industria agroalimentaria
Mesas navideñas con sabor aragonés
Las empresas agroalimentarias se preparan para la campaña navideña, que se sabe que será distinta y atípica, marcada por la pandemia.
![[[[HA REDACCION]]]thumbnail_IMG_9149 02.jpg](https://imagenes.heraldo.es/files/image_990_v3/uploads/imagenes/2020/12/09/foto-portada.jpeg)
Aragón produce carnes, repostería, vinos y hasta licores. Hay panes, huevos. repostería, fruta, pastas alimenticias, embutidos, jamón, cebolla, aceite, trufa o azafrán, tanto para poner sobre la mesa como para utilizar como ingrediente en la elaboración de apetitosos platos. Y en este catálogo de variados alimentos con sabor aragonés no faltan los productos más típicos de las fechas navideñas hacia las que nos encaminamos, entre ellos los turrones y los cavas.
Todos gozan de reconocida calidad y los hay que lo refrendan con sellos autonómicos como C’alial, con aquellos que garantizan las prácticas más ecológicas, o con figuras de protección reconocidas por la Unión Europa como las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas protegidas.
En su elaboración y comercialización están ahora afanadas las más de 1.400 industrias alimentarias aragonesas, que se reparten por todas las comarcas de la Comunidad y en las que se emplean más de 18.000 trabajadores, lo que la convierte en el segundo sector industrial en generación de empleo, solo superado (y cada vez más cerca de él) por la automoción.
Todas ellas esperan que sus elaboraciones tengan un hueco en las celebraciones navideñas que este año estarán marcadas por la pandemia, por las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias, por el miedo al contagio de la covid-19 y por la responsabilidad de las familias para proteger a sus seres queridos. Pero sea en las mesas a las que se sienta una sola unidad familiar, en la que se reúnen dos o cuatro comensales o en las que apuran las recomendaciones lanzadas por el Gobierno para que sean como máximo diez personas las que se sumen a la cena de la noche del 24 o el 31 de diciembre, los industriales agroalimentarios confían en mantener los niveles de venta de años anteriores.
Es una esperanza, porque lo cierto es que el escenario es tan incierto y se mueve tan a golpe de los datos que dibujan la crisis sanitaria (contagios, incidencia acumulada, presión asistencial, ocupación y las ucis y número de fallecimientos) que, en estos momentos y aunque se van definiendo las medidas establecidas por el Gobierno, al sector le resulta complicado realizar estimaciones de cómo va a comportarse el consumo, cuyos hábitos han cambiado de forma notable durante la pandemia.
Confían los industriales en que se afiance ese interés por los productos de calidad y proximidad, por aquellos alimentos que se producen cerca de casa, para que las mesas de los hogares de la Comunidad tengan más que nunca sabor aragonés. Confían los industriales en que la millonaria campaña nacional lanzada desde la consejería de Agricultura para dar a conocer la nobleza de sus productos en todo el país comience a ser visible en los menús del resto del territorio español. Y esperan además que, como ha sucedido en estos complicados meses de crisis sanitaria, los mercados exteriores continúen mostrando su buena cara también durante las compras navideñas.
Actividad esencial
A pesar de que la industria agroalimentaria es actividad esencial y no ha dejado de trabajar -incluso tuvo que intensificar su producción en las primeras semanas del confinamiento- desde que se declarara la pandemia por la covid-19, sus expectativas ante las próximas fechas navideñas no difieren mucho del sentir en el conjunto de los sectores productivos.
"Todo se puede resumir con una palabra: incertidumbre", responde sin dudar José Ignacio Domingo, gerente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA). Porque aunque comienzan a definirse las medidas sobre la movilidad y las limitaciones de comensales en las celebraciones familiares, aún se está a la espera de las restricciones finales que se adopten cuando las fechas estén más próximas. Y eso, reconoce Domingo, influye en las decisiones de compra.
"El sector es consciente de que está campaña será como ninguna otra", asegura Domingo. Destaca, sin embargo, que a pesar de tan incierto panorama, la industria alimentaria "está expectante y de alguna manera ilusionada", porque confía en que, aunque con limitaciones, las fiestas navideñas "sirvan para poder evadirnos de todo este problema de la pandemia y se puedan disfrutar en la medida de lo posible con la familia, siempre en los ámbitos y parámetros establecidos por las autoridades sanitarias".
