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Tiendas de deportes de invierno en Aragón: "La situación es complicada, pero queremos ser optimistas"

Estos establecimientos acusan la falta de clientes por las restricciones de movilidad por la covid unido a la ausencia de nieve y el retraso de la temporada de esquí.

Paloma Galindo, encargada de Deportes Galindo, junto a su hijo Ibón este miércoles en Candanchú.
Paloma Galindo, encargada de Deportes Galindo, junto a su hijo Ibón este miércoles en Candanchú.
P. G.

El año pasado por estas fechas, las estaciones de esquí de Aragón llevaban camino de dos semanas abiertas a los amantes de la nieve. "La de Candanchú estaba preciosa y se trabajaba a tope", recuerda Paloma Galindo, encargada de la tienda Deportes Galindo -especializada en deportes de invierno y toda una referencia tras 52 años de negocio en el centro de esta localidad oscense-. Una situación bien distinta a la de este 2020 marcado por la covid: la nieve se hace esperar, las estaciones todavía no se han abierto al público y a ello se suma las restricciones de movilidad en la Comunidad para frenar el virus.

Es verdad que ha habido algún año que se demoró la apertura de pistas por falta de nieve hasta después de Navidades, pero eso no impidió que la gente se acercara a las tiendas de esquí para comprar y alquilar material. "Este año como no pueden venir todo está aparcado. Aquí solo estamos trabajadores de la zona preparando el negocio", indica Galindo, cuyo principal cliente es el que proviene de Navarra y el País Vasco.

La encargada de Deportes Galindo está este miércoles montando el establecimiento junto a su hijo Ibón con género nuevo porque, como dice, se ha lanzado para que "esto siga adelante". Ellos están centrados en esquí alpino y de fondo: cuentan con más de 50 marcas a la venta, alquiler de material y reparación de esquís. "Me da más miedo las restricciones que otra cosa. Si las abren, la gente se quiere mover y vendrá; pero si no va a ser caótico. La economía está parada", sostiene.

Paloma calcula que la facturación puede caer este año en torno al 40% y a pesar de estos datos adversos ella prefiere ver la botella medio llena. "La situación está siendo difícil para todos de aquí. Es complicada, pero queremos ser optimistas. Este verano ha sido bueno, la gente ha venido más que nunca a la montaña y si esto se abre (en alusión a las limitaciones de movilidad) la gente vendrá. Es un sitio donde puedes estar seguro y al aire libre practicando el esquí y deportes de montaña", indica, al tiempo que da ya por perdido el próximo puente de diciembre. "La situación es la que hay", añade resignada.

"Muy parada"

También Joaquín Sanz, responsable de Skiman -especializado en esquí alpino y de travesía desde hace 31años- en Zaragoza, coincide en que la situación está "muy parada". "No hay nieve pero otros años notábamos que la gente tenía previsto esquiar y alquilaban, compraban y reparaban con más alegría. Ahora está a la espera a ver qué anuncian los políticos. Como hay tanta incertidumbre... y eso nosotros lo detectamos", afirma.

Para este establecimiento, noviembre siempre ha sido un mes bueno de ventas. Sin embargo, este año de coronavirus han caído un 80%. "Y no hay forma humana de compensar lo que estamos perdiendo de esquí. Ahora estamos de brazos cruzados. Espero y confío en que antes de Navidades llegue la nieve y la pandemia deje abrir las estaciones. Si no va a ser un año complicado. Cruzamos los dedos para que esta situación vaya mejorando y dejen salir a la gente al Pirineo", subraya.

La falta de turistas que se acercan los fines de semana a la montaña por la covid también se acusa en Jaca. La tienda de deportes Izas -que cuenta con ropa y accesorios para la nieve, entre otros artículos- ha tenido que cerrar los domingos por la mañana. "No hay gente por las calles. Los sábados y domingos son prácticamente iguales que entre semana. Está todo tranquilo; solo estamos los autóctonos", señala Mónica Tognato, responsable de este establecimiento, cuya sede central está en Zaragoza.

Este mes ha sido "un poco" más flojo en ventas con respecto al año pasado y confía en que las cosas mejoren en diciembre. "Las Navidades serán distintas a otros años. La gente tiene segunda residencia en Jaca y turismo habrá; pero no será ese movimiento de otros años. Se prevé una restricción de movimientos y el consumo se ve implicado. Es lo que tenemos", admite.

Como recuerda Mónica, las personas que se acercaban por estas fechas a esa localidad oscense los fines de semana para esquiar en invierno aprovechaban para comprar ropa y regalos de cara a las fiestas navideñas cuando acudían a su establecimiento comercial. "Y también para adquirir las prendas que necesitaba la familia", añade. Solo cabe esperar que el virus nos dé un respiro y se pueda volver a una 'normalidad'.

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