la movilidad y los usuarios, en consecuencia, pueden aducir “causa de fuerza mayor” a la hora de reclamar sus reservas en los alojamientos turísticos -por ejemplo, del Pirineo- que en las próximas fechas estaban con una ocupación de más del 50%.  

Balance agridulce

En la UCA explican que este 2020 han tenido que hacer de la necesidad virtud porque han triplicado el número de consultas habituales (sobre telefonía, facturas de luz, préstamos bancarios…) a las que han añadido las propias derivadas de la pandemia. Así, en marzo la asociación tuvo que recordar que el Código Civil protegía a los ciudadanos ante las cancelaciones de vuelos y, también, hubo de lanzar un mensaje de calma sobre la disponibilidad de alimentos en los supermercados. Ante el temor de encontrarse con baldas vacías en los primeros días del confinamiento, la UCA se esforzó en explicar que la estampa respondía a “un momento determinado en un híper determinado”, pero que los suministros estaban garantizados. Igualmente, solicitaron la puesta en marcha de mecanismos de inspección ante los posibles incrementos de precios de geles y mascarillas, antes de que estos estuvieran regulados.

El balance de 2020 para la UCA es el de un año “en el que todos hemos sufrido la crisis” y “sólo se ha conseguido salvar por el esfuerzo extra de los socios”, explica Blanco, que lamenta que el proyecto de subvenciones del Gobierno de Aragón se quedara en blanco y, por tanto, la asociación de consumidores no haya recibido ayuda alguna por parte de la administración. Hasta hace unos meses, la UCA tuvo la consulta presencial suspendida por precaución frente a los contagios y, ahora, se ha recuperado este servicio, pero con cita previa.

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