covid-19

Las clínicas temen una avalancha de PCR en Navidad y alertan de que es "peligroso"

Los hospitales y laboratorios privados hacen cientos de pruebas diagnósticas al día "para aliviar la inquietud" de muchos particulares.

Pilar López Blanco, del Centro Médico Palafox, realiza una prueba PCR este martes.
Pilar López Blanco, del Centro Médico Palafox, realiza una prueba PCR este martes.
Oliver Duch

Una comida de Navidad con exigencia de PCR negativa a la entrada de casa. Este es el planteamiento que algunos hacen para las próximas fiestas, y que algunas administraciones parecen alentar. La Comunidad de Madrid pretende que todos los madrileños puedan hacerse un test de antígenos gratuito en las farmacias antes de Navidad para, supuestamente, hacer más seguras las celebraciones propias de estas fechas. El Gobierno de Aragón no se plantea promover algo similar, pero las clínicas privadas de la Comunidad prevén un incremento de pruebas diagnósticas para las próximas semanas. Eso sí, alertan de que esta práctica puede resultar peligrosa, ya que no garantiza que la covid-19 no vaya a ser la invitada indeseada de la cena de Nochebuena o las uvas de Nochevieja.

A estos centros llegan habitualmente ciudadanos que piden hacerse una PCR para visitar después a sus familiares mayores o de riesgo con más tranquilidad. Sin embargo, muchas advierten de que esta práctica no es del todo segura. “Nosotros les informamos de que tener un resultado positivo no da rienda suelta a hacer lo que quieras”, apunta José María Ferreras, coordinador de Urgencias de la Clínica Hernán Cortés Miraflores.

Francisco Mora, jefe de Medicina Interna de la Clínica Quirón, señala que usar estas pruebas con estos fines “da una falsa sensación de seguridad”, una especie de “descarga social en la conciencia”. En su opinión, la prueba “puede servir de referencia”, pero sabiendo que “no excluye al cien por cien que puedas contagiarte o transmitir la enfermedad”. “Es peligroso pensar que se pueden crear espacios libres de covid”, afirma.

Además, este médico señala que utilizar esta estrategia para juntarse en Navidad es “insolidario” y “puede ayudar a colapsar el sistema sanitario”. “Si decidieran hacerlo miles de personas y se mantiene la positividad de en torno al 18% que tenemos, sería un gran número de casos que llegarían de golpe a los laboratorios, a los rastreadores… Sería desastroso para el sistema”, advierte.

Las clínicas privadas de Aragón realizan cientos de pruebas diagnósticas al día, al margen del sistema público de salud. Son principalmente PCR, test de antígenos o serologías, con precios que oscilan entre los 50 y los 200 euros, dependiendo del tipo de prueba y la clínica. En caso de que el resultado sea positivo, tienen la obligación de notificarlo al Salud para que desde allí se inicie el correspondiente rastreo de contagios estrechos. Si es negativo, no es necesario comunicarlo a la administración.

Casos de todo tipo

Un vecino de Zaragoza recibe el resultado de su prueba de covid. Positivo. A la preocupación por su propia salud se une la inquietud por las consecuencias que puede tener en su entorno más cercano. Para evitar un posible retraso en el rastreo, inmediatamente concierta una cita en una clínica para que su mujer, su suegro y la mujer que limpia en su casa se hagan un test rápido de antígenos. En pocos minutos están los resultados y, de los tres, solo su suegro -que además era persona de riesgo- da positivo.

Se trata de un ejemplo real que ha llegado este martes a una de estas clínicas, que ven casos de todo tipo. Uno de los perfiles más habituales es el del ejemplo citado: gente que tiene “inquietud porque ha tenido contacto con un positivo”, como señala José María Ferreras (Hernán Cortés-Miraflores). Son personas que o bien no entran en los parámetros que Salud Pública considera como contacto estrecho o bien no quiere esperar a que le llamen y toma la iniciativa por lo privado. También los que, tras pasar la cuarentena por haber sido positivo, quieren hacerse una prueba para cerciorarse de que ya lo son -prueba que ahora no se hace desde el sistema público-.

Solo en este centro realizan unos 300 test de antígenos y 100 PCR a la semana, de los que resultan positivos entre un 10% y un 15%. Ahora están en un punto “de meseta” de trabajo, ya que también aquí se notan las olas epidépicas y se sufren momentos de “grandes picos asistenciales”, señala.

Otro de los perfiles que se atienden es el de personas que tienen que viajar al extranjero y, para entrar, se les exige una prueba PCR negativa. “Muchos tienen que volar por trabajo y vienen para poder entregar el resultado en el aeropuerto de llegada”, cuenta Pilar López Blanco, gerente del Centro Médico Palafox. Hacen unas 80 o 90 pruebas a la semana y vivieron el pico después del Pilar. “El 30 de octubre hicimos 15 pruebas y las 15 eran positivas”, cuenta López Blanco, quien relata que “había gente que venía y decía que había estado en la peña intercambiando cigarrillos y cubatas”.

En la Clínica Quirón han hecho desde que comenzó la pandemia 13.000 pruebas diagnósticas, entre las que pasan los enfermos que ingresan o van a ser operados y las de pacientes externos que piden hacerse un test. De estas últimas, solo este lunes hicieron 50. Francisco Mora, jefe de Medicina Interna, señala que la positividad en estos casos es “del 18%”, mientras que en los preoperatorios se reduce al 2%.

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