Grupo Lobe alcanza su récord de ventas este año al sumar 120 millones y un beneficio de 18

Juan Carlos Bandrés, su director general, confía en seguir creciendo en 2021 con «menor cifra de viviendas pero mayor rentabilidad». La próxima semana empezarán a construir en Zaragoza el edificio Flumen, en la ribera del Ebro, con el reto de que sea el primero cero emisiones

El director general del Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés, frente a una de las promociones realizadas en Zaragoza.
El director general del Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés, frente a una de las promociones realizadas en Zaragoza.
Guillermo Mestre

La construcción es de los sectores que menos ha visto paralizada su actividad por la pandemia. «En Lobe salvo esos pocos días que nos obligaron a cerrar, no hemos dejado de trabajar. Los proyectos han continuado y la respuesta de nuestros clientes también», asegura Juan Carlos Bandrés, director general de un grupo que lleva cinco años apostando por la eficiencia energética como valor diferencial en la edificación.

«En las 510 viviendas entregadas a lo largo de 2020 solo diez transacciones se han visto comprometidas por los problemas sobrevenidos de esta crisis», comenta el máximo responsable de este grupo empresarial, que alcanzará este año el récord de facturación de su historia, 120 millones con un beneficio de 18 millones.

«Quiero que se entienda que estos resultados no son flor de un día, sino que obedecen al trabajo de todos estos años y a la circunstancia de haberse concentrado en 2020 la escrituración de varias promociones, sobre todo una de viviendas en Madrid que debería haberse terminado a finales de 2019 pero que saltó al primer trimestre de este año», comenta.

Según Bandrés, la causa de haber doblado su cifra de negocio no es otra que el esfuerzo ingente y de años por hacer las cosas de otra manera en construcción. «Es el trabajo de más de 90 personas que integran el equipo que apostó por un proyecto de calidad basado en la eficiencia energética con certificado Passivhaus cuando pocos lo hacían», explica.

Bandrés confía en mantener este crecimiento en 2021. «Aunque la entrada de negocios baje y sea algo menor el número de viviendas, aportarán una rentabilidad mayor», adelanta este empresario empeñado en industrializar la construcción ofreciendo al mercado un producto de altas prestaciones. «El cliente ha sabido percibir el valor de lo que Lobe ofrecía: un tratamiento integral de la eficiencia energética de la vivienda comprendiendo que no es marketing sino confort», indica.

De cara a 2021, el grupo tiene unas 470 para acabar de un total de mil que están en distintas fases. En Zaragoza, el próximo miércoles Lobe pondrá la primera piedra del edificio Flumen, el primero de España con VPO Passivhaus Plus, el estándar más exigente en materia de eficiencia energética. Se construirá en el paseo de la Ribera con 160 viviendas, de las que 36 se entregarán al Ayuntamiento para fines sociales y 124 restantes a la Cooperativa Oroel 2008.

El edificio Flumen será el primero de VPO en España en tener esta calificación adicional frente a las 750 viviendas certificadas Passivhaus (entre el 40% y 50% VPO) que lleva realizadas hasta ahora Lobe. Un plus que implica incorporar placas solares fotovoltaicas híbridas en la cubierta para que el edificio sea cero emisiones. «Con este proyecto damos un paso hacia adelante. La intención es en el futuro trasladar este modelo de construcción más eficiente en dos o tres años al resto de nuestros proyectos» y hacerlo, dice, «sin repercusión en los costes hacia nuestros clientes dándole altas prestaciones sin subir el precio, ese es el reto interno».

El empeño de Lobe en digitalizar la gestión de los proyectos constructivos para incrementar la productividad y reducir los plazos de entrega ha tenido, reconoce Bandrés, avances satisfactorios hasta ahora, pero es mucho lo que queda por hacer en sistematización de procesos y mediciones, asegura. Y pone el ejemplo de las 63 viviendas residenciales ‘Nubia’ que están construyendo en la ribera del Ebro donde están consiguiendo un ahorro de hasta 4 meses en obra. «Hemos visto que hay que trabajar de fuera hacia adentro en el edificio al contrario de lo que se hacía. Pero sin la herramienta tecnológica de la que nos dotamos todo esto sería impensable», dice, ya que les permite integrar todos los datos de una obra de construcción sobre soporte gráfico tridimensional y optimizar la planificación, el control de costes y la calidad.

Bandrés también se refiere a la calidad del aire en la vivienda, más necesaria ahora que nunca: «La ventilación mecánica a través de un sistema de filtros que nosotros venimos aplicando desde hace tiempo a nuestras edificaciones se ha revelado como esencial con la pandemia. Es un elemento básico en la certificación Passivhaus».

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