Por eso, la industria alimentaria está trabajando "con la expectativa", reitera Domingo, de que se mantenga un nivel de consumo similar al de años anteriores. "Es cierto que va a ser un consumo diferente y, por eso, cada empresa, en función de sus canales de distribución tendrá que hacer sus propias previsiones", matiza. Y es que una de las importantes vías de comercialización de los alimentos aragoneses (unos más que otros) es el canal Horeca, ahora prácticamente cerrado por las limitaciones sanitarias. "Vamos a consumir más en casa y es ahí donde está la incertidumbre, porque no se sabe cómo va a comportar el consumidor en su hogar y qué efecto tendrán las restricciones en el número de comensales", matiza el gerente de AIAA.
Aunque es complicado concretar cifras, la organización empresarial estima que, como es lógico en el escenario actual, aquellas industrias más orientadas a la hostelería y el turismo van a ver reducida su demanda, "por lo que van a tener que buscar alternativas y una mayor orientación al canal de venta tradicional", señala Domingo. Mejor suerte correrán aquellas empresas cuyas producciones tienen presencia destacada en los lineales de la gran distribución, donde incluso podría producirse un aumento de las ventas.
"Es muy difícil hacer previsiones concretas", repite Domingo, que añade la posibilidad de que las actuales circunstancias sanitarias revitalicen otro canal: el de las cestas navideñas. "Se está viendo cómo ante la posibilidad de no poder acudir al restaurante, algunas empresas que han tenido que suspender las cenas con sus empleados optan por premiar a sus trabajadores con una cesta un poco más generosa que otros años", señala Domingo. Pero, insiste: "Hay demasiados factores a tener en cuenta y mucha incertidumbre, esa es la realidad de la situación".
De proximidad y calidad
La pandemia, y sobre todo el confinamiento total al que nos vimos obligados para frenar el virus, ha supuesto toda una revolución en los patrones de consumo. También, y sobre todo, en la alimentación. Por eso, el representante de AIAA cree que la campaña navideña será "atípica" en ese sentido. La crisis sanitaria ha hecho que los consumidores sean más sensibles a los productos sanos, de calidad y de proximidad, a aquellos alimentos locales y que tiene cerca. Estos nuevos hábitos podrían hacer que los productos aragoneses estuvieran más presentes que nunca en las mesas aragonesas. Claro que si todos los ciudadanos piensan lo mismo y actúan en beneficio de sus marcas regionales, "eso podría repercutir en un menor consumo fuera de Aragón", reconoce Domingo.
Para todo ello cuenta durante esta campaña con un aliado. Las producciones alimentarias están recibiendo un espaldarazo promocional con una pionera y millonaria campaña de dimensión nacional puesta en marcha por el Gobierno de Aragón para impulsar las ventas por todo el país. Una iniciativa, recuerda Domingo, que se ha reforzado en estas fechas navideñas con una promoción dirigida a los aragoneses. "Todavía no tenemos datos del impacto que está causando esta campaña porque este tipo de iniciativas tardan en manifestarse en la comercialización", señala el gerente de AIAA.
Pero sí hay percepciones. Y son positivas. Porque entre septiembre y noviembre la tienda ‘online’ compartearagon.es ha cuadruplicado las visitas y las ventas se han triplicado, "lo que demuestra que los consumidores están comenzado a ver los productos aragoneses de otra manera", señala. De todas maneras, reconoce que queda trabajo por hacer, porque esta es una carrera de fondo en la que el objetivo a conseguir es que sean cada ven más numerosas las empresas que lucen sus marcas en los lineales de supermercados y hipermercados de todo de todo el país.
Con un clic
La covid-19 también ha pisado el acelerador del comercio electrónico, por lo que muchos de los productos con los que degustemos la Navidad podrían llegar a la mesa a golpe de clic. "El comercio electrónico ha llegado para quedarse", asegura Domingo, que explica que su despegue durante el confinamiento no pilló desprevenida a esta asociación. "Hacía pocos meses que habíamos puesto en marcha nuestra tienda ‘online’", detalla, en la que ya se comercializan 100 productos y están presentes 40 empresas. "Todavía queda camino por recorrer, porque este canal es muy amplio y no es lo mismo vender productos gourmet que aquellos que son más básicos, por llamarlos de alguna manera", advierte.
Si la industria alimentaria espera que se mantenga la demanda regional y la nacional, sus expectativas son similares en los mercados internacionales. Muy exportadoras, las empresas aragonesas han logrado mantener las cifras de pedidos y ventas en el exterior incluso en los momentos más duros del confinamiento. Es verdad, señala Domingo, que en algunos países más afectados por la pandemia se ha notado cierta reducción de la demanda, pero "en general las exportaciones han sido la tabla de salvación para aquellas empresas a las que les ha fallado el mercado nacional y a las que estaban bien posicionadas les ha salvado la papeleta", dice Domingo.
Y así esperan que sea también en esta atípica Navidad.