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Ayuda a domicilio a ancianos con covid: "Nos encontramos a gente muy asustada"

La situación de vulnerabilidad de los más mayores aumenta cuando resultan contagiados. Como los familiares en muchos casos no pueden entrar a ayudarles, hay empresas que se asumen ese trabajo.

Una empleada de Mimohogar se protege antes de entrar a una vivienda de una anciana con covid.
Una empleada de Mimohogar se protege antes de entrar a una vivienda de una anciana con covid.
Francisco Jiménez

Inmaculada se ajusta los guantes y se pone las calzas, el gorro y la doble mascarilla. Hoy va a entrar en un domicilio para atender a una anciana que acaba de volver a casa tras estar ingresada en el hospital con coronavirus. “Más que miedo, lo que tengo es respeto”, señala. Esta es la rutina de las trabajadoras, casi siempre mujeres, que atienden en los domicilios a las personas mayores que han sufrido o que sufren la enfermedad.

En muchos casos, se trata de ancianos que han resultado contagiados -lo que acentúa su deterioro- y que no pueden ser atendidos por sus hijos. El aislamiento debe ser total, por lo que las visitas se cortan y, además, en muchos casos estos familiares también deben estar en cuarentena por haber estado en contacto con el enfermo. Así, la vulnerabilidad y el aislamiento de algunos de estos mayores es total.

Por eso, hay quien recurre a empresas especializadas para que entren en esas casas a atender a los ancianos. Los servicios que se da a estas personas van desde ayudarles a ducharse a hacerles la compra. Inmaculada Adenas es auxiliar de Mimohogar, el servicio de ayuda a domicilio que el Grupo Las Mimosas tiene en Zaragoza. “Generalmente ducho a la persona, le doy un masaje para activar la circulación, la dejo sentada y cómoda y hago las cosas de la casa, como limpiar, hacer la compra o bajar a la farmacia”, explica sobre su trabajo.

Al abrir la puerta de una casa, en ocasiones se encuentra con “gente muy asustada”, que “no sabe lo que va a pasar”. Por su experiencia, los ancianos que sufren la covid necesitan ayuda en las tareas del hogar, pero también demandan “cariño y seguridad”. “Necesitan saber que se van a curar. Hay que conversar mucho con ellos y decirles que se van a poner bien, porque necesitan ánimo”, apunta.

Pilar Acero, directora del Grupo Las Mimosas, señala que al comienzo de la pandemia detectaron “mucho miedo”, por lo que los servicios descendieron. “Con el teletrabajo, los hijos podían tener más tiempo para el cuidado de las personas dependientes, pero eso fue algo puntual, era insostenible”, añade. Así, comenzaron a llegar las peticiones, incluidas las de atención de personas mayores con coronavirus. En muchos casos, con familiares también en cuarentena, la enfermedad acentuaba la fragilidad de estas personas. “Justo cuando tienen covid es cuando más atención necesitan, cuando más problemas físicos y psíquicos presentan”, señala.

Según asegura, ellos no se han negado a hacer “ninguna atención domiciliaria”. Eso sí, han tomado muchas precauciones. “Hicimos un acopio de equipos de protección muy pronto, no esperamos a que nos los suministrara la administración, y fijamos protocolos para las distintas situaciones con las que se podía encontrar el personal”, apunta Acero.

La empresa zaragozana Interdomicilio, con franquicias en buena parte de España, también ha hecho servicios de ayuda a ancianos con covid. Según apunta Alejandro Calle, su director general, se trata de trabajos “muy especiales” en el que son especialmente cautelosos a la hora de elegir a la cuidadora que va a acudir al domicilio.

“En ocasiones hemos recurrido a personas que ya han superado la enfermedad, y que por tanto tienen menos posibilidades de contagiarse”, apunta. Aún así, aplican estrictos protocolos de seguridad “tanto para el cuidador como para el cliente”. Dice que los trabajos más habituales pasan por apoyar a la persona aislada en las tareas domésticas, y que en caso de que su estado físico sea algo peor, también en la ayuda para el aseo, para hacer la comida… Según apunta, generalmente se trata de personas “que viven solas” y a las que los hijos no pueden atender adecuadamente de forma habitual, “y menos con las precauciones que hay que tomar con la covid”, apunta.

En cuanto al perfil de los trabajadores que hacen estos trabajos, son en su práctica totalidad mujeres con experiencia en el cuidado de personas de la tercera edad. En el caso de Mimohogar, cuentan con una plantilla propia de "auxiliares con una formación específica", según apunta Acero. "Generalmente son personas con una cierta madurez, tanto españolas como latinoamericanas, pero todas con formación", señala. En su caso, los precios por estos servicios rondan a partir de los 16 euros la hora, dependiendo de los servicios que incluyan, como la fisioterapia. 

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