manifestación

Alrededor de 3.000 trabajadores de la hostelería y el ocio nocturno toman Zaragoza al grito de: "¡Queremos trabajar!"

Miembros del sector de toda la Comunidad se han manifestado este domingo para denunciar su precaria situación y criticar las restricciones sanitarias

A pesar del relajamiento de las restricciones anunciado este sábado por el presidente de Aragón, Javier Lambán, el sector de la hostelería ha salido a las calles este domingo para alertar sobre su situación. Empresarios y trabajadores de los bares, restaurantes, hoteles y negocios de ocio nocturno de las tres provincias se han reunido en la capital aragonesa para visibilizar la crítica situación que atraviesan. Alrededor de 3.000 personas, según los organizadores, han marchado desde la plaza de san Francisco hasta la plaza de España al grito de "¡Queremos trabajar!" y para demostrar que "no son los culpables" de la crisis sanitaria. Los que están abiertos temen volver a verse obligados a echar la persiana, y quienes todavía arrastran meses y meses de cierre denuncian estar "al borde de la asfixia" y exigen ayudas a las administraciones.

La convocatoria era a las 10.00, cuando cientos de personas han comenzado a llegar al punto de encuentro. Allí, los organizadores han repartido unas cuerdas de colores para asegurarse de que los asistentes mantenían la distancia de seguridad y las hileras de participantes no eran de más de seis personas. Al ritmo de la música, que ha sonado especialmente tras la gasolinera ubicada en la plaza, donde se han reunido las empresas y trabajadores del ocio nocturno, han esperado pacientes a que llegara el momento de emprender el camino. En esa zona, se han arremolinado dueños de discotecas y salas de fiesta, DJs, camareros, personal de seguridad y organizaciones de eventos, entre otros. Todos ellos arrastran un tiempo demasiado largo -259 días, tal y como rezaban sus pancartas- sin poder ejercer su actividad y con los ingresos reducidos, en la mayoría de los casos, a cero. 

En general, claman por una ayuda que sirva para paliar los destructivos efectos que ha tenido el coronavirus en su economía y tratar de mantener sus negocios a flote. "Llevamos mucho tiempo esperando y solo hemos recibido migajas", resumía Eva Rozas, una de las socias del bar Infiernos, ubicado en la zona universitaria. Según explicaba, el suyo es un local que funciona sobre todo en horario de tarde-noche, por lo que las restricciones del Gobierno de Aragón en este sentido han sido decisivas. Siguen con las puertas cerradas, porque "en tres horas no se puede hacer casi nada". "No podemos seguir abriendo y no hemos visto ninguna subvención", lamentaba. 

El sector, uno de los más golpeados por la pandemia, se ha manifestado este domingo para alertar sobre su situación.

Puntualmente, una hora después, se ha iniciado la marcha, con representantes de las asociaciones convocantes a la cabeza tras una gran pancarta. En concreto, han apoyado la reivindicación la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón; la Federación de Empresarios de Hostelería de Zaragoza; la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia; la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Huesca; la Asociación Teruel Empresarios Turísticos y la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza. Los manifestantes han recorrido Fernando el Católico, Gran Vía y el paseo de la Independencia, acompañados de caceroladas, pitidos, y al grito de "No somos culpables, otros responsables"

Han llegado hasta la capital profesionales de toda la provincia. De La Almunia de Doña Godina, por ejemplo, estaban Sergio Macaya y Javier Bejarano, dueños de restaurante y discoteca respectivamente. El primero, del Rincón de Macaya, ha lamentado que las ayudas que han llegado para el sector son, a su juicio, "miserables" y ha querido dejar claro que el foco de los contagios no está en la hostelería. "Parece que tenemos la culpa, y luego en los centros comerciales está todo el mundo como sardinas en lata", ha lamentado. En su caso, lleva más de mes y medio con el establecimiento cerrado porque no dispone de terraza, pero ha seguido haciendo menús para llevar. Sin embargo, no es suficiente: "Es la ruina total". El caso del pub Friends es todavía más extremo. Ahí apenas suena la música desde que se decretó el primer estado de alarma. "Nos gustaría que por lo menos por la tarde nos dejen volver a abrir", ha reivindicado Bejarano.

Una vez en la plaza de España, se ha leído un manifiesto. En la convocatoria de la manifestación, los empresarios criticaron “el rol de presuntos culpables” que a su juicio se les ha puesto durante la pandemia, y reclamaban poder abrir al 50% en el interior de los negocios y al 100% en las terrazas. Finalmente, tras las medidas anunciadas este sábado por Lambán, podrán hacerlo al 30% en el interior y al 100% en el exterior. Eso sí, la restricción se mantiene para el ocio nocturno.

Tras un año aciago, el final de 2020 no se presenta mucho mejor para el sector, debido a las restricciones previstas para Navidad, sin cotillones ni apenas comidas o cenas de empresa.

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