Zaragoza probará un prototipo de base militar con autonomía energética

Zaragoza, como ejemplo de clima árido y seco, probará durante seis meses un prototipo de base militar con autonomía eléctrica y cero emisiones, un proyecto europeo que lidera la Fundación del Hidrógeno y en el que participan el Centro Universitario de la Defensa y las empresas aragonesas ARPA EMC y B-Haus.

Imagen de archivo de Clara Arpa (en medio) consejera delegada de Arpa equipos móviles de campaña
Imagen de archivo de Clara Arpa (en medio) consejera delegada de Arpa equipos móviles de campaña
Heraldo.es

Zaragoza, como ejemplo de clima árido y seco, probará durante seis meses un prototipo de base militar con autonomía eléctrica y cero emisiones, un proyecto europeo que lidera la Fundación del Hidrógeno y en el que participan el Centro Universitario de la Defensa y las empresas aragonesas ARPA EMC y B-Haus.

Se trata de un proyecto basado en el desarrollo de módulos habitables y modulares, fáciles de transportar e instalar y con un consumo energético de cero emisiones que en el plazo de un mes probará el Ejército, aunque la idea es extenderlo al ámbito civil, informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa,

El presidente de la Fundación Hidrógeno y vicepresidente del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, ha destacado, con motivo del compromiso con el proyecto suscrito este jueves por los cuatro socios, "la solidez de esta iniciativa, fundamentada en las tecnologías del hidrógeno".

Una tecnología en la que Aragón comenzó a trabajar, como ha recordado Aliaga, hace quince años y que "se está colocando en la vanguardia de este tipo de investigaciones con prototipos internacionales" que, en este caso, espera que pueda extenderse a otras aplicaciones del sector civil.

La solución definitiva estará formada por dos módulos integrados, el PASSIVMOD, un módulo habitable de consumo energético reducido, gracias a su diseño bajo el estándar Passivhaus, y el ENERMOD, provisto de generación renovable.

El módulo habitable será polivalente y se podrá utilizar como dormitorio, oficina o centro de comunicaciones, certificado bajo el estándar energético de Passivhaus, el más exigente a nivel mundial y que ya se está extendiendo por todo el mundo.

El segundo módulo se encargará de abastecer al primero mediante energía eólica y solar que se almacenará en forma de hidrógeno.

La idea es que en el futuro las bases militares sean "verdes", completamente independientes del país en el que se encuentren y que no emitan CO2.

Hasta ahora se han realizado varias estancias de investigación en el Líbano, la Antártida y en Zaragoza para comprobar cómo se comporta este estándar en diferentes climas, medios o extremos, y se ha demostrado que es capaz de disminuir el consumo de energía hasta un 90 %.

El problema hasta la fecha radicaba en la dificultad para abastecer con energías renovables el consumo, pero al reducirlo al 10 % es posible el autoabastecimiento.

Tras su prueba en Zaragoza se trasladará a la base de Riga, en Letonia, un clima frío y, finalmente, a la base Gabriel de Castilla en la Antártida, de clima extremo, donde se quedará definitivamente.

Será el primer edificio Passivhaus que se levantará en el continente Antártico con el fin de comprobar su funcionamiento y poder implantar el uso de esta tecnología en el resto de los campamentos militares que hay repartidos en el mundo.

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